Capítulo 9

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♢Emma Foster♢

El estruendo que emitió  el palo negro de Griselda cuando impactó contra las puertas de las habitaciones me hizo dar un respingón en la pequeña cama en la que descansaba, o por lo menos lo trataba, ya que, me e pasado todo la noche y parte de la mañana  pensando en lo que debo de hacer, en la actitud que debo de tomar ante todo esto y para ser sincera la única opción que se presenta en bandeja de plata frente a mí, me revuelve las entrañas en consecuencia.

- Es hora de comer -  anunció en voz alta la molesta mujer.

   Me levanté  de la cama y me alisé el uniforme  con las manos caminando hacia la puerta.

Cuando levanto la vista me encuentro con Íker, quien iba saliendo con expresión aburrida de su habitación, y el que, al mirame, esboza una sonrisa juguetona.

Dios, ¿Porqué es tan jodidamente  hermoso y a la vez tan despreciable?

    Traté de ignorarlo  caminando en dirección a la salida, con el al lado; mientras avanzo implorando  mentalmente  que se quede  callado, pero eso es mucho pedir para la vida de mierda que tengo.

- Oye -  Me susurró  mientras nos formamos en la fila para salir hacia el comedor y  por mi parte  sigo sin mirarlo - Mamba, ¿Qué fue lo que  soñaste conmigo?.

¿Qué carajos es Mamba?

- ¿Qué? - esta vez no lo pude ignorar - ¿De qué hablas?

- Pues.. - empieza  - formaste un alboroto está mañana y cuando te despertó Enzo me miraste con expresión de perrito asustado - contó  en tono burlón - Y luego de que "yo" saliera corriendo para que no te abalanzaras sobre mi como  antes, apareciste en el balcón preguntándome¿Fuiste  tú?.

-  Y eso te llevo a pensar que soñaba contigo, ¿verdad?- pregunté con una ceja arcada.

- Entre otras cosas - se encogió de hombros.

- Iluminame - Lo animé a que continuara.

- Mejor no - negó con expresión divertida - no quiero que me abraces delante de todos y luego se crean cosas que no son, ya tenemos antecedentes en este lugar acerca de un amorío y tú no corres con tanta suerte para eso  - volteé los ojos ante su ego.

- Ya sé que eres -  le informé y contemplé como  por un segundo se le crispó la mirada, pero de igual manera, supo disimular  que no le había  afectado.

- ¿A sí? ¿Y que soy Mamba? - preguntó curioso y yo sólo pude pensar en el estúpido apodo de "Mamba " al que todavía no había interpretado.


¿Era algún insulto?, ¿Alguna forma de llamarme presa?.

La frustración llegó a mi a toda prisa haciéndome decirle:

- Un imbécil sin una pizca de cerebro -  el volvió su cara diversión pura.

-  No pensabas  eso cuando me  abrazabas está mañana -  me recordó en un tono sugerente  con una sonrisa pícara.


Imbécil

-  Tu mismo lo dijiste no pensaba, estaba mal y fuiste el primero que vi cerca, no te creas mucho.

- ¿Osea que me usaste? - preguntó pensativo pero nada afectado.

- Wow, ¿lo pudiste notar? -  me burlé  con una sonrisa de angelito y el entrecerró los ojos indignado.

   Cuando observo hacia al  frente  me encuentro a Enzo a pocos pasos de nosotros conteniendo la risa, parece ser que nos estaba escuchando y Íker al notarlo le lanza una mirada fulminante.

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