Capítulo 17

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♢Emma Foster♢

Me encuentro en mi habitación con la mirada perdida en el techo mientras  voy eliminando  todos los pensamientos de mi vida pasada.

    Estoy tan haztiada de tantas mentiras y   falsedad que ya no me permitiré volver a caer por aquellos que solo me mantuvieron en una burbuja de engaños,  la misma que la realidad pincho desatando esta podrida verdad.


      Me levanto de la pequeña  cama del cuarto y cruzo el humbral de la puerta, es de  madrugada y por muy estúpido que paresca tengo hambre, sí, hambre.

   No recuerdo la última ves que tube apetito, bueno, la verdad sí, pero fue mucho antes de que pasara todo esto, hasta creo que e perdido peso porque en este tiempo solo e comido para sobrevivir, osea solo pequeños bocados de comida .

Pero, ¿Qué hago?, ¿Cómo saldré sin que me vean? Y sobre todo, ¿Qué sé yo donde están los alimentos ?.

   Miro hacia la habitación frente a la mía  por instinto y está vacía .¿Dónde está?, desde ayer no hemos vuelto a cruzar palabra, y lo entiendo, entiendo que deba de odiarme, no lo culpo  pero... es que no sé ni que decir acerca de él, cada que viene a mi cabeza su imagen, se me forma un nudo en la garganta y se me oprime el pecho.

Es algo difícil de explicar, jodidamente difícil.

Mis pies se mueven por sí solos mientras sigo pensando en él, no hay nadie en los pasillos y me e dado cuenta que las noches en Hiltoms son así, desiertas, no hay guardias, ni enfermeros, todos desaparecen.

    Cuándo levanto la vista mi mirada se encuentra con su espalda, sin darme cuenta mis pies me llevaron a él,  estaba perdida en mis pensamientos y mi cuerpo llegó hacia el sin más, es como si nuestras almas combatieran contra nuestros cuerpos, ellas luchan por tocarse, por conectar y fundirse en solo ser, pero las circunstancias y la  razón no se los permiten. Avanzo hasta quedar a su lado en donde me siento.

  Él al notarme se tensa, pero no me mira, ni articula palabra, solo se queda observando al oscuro bosque y, quiero romper este silencio, no entiendo que me pasa pero tengo la necesidad de hacerlo.

- ¿No puedes dormir?- murmuré mirando su perfil de lado.

- No - contestó  calmado, pero seco y frío.

  

- ¿Porqué? - pregunté buscando un tema de conversación.

- ¿Te parece poco toda la mierda que se nos viene encima?- espetó en un tono amargo.

- Entiendo.- asentí varias veces con la cabeza en un modo inconsciente.

- Tú,  ¿Qué haces aquí?, ¿No fue suficiente escarmiento para ti lo de las trillizas Hidalgo?.

- Tengo hambre - confesé torciendo los labios - Y como tú me debes un favor por salvarte la vida ayer, vine a que me ayudaras a conseguir algo de comer  -me excusé bajo ese tonto pero argumentable pretexto.

    



- Creo que la estancia en este lugar te a afectado mentalmente - inquirió serio haciéndome sonreír.

- ¿Tú crees? - me hizo un gesto de confirmación - Bueno evita que me vuelva más loca y ayúdame a encontrar algo de comer.

- Está bien - respondió después de permanecer en silencio por un par de segundos como si buscara algún tipo de indicio de que estuviera  bromeando, hasta que por fin, volvió a él, ese aire juguetón e intenso que lo caracterizaba y  esa sonrisa que tanto estragos causaba en mi estómago  - Pero que quede claro que ayer no me salvaste la vida  - añadió  - fueron los chicos.

SálvameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora