Alarmado, Santiago recorrió el lugar.
No encontraba a nadie, o al menos no a la persona que buscaba.
La casa que compraron cuando regresaron de Europa era lo que siempre habían soñado. Esa con un gran jardín en que sus hijos podrían correr y con una amplitud en su interior para albergar a la gran familia que habían creado... Sin embargo, ahora su nuevo hogar resultaba claustrofóbico.
No importaba donde mirase, estaba repleta de personas.
Felicitación tras felicitación.
Eso es lo que le estaba impidiendo lograr su cometido.
Cuando se libró de uno de los familiares de Alicia, abrió la primera puerta que se encontró, aunque tras un grito, esta fue cerrada en su cara.
–¡No puedes entrar!
Julia salió de la habitación impidiéndole el paso y la vista del interior.
–Pero...
–¡Pero nada, no sea impaciente! ¡Trae mala suerte!
Con la misma, Julia ingresó en la habitación dejándole con la palabra en la boca.
Negó con la cabeza, solo esperaba que la persona que estaba buscando no estuviera allá dentro ayudando a Alicia.
Continuó recorriendo el lugar, cada vez más nervioso. Nervios que pensó que no tendría, ya que a diferencia de la vez anterior, en esta no había duda, ni temor, ni deseo que todo aquello terminase cuanto antes.
–¡Santi!
Un grito a sus espaldas le hizo girarse.
–¿No estarás tratando de escapar? –bromeó Cristóbal– Si lo haces, mi hijo y yo no dudaremos en golpearte –añadió mirando a Matías, el cual asentía convencido.
–Estamos para proteger a la tía Alicia.
La vida había dado un cambio tan radical que jamás se hubiera imaginado lo orgánico y lógico que todo terminó. Una vez que el odio desapareció y dio paso a la comprensión y el entendimiento, Matías se sintió en libertad de explorar la relación paternal que le unía a Cristóbal.
–Jamás escaparía, además, le tengo más miedo a Julia que a ustedes.
Si de buenas relaciones tenía que hablar, esa era la suya con su exesposa, o mejor dicho, su amiga. Tenía más en común con esa Julia, que con la que estuvo tantos años de matrimonio.
Si Alicia y él habían afianzado su relación, la de Julia y Cristóbal había tomado el mismo camino. Matías aún se llevaba las manos a la cabeza cuando recordaba como se habían casado de un día para otro, sin consultar con nadie.
"¿Por qué esperar?"
Fue la contestación de Cristóbal cuando les preguntaron por la sorpresa de su matrimonio con Julia.
Y tenía razón.
Por qué esperar cuando se estaba tan seguro del amor de tu vida.
–Estoy buscando a Gaby, ¿sabes donde está?
Matías puso los ojos en blanco.
–Está en su habitación, estudiando.
Agradeció al joven por la información. Gaby se había tomado muy en serio sus estudios tras el regreso de Europa y se había propuesto recuperar el tiempo perdido por haber sido expulsada.
Alicia y él se sintieron muy orgullosos y más cuando Gaby no solo terminó sus estudios actuales, sino que se había matriculado en estudios superiores a los que le correspondía para su edad.
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Efecto Mariposa (Mentiras Perfectas)
FanfictionSi el simple aleteo de las alas de una mariposa puede provocar una catástrofe sin precedentes al otro lado del mundo... ¿Qué caos podría traer para dos amigos cuando esa misma mariposa decide mover las alas delante de sus ojos?