A la mañana siguiente, el dolor de mi cuello es inaguantable, y lo digo yo, experta en dolor, pero así es, al intentar levantarme todo me da vueltas y las ganas de vomitar aumentan, por lo que prefiero quedarme tumbada más tiempo.
Aún estoy algo desorientada, por lo que tardo en centrarme, tengo los ojos cerrados y estoy tumbada de lado.
- ¡Touya! -grito abriendo los ojos al máximo, pero no escucho respuesta.
- Touya -digo algo más calmada. Me incorporo poco a poco, con los brazos totalmente extendidos contra el sofá-. Vamos, Todoroki, no te recordaba tan gandul. De pequeño solías ser tú quien me...
Al mirar atrás no hay nadie. La cama está deshecha, con signos de ser usada, toda arrugada y con las sábanas en diferentes direcciones. Pero no hay nadie.
La puerta del balcón está mal cerrada.
- ¿Tanto te costaba salir por la entrada? -pregunto con una media sonrisa, enseguida desaparece.
Me vuelvo a tumbar, lo mejor va a ser descansar. Aburrida, y sin nada que hacer, enciendo la televisión.
Aburrido. Lo he visto. Anuncios de siete minutos. Aburridísimo. No me interesa. Este programa me lo pondré para dormir...
Noticias.
Últimamente no paro de verlas, es cómo si algo me dijera que lo hiciese.
Les doy una oportunidad, subo el volumen y vuelvo a cerrar los ojos.
Al parecer viene otro tifón. Cómo los odio, si al menos pudiera estar en casa, pero no, tengo que ir a trabajar y encharcarme entera...
Del tiempo pasan a los sucesos. Un grupo de malhechores, no tan de pacotilla, han asaltado, a los alumnos de la UA, estaban de campamento y han aprovechado...
- Pues vaya con la privacidad del menor...
No sale ninguna cara, ni comentan sobre heridos pero solo con nombrar la institución es más fácil rastrearles, se pueden volver el objetivo fácil de otros, o que aprovechen para denigrar el nombre de la academia a la que tanto les costó acceder, a veces pienso que los periodistas no tienen escrúpulos. Pero muchos dirían que están haciendo su trabajo....
Luego de llamar a la tía Yaoyorozu y asegurarme de que Momo, sí que fue atacada, pero que está bien, me relajo, aunque me vuelvo a tensar de golpe, cómo un gato cuando escucha un ruido estridente.
Me asalta la duda, ¿venía de ahí? ¿Touya venía de ahí? Dijo acampada, era ironía, era su ironía habitual, vino de ahí, del campamento de la UA. ¿Qué pretendía hacer? ¿Les ha hecho daño? ¿Con qué propósito? Quiero respuestas, que me diga, que me lo explique, ¿porqué el chico que deseaba ser un héroe ahora ataca a un grupo de adolescentes? ¿Estaba su hermano?
- Agh, ¡¿cuándo te volveré a ver?!
La alarma del móvil empieza a resonar, la apago antes de que las otras cinco restantes comiencen un ciclo sin fin, hora de empezar a preparame, por suerte, aún me queda un poco de crema efecto calor en el baño con la que calmar las molestias del cuello. Juro que no volveré a dormir en el sofá.
- Sí, mamá... Sí me he comido mis cinco piezas de fruta diaria -mentira-. Sí, ayer también almorcé vegetales -mentira-. No, no suelo llamar para que me traigan a casa comida precocinada -mentira. Busco en mi bolsa las llaves mientras ojeo los panfletos de los restaurantes, dudo entre la comida mexicana o la típica hamburguesa con papas fritas.
Consigo abrir la puerta de mi portal con una sola mano, la otra la utilizo para recolocarme con septuagésima vez bien los auriculares, malditos inalámbricos no se mantienen más de tres minutos en mis orejas. Reviso a mi espalda, con la extraña sensación de no fiarme, cómo cuando estás solo en casa y hablas en alto por si acaso.
¿Será él? Echo un vistazo fugaz pero no hay nadie, no al menos que se vea a simple vista, pero mi estómago demanda un buen trozo de carne, ha sido un día agotador y la noche fluye tranquila, por lo que dejo atrás mis paranoias y cierro atrás mía.
- ¿Sabes que me van a poner otro mentor? -cambio de tema una vez empiezo a subir por las escaleras-. Bueno, más bien es otro compañero, que ya llevo tres años.
Me inflo el pecho orgullosa, aunque mi madre me baja rápidamente al recordarme que he de obedecer todo cuanto me diga y que me hace falta mucha experiencia.
- Si, ya -respondo distraía-. En teoría viene dentro de poco, ya le hicieron el contrato.
- El otro día me encontré a Shoto, ¿recuerdas? Todoroki Shoto, el pequeño de los cuatro.
- Sí, ma... -si yo te contase... Y dudo en porqué no lo hago, pero prefiero guardar el secreto, mi secreto.
- Esta en clase con tu prima. Se ha vuelto de un seco... pero parece buen niño...
Dejo a mi madre hablando con el altavoz puesto y llego a mi casita, luego de un día largo, hago el pedido para la cena y sigo respondiendo a mi madre de fondo.
- ¿Recuerdas dónde tengo el albún de pequeña? -pregunto porque no sé por dónde empezar.
- Es tu piso, ¿cómo lo voy a saber? -dice en tono incrédulo.
- ¡Mamá...!
- En el armario debajo de la televisión, al fondo a la derecha, junto al Kanzashi de flores verdes.
- Gracias -le respondo triunfal.
Intento no mirar la horquilla, prefiero no acordarme de ello por el momento.
- ¿Para qué necesitabas el albúm?
- No... por nada, me has recordado a los Todoroki. Y lo bien que lo pasábamos.
- Era muy guapo -dice desde el otro lado de la línea y se queda en silencio, aunque sé que en su boca se dibuja una sonrisa. No hace falta que diga a quién se refiere, ambas lo sabemos.
- ¡Mamá! -le reprendo en alto.
- Ay, no seas vergonzosa, os queríais, se notaba. ¿Sabes quién se ha puesto las pilas? Tu prima, por lo visto se lleva muy bien con Shoto... -continúa hablando.
Por fin consigo lo que buscaba, una foto, de hace, al menos, catorce años.
Ninguno de los dos mira a cámara, estámos demasiado concentrados en nuestro juego, quién apartase la mirada perdería y no íbamos a hacerlo tan fácilmente, Fuyumi se ve un poco más alejada, intentando entender las normas. Mis padres hacían por llamarnos, pero nada, siempre hemos sido muy tozudos, más si se trataba de perder uno frente al otro. No fue un día con nada en especial, ni la última ni la primera vez que jugábamos a ese o a otro juego, pero lo recuerdo con cariño y muchas risas, cómo una primavera con muchos girasoles.
Si no me equivoco, gané yo.
Le quito el polvo a la página y tomo la foto, la admiro por unos segundo más, no sé decir si los ojos se me empañaron por el tiempo que pasé sin pestañear o por añoranza, pero cuando termino, me siento notálgicamente alegre, la doblo y la guardo conmigo, la quiero cerca, desde ahora, siempre.
Amo leer comentarios, primer aviso. Las estrellitas son bien recibidas ✨
Tengo otras historias de bnha y aot🌺
🌸🌸🌸
¡Bye, bye!
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Volver || Dabi x OC ||
Fanfic¿Qué hay de malo reencontrarse con un amigo de la infancia? Todo debería ser color de rosa, pero más bien esta historia toma tintes azules y grises. Muchas emociones, peleas y lágrimas. Pero también puede ser una oportunidad. ¡Sigue leyendo, te gust...