13. Refugiar

5 1 0
                                    

Nos seguimos alejando del lugar, la noche era plena y Dabi ya no parecía esconderse tanto, parecía más libre, pleno, feliz...

Enmudeció luego de mi último comentario y lo que hicimos fue: él caminar, y yo seguirle. Al pasar cerca de un río, al que había que acceder por una pequeña pendiente frondosa y no muy empinada, rompí el silencio.

- Extravagantes... -me referí a su "pandilla"-. Pero me han caído bien. Es especial, la rubia y el enmascarado.

- A mí no.

- ¿Cuáles son sus nombres? -ignoré su comentario, sé que si no les quisiera, no estaría con ellos.

- Toga y Twice -respondió algo irritado.

- Parecen el tipo de gente con los que no te aburres.

- Dilo más alto, estarán contentos de oírlo. Más motivos para molestar. -Alzó la voz- ¿O no?

No obtuvo respuesta.

- No voy a hacer nada mientras estén cerca -volvió a gritar al aire.

Escuché cómo se agitaron unos matorrales a lo lejos.

- Ya nos íbamos, solo queríamos asegurarnos que todo estaba bien. Queríamos cotillear. Era supervisión. 

Me preocupé, será que bajé la guardia o que mi sentido arácnido nunca ha funcionado, pero no me había percatado de ninguno de mis dos nuevos conocidos.

- Hablemos de cosas de chicas cuando nos volvamos a ver, Kyoko-chan. -Le asentí sonoramente.

Una vez los vimos alejarse, ahora sí de verdad, reanudamos la marcha.

- Son... curiosos -me reí-. ¿Qué va a estar mal sin su supervisión?

Un aire frío sopló frente a nosotros, y me puso la piel de punta.

- Soy un villano, ¿recuerdas?

Me dijo con una sonrisa arrebatadora que solo pude disfrutar unos segundos, pues en un movimiento rápido, me hizo girar sobre sí y caímos al césped.

Tardé unos segundos en reaccionar, aunque brusca, la caída no fue dolorosa, la amortiguó con su brazo.

Abrí los ojos, solo para volver a cerrarlos enseguida. Lo ví muy cerca, y me asusté, no sé que pretendía, no sé qué deseaba yo misma, y me asusté. Los cerré con tanta fuerza que se acentuaron las líneas de expresión en mi cara, mis mejillas encadecieron y dejé todo al destino.

Sin embargo, más que sentir un suave abrazo en los labios lo que sufrí fue un fuerte, repentino y doloroso, pellizco en mi mejilla.

- ¿Aún no te quieres enterar? Soy de los malos, hago daño, he matado. No seas tan ingenua. - Dijo con la voz ronca.

Pasó de estar encima de mí, sosteniendo mis brazos a tumbarse a mí lado en el césped.

La vergüenza me invadió, junto con otra sensación que no sé muy bien cómo definir, pero la cara me ardía y ese calor bajaba en línea recta hasta mi estómago.

Me giré hacia su lado para ser ahora yo la que estaba encima, pero la bofetada en la mejilla que me dió el césped fue sonora. Él ya se había levantado, desde abajo lo miré, me tendió una mano mientras que con la otra se quitaba el polvo. Acepté y me levantó sin mucho esfuerzo.

De repente, sentí unas sacudidas en mi espalda baja.

- ¿Qué haces? -giré mi cuello a ver que hacía con mi cuerpo.

- Quitarte el polvo -dijo mientras seguía con su labor.

- Ya puedo quitarme el polvo del culo yo sola -le respondí mientras tapaba la zona con mis manos.

Volver || Dabi x OC ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora