Cuando compartimos mucho tiempo con una persona solemos confundir afecto con costumbre, lo mismo sucede cuando permanecemos en un lugar que no es nuestro lugar seguro, el tiempo transcurre y nuestros recuerdos nos crean confusión, es cuando pensamos si lo que sentimos será realmente real o no.
—¡Pablo, Héctor, bajen a desayunar!
—¡Ya vamos ma!
Alzo la mirada al escuchar que Héctor lo hizo de nuevo, no me incomoda en realidad, nos conocemos desde que tenemos cinco años, aunque a su familia no la he tratado demasiado, porque él casi siempre suele estar solo en esa gran mansión.
Pero en la mía, es un hijo más.
—¿Puedo pasar niños? —Sonrió colocándome de pie al escuchar la voz de mi madre detrás de la puerta de mi habitación.
—Claro, señora Eloísa, está en su casa—Bromeo abriéndole la puerta, pero en vez de darme palmaditas en el hombro, como suele hacerlo, solo desordena mi cabello con dulzura.
—Deben estar ocupados, tu padre y yo estamos saliendo al hospital, llevaremos a Lucia en el camino, al parecer su curso presentada hoy, varios números artísticos, les deje lonchera a ambos y algo de dinero, no se porten mal y que dios me los bendiga—Mi madre besa mi frente y sonrió ante su gesto, Héctor se acerca y ella imita su gesto y los observo sonriendo.
—¡Mamá, se hará tarde! —Mi hermana Lucia grita desde el primer piso de nuestra casa.
Pero mi madre continúa dándonos indicaciones sobre esta tarde.
—¡Mamá!
—¡Que ya voy, estoy atendiendo a mis dos hijos! —Grita y ambos sonreímos. —Pablo le pedí prestado a un colega mío su indumentaria, cuídala y entrégala impecable, no tendrá turno en el hospital esta semana, acostúmbrate a ese uniforme, en un año aplicarás al examen de medicina y tendrás un futuro prometedor Doctor Foster—Mi madre me abraza y yo solo asiento en silencio ante la mirada confusa de Héctor.
—¿Ya tienes lo que usaras Héctor?, ¿Necesitas alguna prenda más hijo? —Mi madre se acerca a Héctor y él sonríe negando con la cabeza y yo cruzo los brazos.
—Tengo todo... Mamá—Responde y mi madre le sonríe desordenando su cabello y yo cruzo los brazos tratando de fingir molestia.
—Mi futuro Doctor y mi futuro Administrador, apresúrense o los dejará el autobús—Ambos asentimos, pero Héctor alza la mano. —¿Ocurre algo más?
—Sí, iremos en auto, su hijo adoptado es millonario y vendrán a recogernos—Bromea Héctor y mi madre asiente despidiéndose de ambos.
—Muy gracioso—Le empujo en broma y aliso con mis manos la bata blanca que mi madre me entrego.
—¿Doctor? —Me tenso cuando Héctor pregunta aquello—Pero estudiabas educación, como es que...—Lo miro preocupado y suspira sentándose en mi cama—Por eso no asistieron el último dia de clases—Bajo la mirada asintiendo.
ESTÁS LEYENDO
Aquel año nuestro
Science FictionPablo, Sara, Héctor y Mariela son cuatro amigos que tienen sus vidas adultas resueltas o eso es lo que aparentar tener. Con el inicio de un divorcio entre Pablo y Sara y el casi matrimonio de Mariela, ellos comenzaran a reflexionar si sus decisiones...