Capítulo 6

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♤♤ Hay una  respuesta para cada pregunta, está en tus manos interpretarlas correctamente ♤♤

Autora :

Cada uno tiene el alma rota, y sólo entre los dos podrán sanarse pero .... las mentiras que los envuelven los obligan a alejarse nombrandose como enemigos.

♢Emma Foster ♢.

¿Qué clase de estupidez acabo de cometer?, ¿Porqué lo abraze?,¿Qué diablos estoy haciendo? por dios.

Me reprochaba a mi misma por haber  cometido tal estupidez sin darme cuenta de que el hombre que la había  interrumpió estaba dentro de la habitación.

-Al parecer los rumores son ciertos - dijo el chico vestido de enfermero mientras se acercaba al gavetero en una esquina de la habitación donde reposaba  una vasija con agua; llenó un vaso para después acercarse a mi.

- ¿Qué rumores? - cuestioné  sin comprenderlo;  volvió su vista hacia  mi y un par de ojos oscuros me observaron entretenidos, tiene un porte elegante y por su acento puedo deducir que es italiano, este lugar en ves de un centro para psicópatas parece el hogar de los seres infernales más hermosos, hasta ahora no e visto un solo tipo feo aquí.

-De que eres la mujer del Cuervo - me extendió la mano ofreciéndome una pastilla.

- ¿Por qué lo dices ?- pregunté confundida ignorando la pastilla que me ofrecía.

-Porqué los acabo de ver acaramelados - comentó dedicandome una mirada significativa.

Me detuve  a analizar detenidamente lo que acabo de escuchar y un escalofrío recorrió  parte de mi nuca y espina dorsal, ¿Ese chico es el cuervo?, ¿Él es el asesino de mi padre y hermana?, no, no puede ser, ¿o sí?, eso aclararía muchas cosas pero...

"Bienvenida a nuestro juego " las palabras de aquel hombre vienen a mi cabeza y todo me da vueltas; no puede ser.

-¿Cuánto tiempo lleva ese chico aquí?- pregunté tratando de entender lo incomprensible.

-Toma - me ofreció  la pastilla nuevamente ignorando mi pregunta.

- Por favor dime - pedí.

- Te estoy ofreciendo algo, así que ya deja la plática que no somos amigos del colegio contándonos chismes - contestó arisco  mientras me toma de la mano y me coloca en el centro de la palma la pastilla.

-¿Qué es esto? - fruncí mi frente curiosa.

- Griselda te lo puso en la ficha como medicamento a ingerir, son  antipsícoticos, me dijo que te vio teniendo alusinaciones en el baño - se encogió de hombros y se volteó  para irse cruzando la puerta y dejándome con miles de incógnitas en la cabeza.

Me tomé la pastilla sin refutar ya que sería un gran alivio dejar de tener esas horribles alusinaciones que me torturan desde aquella noche en la que mi vida se volvió esta mierda que es ahora.

      Me dejé caer en la pequeña cama personal de mi habitación mientras mi mente proyecta las imágenes de mi papá y hermana muertos y el enojo se me fue acumulando en un nudo grotesco en la garganta, siento que no me podre contener toda la rabia que surgió de un momento a otro y otra ves vuelvo a llorar, otra maldita ves en la que me quiero morir ya que mi vida no tiene ningún sentido, joder.

Quienes  te destruyeron  la vida están aquí, cerca de ti  - me recordó  una voz en mi cabeza enfocandome, mientras sin poder evitarlo cuestioné el hecho de que aquel chico fuera el causante de mi desgracia.

Pero es así  y no puedo darle el gusto de verme llorar, no soy así, no soy está chica débil, toda una vida papá me enseño a defenderme y ser fuerte y por él, solo por él debo serlo, no pienso decepcionarlo.

Me levanto de golpe de la cama y cuando intento avanzar siento como si me dieran con un martillo en la cabeza, el dolor es insoportable y la sostengo entre  mis manos tratando de mermar las dolorosas punsadas que torturan pero me resulta imposible; caígo de rodillas al suelo entre jadeos y gemidos de dolor.

La vista se me torna nublada y cuando la alzo veo la sombra de un hombre cernírse sobre mí para tomarme del cabello con fuerza haciendo mi nuca arder, con su otra mano libre toma un objeto filoso y lo entietierra en la carne de uno de mis ojos haciéndome soltar un grito mezclado con dolor y terror, llevo mis manos a mi ojo y  intento alejarme de él, pero me supera en fuerza y no me permite moverme mientras me somete a la horrible tortura de desprenderme los ojos de la cara lentamente.

Duele, es un dolor agonizante que me hace pensar en que este es mi fin y que ya no saldré de esta, grito, pataleo y suplico por ayuda mientras siento que me ahogo con mi propio dolor.

-¡Emma !- escucho el eco de una voz que me llama con insistencia - ¡Emma!- no lo veo todo está negro - Emma ya está, solo es un mal sueño, abre los ojos.

《¿Un mal sueño?》

Lucho con mi subconsciente por volver a la realidad y lentamente abro los ojos inundando mi vista con la luz de mi habitación, los ojos azules de Enzo se encuentran con los míos trayendo consigo un alivio y consuelo reconfortante haciéndome entender que ya paso, que estoy a salvo o al menos que ya salí de esa horrible pesadilla.

- ¿Estás bien? - me pregunta preocupado y yo solo asiento mirando a todos lados comprobando que esto sea real, y caigo en cuenta cuando observo al chico que está recostado en el humbral de la puerta cruzado de brazos, el cuervo, tiene una expresión que no sabría describir, está serio, su ceño levemente fruncido y sus labios forman una línea recta sin significado alguno.

Se ve tan normal, tan incapás de cometer tales asesinatos que me hace dudar y, no digo que se vea inocente, porque tiene una belleza que se podría comparar con la de un Ángel Caído, pero si no lo hubiese conocido en estás circunstancias, jamás imaginaria todo el infierno que guarda tras esos ojos que simulan llevar al cielo.

Nuestras miradas se encuentran y él solo se incorpora en su lugar para darse la vuelta y caminar a su habitación.

- ¿Quieres que te lleve a la enfermería? - preguntó Enzo captando mi atención, se ve tan real,  parece tan preocupado  que me hace sonreír.

- Ya estoy mejor gracias - le digo sonriendo.

- Bueno venía a decirte que ya es hora de salir a tomar el aire, pero creo que no estás en condiciones ....

-Estoy bien - lo interrumpo - y me sentaría muy bien salir a tomar el aire.

- Pues vamos entonces - dice encaminandose a la puerta, Enzo es un chico bastante atractivo, posee un porte bien trabajado y lleva varios tatuajes en el brazo, en ves de un guardia parece un playboy o algo así.

Salimos por el pasillo y caminamos hasta un enorme balcón en donde ubico mi objetivo sentado al lado de la pelirroja que nos interrumpió en el baño y otros chicos más, así que decidida respiro profundo y me emcamino en su dirección deteniéndome frente a ellos captando su atención;  ignoro la mirada de todos y me centro en la suya; el me observa impasible.

-¿Fuiste tú? - le pregunto sin titubeos.

SálvameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora