Historias de la Familia Black (Marauders)

Andromeda

Andromeda Black, 1965

Los pasillos son inmensamente largos. Todos parecen iguales, todos los retratos se parecen, y los bosques que rodean la escuela se ven igual en todas las direcciones. Me intento situar pensando que tengo que bajar. Bajar y bajar hasta las mazmorras, pero no encuentro escaleras, y me comienzo a poner nerviosa.

Bella me espera en la sala común, todas las noches jugamos una batalla de ajedrez antes de despedirnos. Es muy destructiva jugando, le gusta cazar todas las piezas antes de ganar, y alguna vez utilizo esto en su contra, otras gana. No quiero llegar tarde, no quiero molestarla.

Ella me dijo que no hablara con nadie de fuera de mi casa, de fuera de mi curso, y posiblemente, si pudiera controlarlo, solo tendríamos amigos con un estrecho lazo de sangre. Pero un grupo de Hufflepufs, que también debe de bajar, están a unos pasos, y no quiero seguirles como rarita. Me acerco avergonzada, rozando el hombro de una chica.

"Hola, perdón, me he perdido, ¿sabéis el camino a las mazmorras?", preguntó avergonzada. Miró el suelo porque no me atrevo a verlos a la cara, y mucho menos a que me reconozcan y se espanten.

"Vamos a bajar ahora, ¿nos acompañas?", dice la chica, y sonrió asintiendo, aún sin mirarla. Camino unos pasos por atrás, el corazón me late a mil, y sé que estoy ruborizada, pero no puedo evitarlo. No sé qué decir, no quiero dar una mala impresión, y la estoy dando.

"¿Eres Andromeda Black?", me pregunta otra chica. Me atrevo a mirarlas. Dos son pelirrojas, de mi curso. Van con otra chica rubia, y un chico de pelo y ojos café. Van a mi curso, creo, los he visto en pociones.

"Sí, mejor Andy que Andromeda", aclaro. Se miran y no dicen nada unos segundos, así que vuelvo a agachar la cabeza siguiéndolos.

"Estábamos hablando de la poción que nos mandó Slughorn el miércoles, ¿qué tal la llevas?", me pregunta el chico. Le miró unos segundos, y sonrió dudando.

"Bueno, no es mi fuerte pociones...", admito. No soy mala, pero Bella es mejor que yo. "Lo que llevo mal son las lecturas de la profesora Macgonagall, voy muy retrasada...", añado, pero me arrepiento. A veces hablo demasiado, más de lo que la gente quiere escuchar, soy algo molesta.

"Estoy igual", ríe el chico. La chica rubia sonríe asintiendo y añade: "Dicen que Macgonagall ha suavizado con los años, que su primer año en Hogwarts suspendió a todas sus clases", me lo imagino perfectamente.

La conversación es amena, y no vuelvo a mirar el suelo en todo el camino. Ellos se quedan en la sala común de Hufflepuf, yo tengo que bajar un poco más. Cuando me despido me siento rara, porque es la primera vez que eso me sucede en Hogwarts, que puedo tranquilamente hablar sin que nadie me detenga molesta.

"Oye Andy", dice una de las chicas pelirrojas cuando me voy a ir, su nombre es Julieta, no conozco su apellido. "Mañana vamos a estar por el lago, por si te quieres acercar", dudo. Una conversación casual es justificable, elegir pasar mi tiempo con ellas es algo completamente diferente.

"Intentaré estar", digo antes de pensar una respuesta más compleja. Sonríen, y me pregunto qué pensaría padre si me viera hablar con ellos.

Cuando entro a la sala común Bella está sentada de brazos cruzados, mirando la chimenea. Me ve y me hace acercarme enfadada. "Perdón, me perdí", digo. Es mi primer mes en Hogwarts, me lo puede perdonar. Se encoje de hombros silenciosa y comenzamos a jugar.

"He estado hablando con Evan y sus amigos hoy", es raro que les llame Evan y sus amigos, por qué son las únicas otras personas con las que pasa tiempo, y debería decir solo mis amigos o algo así. La mente de Bellatrix funciona un poco diferente a la mía de todas formas. Como no continua, quiere que pregunte.