Capítulo 8 - Amor verdadero

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El silencio era horroroso.

Ninguno hablaba.

Ninguno hacía el menor gesto de iniciar una conversación.

Estaban perdidos en sus propios pensamientos y quebraderos de cabeza.

Algo se había roto entre aquellos cuatro amigos. Los secretos se habían descubierto y nada podían hacer parar detener las consecuencias.

La operación de Matías se encontraba en el ecuador de su duración. La falta de noticias sobre el procedimiento no era otro que un sinónimo de buenas noticias, por lo que lo único que tenían que hacer era esperar.

Alicia solo deseaba regresar a casa junto a su hija.

Julia apenas había cruzado un par de palabras con ella, Cristóbal le rehuía la mirada y Santi... Santi la utilizaba como ese punto de apoyo que le había pedido ser unas horas atrás.

Era una situación complicada en la que se sentía fuera de lugar.

Tendría que estar pensando en Matías, y la injusticia que una persona tan joven tuviera que afrontar una situación tan delicada de salud. Debería de preocuparse por su amiga, nadie mejor que una madre sabía de aquel dolor, y también tendría que estar interesada por Cristóbal y su reciente intervención... Pero en su mente no aparecía ninguna de aquellas tres personas, solo podía pensar en...

Santiago.

Lo sabía.

¿Pero qué sabía?

¿Solo lo sucedido en el dormitorio o también la procedencia de Gaby?

Si lo primero la destrozaría, lo segundo acabaría con ella por completo.

Ignorar deliberadamente lo que había sucedido entre ambos, podía entenderlo, pero... ¿Ignorar a su hija?

¿Realmente la había ignorado?

Repasaba una y otra vez la relación cercana que Santiago había mantenido con Gaby a lo largo de los años.

Aquel había sido el motivo de muchas discusiones entre Felipe y ella.

"¿Quién se cree? ¡Ni que fuera su papá!"

Ella solía tragar saliva y soportar el malhumor de su esposo. Había aprendido a callarse y darle la razón a todo lo que el hombre le dijera. Un mecanismo de defensa, una forma de asegurar que su hija creciera feliz, así como un castigo que se imponía al estar mintiendo a tantas personas a su alrededor.

¿No hubiera sido mejor contarlo?

–El trasplante fue un éxito.

El doctor apareció ante sus ojos, quitándose los lentes y con una gran sonrisa en el rostro.

Suspiró aliviada. Matías no tenía culpa de nada.

Sintió como Santiago tiraba de su pequeño cuerpo y la abrazaba fuertemente.

–Estará dormido lo que resta de día. Les aconsejo que regresen a sus casas y descasen. Estoy seguro de que mañana despertará con ganas de verles.

Julia se deshizo de elogios hacia el doctor, mientras que Cristóbal y Santiago le estrecharon la mano en señal de respeto y admiración.

Aprovechó la distracción para llamar a Gaby y notificarle que todo había salido bien. Su hija emitió un grito de felicidad, esta estaba dispuesta a reunirse con ellos en el hospital, pero le dijo que, es más la incitó para que aquella noche durmiese en casa de su amiga.

Necesitaba hablar con Santiago a solas.

–Ali.

Se giró sorprendida hacia Julia.

Efecto Mariposa (Mentiras Perfectas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora