[MomoJirou] Enemigas con derecho.

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Era el primer día de Jirou en la UA, la famosísima academia de héroes de Japón. La chica de los auriculares ya se encontraba enfrente de la imponente puerta de la academia y aún seguía sin creerse el hecho de que ella hubiera logrado entrar en semejante institución. Ella, con un poder tan patético como lo son unos auriculares en las orejas estaba en la escuela que contuvo a grandes héroes cómo All Might. Era ridículo. En fin, mejor no pensar en eso.

Entró y se dirigió hacia la clase que le habían asignado. Había bastantes chicos y también algunas chicas allí, y logró reconocer a algunos del examen de admisión. Reconoció a un rubio que recordaba que lanzaba explosiones por sus manos, y a un chico con cara de pájaro, pero del resto de alumnos no se acordaba.

Se le acercó un chico con el pelo rojo y puntiagudo, que venía junto a un rubio con un pequeño rayo dibujado en el pelo. Se presentaron como Kirishima y Kaminari. Hablaron un rato, y se llevaron muy bien entre ellos, después, una chica de piel rosa llamada Mina, que acaba de llegar, también se unió a la conversación. La chica parecía conocer a Kirishima, y también era bastante amable. Acordaron juntarse en el descanso y comer juntos más tarde.

La clase comenzó, y con ella una retahíla de normas nuevas que todos los alumnos debían respetar en la escuela. Les repartieron también las llaves de los dormitorios, y los llevaron a instalarse y a visitar las habitaciones y las zonas comunes.

Por la tarde Jirou se quedó hablando con sus nuevos amigos en el salón, hasta que se hizo más tarde y se retiraron cada uno a su respectiva habitación. El primer día había sido bastante tranquilo, y Jirou había logrado hacer amigos, por lo que se podría considerar un éxito, en general.

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Al siguiente día les repartieron sus trajes de héroe, y estuvieron el resto de la jornada entrenando, al igual que sucedió el tercer día.

Para el día cuatro Jirou ya había logrado aprenderse el nombre de la mayoría de sus compañeros de clase, y su grupo de amigos estaba ahora más unido que antes, así que todo iba bien. Ese mismo día el profesor anunció que harían la primera práctica de combate, uno contra uno. Aizawa explicó que ganaría aquel que lograse inmovilizar a su oponente, o quién lograse que su oponente saliese del campo o que se rindiese.

A Jirou le tocó pelear contra una tal Momo Yaoyorozu, una chica de la cual desconocía el poder y tampoco sabía exáctamente cuál de sus compañeras era.

Cuando llegó el turno de su pelea, una chica alta, con el pelo negro y recogido y con una figura que haría envidiar a modelos profesionales, salió al campo de batalla. Jirou la pudo reconocer instantáneamente, pues era la chica en la que se había fijado varias veces en clase, pero con la cual no había hablado aún. Por lo visto se llamaba Momo, estaba bien saberlo. Jirou seguía sin conocer qué superpoder tenía la pelinegra, pero así de entrada, lo primero que pasó por su mente era que aquella era una chica guapísima.

Ambas subieron al campo de batalla y el profesor hizo una señal para que comenzará el combate. Jirou se apresuró a lanzar un ataque sonoro en dirección a la pelinegra. Esta parecía estar algo incómoda por la intensidad del sonido, pero no se rindió ni se movió ni un milímetro, a pesar de no estar tapándose los oídos. Esto confundió a Jirou enormemente, ya que la gente solía verse mucho más afectada por la increíble intensidad de sus ataques sonoros.

Jirou decidió lanzar otro ataque igual, cuando, repentinamente, la chica hizo aparecer de la completa y absoluta nada, un cañón gigante que parecía sacado de una película de piratas. Jirou se quedó de piedra, pues el cañón la estaba apuntando directamente a ella. Como acto reflejo, gritó: ¡Hostia!, y se cubrió la cabeza con las manos y se agachó un poco, como si eso fuera a protegerla de un cañonazo. La verdad es que no había sido un acto demasiado heróico por su parte, pero en ese momento lo único que Jirou deseaba era no morir de un cañonazo en la cara.