Efecto Mariposa (Mentiras Perfectas)

Capítulo 9 - Azul vs Marrón

–Te amo.

Cerró los ojos disfrutando del momento, de sentirse amada y especial. De ser esa persona por la que alguien mataría o estaría dispuesto a morir, de ser esa bebida refrescante en el desierto, de ser especial...

–Te amo.

Santiago había declarado su amor cuando sus bocas no estaban ocupadas en aquel torbellino de sensaciones o cuando lo único que podía salir de ellas eran gemidos placenteros.

Llegaron al éxtasis evocando recuerdos del pasado y redescubriendo sensaciones olvidadas. El sexo era gratificante, pero el sexo con la persona que amabas era una experiencia fuera de lo terrenal.

Una sonrisa nerviosa se dibujó en el rostro de ambos cuando, aun con sus cuerpos entrelazados en un nudo íntimo, se perdieron en los ojos del otro.

Azul vs Marrón.

–Te amo.

La calma regresó a sus cuerpos, las respiraciones se volvieron regulares y la neblina que invadía sus mentes se disipó.

–Te amo.

Pero aquel último "te amo" fue diferente para Alicia.

Estaba incómoda.

Santiago no pareció notar que su compañera había dejado de sonreír, estaba demasiado inmerso en la felicidad que sentía y que pensaba que era compartida por la mujer que tenía bajo su cuerpo.

La pasión y necesidad provocó que obviase el mal mayor que abrieron al revivir su historia. La línea estaba cruzada y aunque Alicia podría soportar una noche de sexo sin compromiso, no era lo que ella buscaba y Santi tampoco... O eso le parecía tras esas declaraciones de amor que durante el acto la habían hecho sentir plena.

–No me amas.

Contestó rompiendo ese momento mágico donde la luz de la luna que se colaba a través de la ventana, iluminaba sus sudorosos cuerpos.

–Te amo –respondió Santiago mirándola fijamente, atravesándola de nuevo con esos ojos que resultaban un imán para ella–. Y estoy listo para volver a demostrárselo.

Santiago la besó. Un beso como el que inició la pasión, pero esta vez no le correspondió.

–¿Qué sucede?

Santiago buscaba su mirada, preocupado por el rechazo que no había existido minutos atrás.

Los ojos de Alicia se llenaron de lágrimas. Deseaba no pensar y disfrutar del presente, sin atender a las consecuencias, pero no podía hacerlo.

–Dices amarme porque estás dolido con Julia –se hizo a un lado y le dio la espalda–. Seguro que te harás una prueba de paternidad, que Matías será tu hijo, te sentirás culpable, solucionarás la situación en tu matrimonio, seréis felices... Y yo volveré a ser la amiga de tu esposa –no impidió que esas lágrimas que tanto había evitado se deslizasen por su rostro–. ¿Acaso no es lo mismo que sucedió hace quince años?

Ya no le importaba si Santiago recordaba o no.

La situación se repetía.

–Eso no ocurrirá –contestó Santiago mientras acariciaba su espalda desnuda.

–Ya ocurrió –dijo apartándose, haciendo que la distancia entre ambos fuera mayor.

Esta vez no iba a ser igual. No se quedaría como una boba viendo como sus amigos resolvían sus diferencias y continuaban siendo una familia feliz.

Azul vs Marrón.

Se armó de valor y se giró para quedar cara a cara.

Era mejor cortar una relación que no tenía ni inicio ni futuro.