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A pesar de no haber dormido prácticamente nada, a la mañana siguiente Momo fue a comprar unos taiyaikis y se encaminó hacia el hospital. Eran las 9 de la mañana, bastante pronto, y el lugar estaba muy vacío por ello. Subió hasta el cuatro de Jirou.

Estaba la puerta abierta. Kyoka se encontraba tumbada en su cama viendo algo en el teléfono móvil. Momo la contempló desde la puerta, hasta que llamó para que la pelimorada la oyera.

- Buenos días Kyo. - Dijo Momo, entrando en la habitación.

- ¡Yaomomo! No sabía que vendrías tan pronto. - Respondió la chica contentísima de ver a su novia.

- Te he traído el desayuno. Toma, antes de que se enfríe. - Momo le pasó la bolsa a Jirou y esta sacó los dulces inmediatamente y empezó a comer.

- ¡Me encantan, gracias!

- ¿Qué tal ayer con tu padre? - Preguntó Momo, sentándose al lado de la cama, junto a Kyoka.

- Bien. Tampoco hablamos mucho, pero en general bien. - Admitió Jirou, con la boca llena de dulce.

- Bueno, me alegro. - Dijo Momo con una débil sonrisa.

- Luego tendría que ir a ducharme. - Comentó Kyoka, simplemente por decir algo.

- Uhhh, pues igual puedo quedarme y mirar. - Dijo Momo en tono juguetón.

- No creo que sea el momento. - Respondió la pelimorada, que se había empezado a reír.

Jirou observó el rostro de su novia, y vió las ojeras que se habían formado bajo sus ojos. Estaba claro que Momo no había pasado una buena noche.

- ¿Al final hiciste algo con lo de tu padre? - Preguntó Jirou, cambiando a un tono serio. Momo suspiró.

- Sí, ayer hablé con él. Le han detenido. - Respondió Yaoyorozu.

- Tenías que haber empezado por ahí. ¿Estás bien? - Dijo Jirou algo preocupada.

- Honestamente, no. Ha sido duro. - Admitió Momo.

Las dos novias estuvieron un rato hablando del suceso. Momo explicó todo lo sucedido y Jirou la escuchó atentamente. Un rato después Momo se marchó, ya que había recibido una llamada.

La llamada era de la policía, de una detective que llevaba el caso de su padre. Iban a interrogar a Momo y a pedirle las pruebas para quedárselas como evidencia. La pelinegra fue hasta la comisaría y allí contó todo lo que sabía y entregó el papel de la revisión de la máquina. Sí, aquel papel que la madre de Jirou murió intentando entregar a la policía, había sido entregado por Momo. Se sintió bien, como si estuviera dándole un sentido a lo sucedido con Mika Jirou.

Aquel día en general fue duro para Yaoyorozu, y para su madre, la cual también fue interrogada.



Al día siguiente por la tarde, la policía habló con el hospital, para informar de que, efectivamente, Jirou no se había tratado de suicidar. Eso provocó que los doctores se disculparan con la chica y con la familia de Jirou, y que la dejaran salir del hospital, ya que estaba en observación por si acaso volvía a intentar quitarse la vida.

Lo primero que hizo Jirou nada más salir fue ir a ver a Momo. Después, tuvo que estar muchas horas haciendo los deberes de la UA, porque se había saltado muchos días de clase.

Cuando volvió a la academia, todos la recibieron con entusiasmo. Lo bueno era que sabían que ella en realidad no se había intentado suicidar. Lo malo era que esto lo sabían porque en las noticias había salido el caso del padre de Momo y el padre de Inasa como asesinos, lo que había provocado una oleada de periodistas molestando a la familia Yaoyorozu a todas horas. Jirou había insultado a más de un periodista cuando habían lanzado preguntas personales que su novia claramente no iba a contestar.

Lo bueno era que dentro del recinto de la academia UA los periodistas no podían entrar, así que allí Momo estaba segura. Pasaron unas cuantas semanas antes de que los periódicos y las noticias dejaran de hablar del tema, lo que fue un gran alivio para Momo.

El juicio se celebró un mes después de la detención del señor Yaoyorozu. Momo fue con Kyoka, las dos vestidas elegantes. Se sentaron juntas y no se soltaron la mano durante todo el juicio. Era un momento difícil para ambas, ya que se juzgaba al padre de Momo por lo que le había hecho a la madre de Kyoka y a la propia Kyoka. Las dos chicas tuvieron que testificar ante el juez.

Finalmente, el juez dictó sentencia: culpables. Ambos se enfrentaban a unos cuantos años en prisión. Fue desgarrador para Momo, ya que ella en el fondo aún quería a su padre, aquellos momentos de felicidad que había pasado con él no se podían borrar porque sí.

La madre de Momo se hizo con el control de industrias Yaoyorozu, y la empresa Yoarashi finalmente quebró. Más o menos un año después, Jirou convenció a Momo para que por fin denunciara a Inasa. Así lo hizo, y tras un largo proceso, el chico fue también a prisión.

Además, el padre de Jirou, un día de la nada, volvió a casa. Llegó al que siempre fue el hogar de su hija, su mujer, y él, dejó la maleta y ya nunca más volvió a marcharse. Aunque la familia Jirou nunca volvería a estar completa, la felicidad volvió a inundar a ratos aquel hogar, entre conversaciones, risas y, sobre todo, melodías de piano.

Tras tres años, las dos se graduaron de la UA, y se volvieron heroínas. Estuvieron toda la vida juntas.

Puede que aquel romance no comenzara de la forma más tradicional posible, pero ambas se habían ayudado la una a la otra a superar toda la mierda que les había presentado la vida. Se volvieron un refugio al que ir cuando cualquiera de las dos necesitaba llorar, el único lugar donde realmente eran felices, era la una con la otra.

A veces solo se necesita una amiga. O en este caso, una enemiga. O en este caso, al amor de tu vida.



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Muchas gracias por leer esta historia. Me gustaría saber si os  a gustado, vuestra opinión en general :)

Nos vemos en futuras historias MomoJirou, un saludo!

[MomoJirou] Enemigas con derecho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora