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- ¿Cómo que no puedes?- Preguntó Jirou confusa. - ¿Te da miedo?

- No, no es eso. - Respondió Momo negando con la cabeza.

- ¿Entonces?

- Su padre es un importante socio de negocios de mi padre. Así que no podría denunciarlo ni aunque quisiera. - Dijo Momo. Aquellas palabras sorprendieron a Kyoka.

- ¿Y? Denúncialo igualmente. Que se busque otro socio de negocios con un hijo que no sea un gilipollas. - Opinó la chica de los auriculares, siendo totalmente sincera.

Momo se rió. Se sentó en el suelo de aquel baño y Jirou hizo lo mismo, cerrando la puerta con la pierna justo antes de sentarse. Kyoka no entendió por qué Momo se reía, aquello distaba mucho de ser gracioso.

- Se nota que no entiendes de negocios. Cualquier problema podría causar que se rompiera el contrato entre las empresas, y mi padre estaría furioso. - Explicó la pelinegra, como si aquello fuera lo más normal del mundo.

- Pero, ¿qué más da? Mejor que se pierda el contrato a que te hagan daño. - Dijo sinceramente Jirou, que no entendía nada de negocios, pero de sentimientos sí que sabía bastante más.

- Da igual. - Dijo Momo, en un tono más tranquilo. - De todos modos no creo que vaya a tener que aguantarlo mucho más, porque la empresa de su padre está a punto de quebrar.

- ¿Quebrar? Pues seguro que se lo tiene merecido. Pero, ¿por qué? - Preguntó la pelimorada curiosa. Se había tranquilizado al ver que Momo parecía estar mejor que antes.

- Pues, no les va muy bien últimamente. Yo creo que es porque han perdido bastantes contratos desde un escándalo que tuvieron hace dos años. - Explicó la pelinegra.

- ¿Un escándalo?

- Sí, una de las máquinas de una de sus fábricas se cayó y mató a diez trabajadores, y eso que la máquina había pasado todas las revisiones. Fue bastante brutal, seguro que lo oíste en las noticias.

- ¿La empresa Yoarashi? - Preguntó Jirou, que parecía de pronto muy interesada en aquello.

- Sí, ¿cómo sabes el nombre? - Preguntó Momo sorprendida.

- Bueno... - Dijo Kyoka dubitativa. Luego sujetó instintivamente el colgante dorado que llevaba en su cuello. - Mi madre solía trabajar ahí.

- ¿Tú madre? Pues menos mal que se fue porque esa empresa tiene los días contados. ¿Ahora de qué trabaja?

- Ehhh... No sé. - Dijo Jirou, que de pronto parecía nerviosa. - Bueno, seguro que Gang Orca nos está buscando, voy a volver al comedor.

Jirou se levantó a toda prisa y se marchó, dejando a la chica del cañón sola en el baño.

Momo observó a la pelimorada mientras se iba, y, de repente, lo entendió todo. Jirou se había puesto nerviosa al mencionar a su madre, y se había tocado el colgante. El mismo colgante por el que se había enfadado tanto aquella vez cuando Momo lo había encontrado. Estaba claro que aquel collar tenía algún significado especial, y seguro que tenía algo que ver con su madre. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Yaoyorozu mientras se daba cuenta de la que probablemente debía de ser la verdad, la madre de Jirou había muerto. Y, a juzgar por el interés de la pelimorada en la empresa del padre de Inasa y en la revelación de que su madre solía trabajar ahí, Momo estaba segura de que había muerto en el accidente de la máquina que aplastó a diez personas.



No volvieron a hablar durante el resto del día, ni tampoco durante el resto de la semana. Jirou no se acercó a Momo, ni viceversa.

[MomoJirou] Enemigas con derecho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora