Nuestras acciones son producto de nuestros deseos y de nuestras decisiones, saber que pueden ser erróneas o acertadas debería ser lo principal cuando las llevamos a cabo. Comprender que no hay marcha atrás y no habrá una segunda oportunidad si estas fallan, también debería ser fácil de entender.
—¿Cuánto tiempo más estará inconsciente? —Bajo la mirada ante la pregunta de Mariela. —¿Unos días, semanas? —El tono de su voz tiene preocupación, aunque intenta ocultarlo.
—No puedo asegurarlo, al menos ya paso lo peor, tenemos que tenerlo en observación y vigilar su mejoría. —Ella asiente y suspira con pesar. —¿Has estado bien? —Pregunto mirándola.
—Claro, regrese de un viaje familiar, debería estar en mi casa, pero ahora estoy aquí, ¿Por qué me contactaste a mí? —Pregunta y la observo confundido.
—¿Ustedes no...? —Ella me observa confundida y encoge los hombros—Lo lamento, encontré tu número en sus contactos principales, creí que era lo más acertado.
—Pablo, la única relación que me une a Héctor es nuestra hija, por ella estoy aquí, yo espero que él mejore pronto, yo debo volver a mi casa—Se gira, pero antes de poder contenerlo, la detengo sosteniendo su brazo y Mariela me observa confundida.
—¿Por qué? —Pregunto y ella retira mi mano en silencio—Lo lamento, pero no entiendo, ¿De verdad lo dejaras aquí? ¿No sientes nada por él?
—Lástima quizás, cada quien, a seguido su camino, y tú lo sabes bien, mi familia me espera, llámame si lo necesitas, dudo que una de sus chicas de turno se atreva a venir a este lugar, cuídate amigo. —Me abraza y sigo en silencio mirando como se aleja.
Bajo la mirada con mis ideas revueltas.
—¿Todo esta bien doctor Foster? —Me tenso al escuchar es voz, aunque estoy de espaldas podría reconocerla sin importar cuantos años transcurran, Es Sara.
Me giro y una mujer muy hermosa con el cabello atado en una cola alta, un vestido corto negro y esa mirada dulce que la caracteriza me observa a unos centímetros de distancia. Pero retrocedo sin saber cómo será nuestra relación actual.
¿Tampoco no existe un nosotros?
—Sara—Susurro observándola, ella corta la distancia y sostiene mis manos sin dejar de sonreírme.
—Si, aquí estoy—Responde y un alivio recorre mi cuerpo cuando ella no huye de mí—Desde esta mañana estas extraño, Mariela me conto todo, no te preocupes por ese idiota, estará bien—Me abraza y aunque sigo en silencio ella acaricia mi espalda y me observa con una sonrisa en su rostro.
—Doctor Foster lo solicitan en la oficina del director—Una enfermera nos observa y yo asiento observándola.
—Eres un hombre muy ocupado—Indica Sara y sonrió ante sus palabras—¿Debería enfermarme para que puedas cuidarme de mi en este lujoso hospital? —Pregunta entre risas, pero yo sigo en silencio solo observándola. —Un no hubiera bastado, ¿Te preocupa algo?
ESTÁS LEYENDO
Aquel año nuestro
Science FictionPablo, Sara, Héctor y Mariela son cuatro amigos que tienen sus vidas adultas resueltas o eso es lo que aparentar tener. Con el inicio de un divorcio entre Pablo y Sara y el casi matrimonio de Mariela, ellos comenzaran a reflexionar si sus decisiones...