Walpurga

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Walpurga Black. 1956


   La luz suave iluminaba la habitación, y el olor a pintura fresca llenaba el aire. El artista, con su paleta y pinceles listos, me exigía una sonrisa cálida que no me molesté en complacer, podía inventársela al pintar.

   Compartimos algunas conversaciones ligeras durante los descansos. Quería saber el motivo del encargó de la pintura, pero yo quería evitar hablar del tema. Debía sentir orgullo por ello. Mi futura boda había sido concertada con éxito con mi primo Orion Black, al que conocía desde niños. Con la renuncia de Alphard, y la inesperada infertilidad en el matrimonio de Cygnus, se había vuelto una prioridad asegurar un heredero para la casa Black con sangre de la rama principal. El primo Orion parecía ser el mejor enlace, y único con el apellido Black disponible.

   El retrato era para la casa, una celebración de mi futuro casamiento. El sentimiento de apatía se reflejaba en la sonrisa del retrato, pero parecía ser la única en notarlo.

   Estaba muy orgullosa de servir a mi familia. Era responsable de la perpetuación de mi linaje, y si fuera capaz de engendrar un heredero, sin la necesidad de que Cygnus buscará una segunda esposa, la línea familiar se estudiaría desde mi nombre. Junto al de Orion, al que conocía de nuestra infancia en común.

   Estaba muy orgullosa, pero algo dentro de mi pecho me obligaba a sentarme a tomar aire si pensaba mucho en el tema. No podía imaginarme toda la vida junto a él, y dejarlo todo en aquel momento para convertirme en su esposa. Tenía una vida, pequeña y prescindible, pero no quería abandonarla completamente.

   Orion se presentó una tarde en Grimauld Place, que una vez casados y con un hijo, sería nuestra residencia. Mi madre le invitó al salón, y juntos tomamos té en silencio. Mantuve la mirada incómodamente en el suelo, pensando fríamente lo mucho que iba a odiar todo aquello.

   "Tía Irma...", dijo al terminar la merienda. Nos paralizamos los dos. Mi madre sonrió como si no notará la incomodidad en la habitación, y yo me repetí varias veces Toujours Pur, para no olvidar que mi cometido era mucho más grande que yo. "Quiero decir, señora Black... Me preguntaba si podría salir a pasear junto a la señorita Walpurga por los jardines".

   "Por supuesto, querido", respondió por mí. Me levanté con obediencia y salimos juntos a los paseos del jardín de estilo francés. Mi madre caminaba por detrás, mientras Orion me ofreció su brazo y anduvimos por delante de ella.

   "¿Crees que nos pueda escuchar?", me preguntó tras varios minutos.

   "No, es medio sorda", le aseguré.

   "Walpurga, esto es muy incómodo para mí, nos conocemos desde niños, nunca pensé que algo así sucediera", me dijo. Yo suspiré sin añadir nada. Durante los últimos dos años había estado quedando y escribiendo cartas con Bartemius Crouch, tenía verdaderos planes de casarme con él. "He estado pensando en borrar mis recuerdos de usted", le miré.

   "¿Borrar sus recuerdos?", asintió con energía, convencido de su genialidad.

   "Es cierto que en algún momento nos daremos cuentas del parentesco, pero podemos olvidar cualquier relación familiar, cualquier trato respetuoso anterior a nuestro matrimonio. Demonios, Walpurga, no quiero casarme con mi prima".

   "Yo... tampoco quiero casarme con usted", respondí, pero era lo que debía hacer, nuestra obligación.

   "Excelente", añadió mientras miraba hacía mi tía. "Lo haré antes de la ceremonia, no quiero esperar a después, tampoco quiero olvidar la boda".

Historias de la Familia Black (Marauders)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora