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Momo Yaoyorozu siempre fue una estudiante brillante, con notas que sobresalían más allá de la media. Además, ella siempre fue amable con todos, mostrándose al mundo receptiva, dulce, inocente y altruista. Lo cierto es que siempre había sido así, y lograba agradar a cada persona que conocía.

Ella entró en la UA por recomendación, gracias a las conexiones de su padre por ser inversor en diversas agencias de héroes, y, ahora, también inversor de la propia academia UA.

Yaoyorozu había logrado hacer amigos desde el minuto cero, un grupo bastante agradable, algo diferente de las habituales personas que la solían rodear cuando aún iba a su antiguo colegio privado. En general, la actitud de los alumnos de la UA era radicalmente distinta a la de ninguno de los amigos que Momo había tenido antes, ya que no eran todos ricos, sino que había más gente de distintos trasfondos, y eso le gustaba bastante.

Y entre la variedad de personas de su clase, Momo se había fijado especialmente en una chica bajita de pelo morado y auriculares en las orejas, Jirou. Desde su combate Momo había tratado de iniciar una amistad con la pelimorada, siendo todo lo amable que había podido. Pero, por algún motivo que Yaoyorozu era incapaz de comprender, sus encantos no habían convencido a la chica de los auriculares.

En el centro comercial Jirou había admitido que le caía mal. Momo se había quedado bastante extrañada. Era la primera vez que esto le sucedía. Nunca le había caído mal a nadie, o por lo menos nunca nadie se lo había confesado a la cara. Pero Jirou era sincera, una chica directa y real.

Lo cierto era que a Momo le había parecido atractiva la pelimorada desde la pelea, y desde su charla en el centro comercial le atraía aún más. Al ser la única persona a la que Momo no había logrado conquistar con sus encantos, Yaoyorozu sentía unas ganas enormes de conocer a Jirou. Si Jirou podía ser directa y fría con Momo, ella podía hacer lo mismo, Kyoka apreciaría mejor tener una charla sin rodeos.

Era por la tarde, después de clase, en los dormitorios de la UA. La mayoría de alumnos del A se encontraban charlando y merendando tranquilamente. Jirou estaba con su grupo en un sofá, aunque ella no estaba comiendo nada. Yaoyorozu se acercó y saludó al grupo alegremente. Luego, dirigió su atención a la pelimorada.

- Jirou, ¿podemos hablar un momento? - Dijo con su habitual sonrisa, mirando a la más baja.

- ¿De qué?

- De una cosa, mejor en otro lado.

- No, lo que tengas que decir dilo aquí. - Respondió Jirou, que no entendía por qué motivo iba a querer Momo hablar con ella de nada.

- Por favor, es privado. - Insistió Yaoyorozu aún con su amabilidad. Jirou resopló.

- Vale, pero si cuando vuelva me han quitado el sitio, me fabricas un sofá. - Dijo la pelimorada, levantándose.

- Tranquila, solo será un momento.

Ambas chicas se alejaron del grupo. Cuando estuvieron en un lugar algo alejado, pero aún en la sala común donde estaban todos, Jirou se detuvo.

- Bueno, dime.

- No, aquí no. - Respondió Momo mirando a su alrededor. Sin darle tiempo a Jirou a responder, agarró la mano de la chica más baja y la metió en el cuarto dónde estaban las duchas. Después cerró la puerta con pestillo.

Jirou estaba totalmente sorprendida.

- ¡Pero qué haces! - Dijo molesta.

Momo no respondió a esto. En su lugar, acorraló a Jirou contra la pared y acercó bastante su rostro al de la chica.

- Sé que te caigo mal, así que no voy a fingir ser amable contigo. - Dijo solemnemente.

Jirou estaba ruborizada, presionando su cabeza contra la pared. La cercanía de Momo la estaba poniendo muy nerviosa, y no solo nerviosa. La pelinegra siguió hablando.

[MomoJirou] Enemigas con derecho.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora