- ¿Ya no soy Kyoya*? -le inquirí con la mirada, elevando una ceja.
*Kyoya en Japonés es un nombre masculino que puede hacer referencia a gafas.
- Ya no eres una mocosa que no para de rasgarse los pantalones jugando y con un parche en el ojo para evitar ojo vago... -hizo un ademán que acompañó con un breve silencio-. Y te han crecido las tetas -dijo y se mantuvo serio.
- ¡Oye! -me saqué la chancla y se la lancé. Por desgracia, sus reflejos son buenos.
Pareció divertido, se rió de verdad, era la primera que veía de su parte en mucho tiempo, aunque él posiblemente pensó lo mismo. Probablemente, de mi parte, desde nuestro reencuentro, solo recibió sonrisas tristes, miradas condolentes y conversaciones que evitaban nombrar lo sufrido en su infancia.
- ¿Acaso parecía yo un chico con 8 años? -respondí ofendida.
- No quieres saber la respuesta -dijo con una amplia sonrisa y yo le amenacé con la chancla restante-. Bigotona .-Di en el blanco, ¡bingo!, 10 puntos, en toda la cabeza-. Si mal no recuerdo, así me lo hizo creer tu padre.
- ¡Papá no me haría eso! -ahora le amenazaba con los palillos.
- Ya te digo yo que sí... Recuerdo una vez... -apoyó un par de dedos contra su barbilla y sus ojos viajaron al otro punto de la habitación-... se me acercó en silencio y me preguntó si tenía alguna novia en mente, me dijo que si salía con alguien con más bigote que yo se reirían de mí.
- No te creo.
- No me creas -esbozó una sonrisa de satisfacción.
Me molestó un poco, no lo voy a negar, él, Touya o Dabi, cómo se quiera llamar, siempre ha tenido el don de picarme. Me incorporé y caminé hacía uno de los muebles del salón, en la gaveta de los recuerdos, saqué una fotografía. Su impresión era antigua, no debíamos de tener más de seis años.
- Mira lo mona que era -casi le estampé la foto en la cara.
Tenía toda la cara enchinada, no podía cerrar más los ojos de la felicidad, estábamos en el zoo y había visto por primera vez un panda rojo. Me faltaba un diente, se notaba bastante, era una paleta, pero solo hacía destacar más mi sonrisa.
-Sí, la sonrisa te tapa el bigote.
Ni lo pensé, tomé un palillo y me lo clavé en el muslo, rápidamente hice uso de mi quirk, una gotita de sangre se derramó, pero el muy mamón aguantó sin ninguna queja solo para fastidiarme más.
- Se te están acabando las cosas qué atacarme -dijo socarrón.
- No te fíes... -seguí admirando la imagen-. Tú también estaban muy mono.
Aún conservaba su pelo rojo, pero los mechones blancos amenazan con aparecer.
- Siempre lo he sido. Más bien, atractivo -añadió luego de unos segundos.
Solo me quedó hacer una mueca divertida ante su narcicismo momentáneo. Continué observando la escena, casi acaricié el papel, mamá nos había sacado luego de varios intentos (a día de hoy sigue sin darsele muy bien la tecnología).
- Ese día papá no pudo ir, pasaba por un brote y llevaba encamado al menos una semana.
El ambiente se llenó de seriedad. Tuvo varios brotes a lo largo de su vida, no empeoraba con la edad, pero sí le dejaban casi inútil, dependiente al completo.
Proseguí hablando, él sabía que era mi momento de desahogo, y yo no puse mucho impedimento, quería verbalizar lo que tanto tiempo llevaba callando y que me daba miedo de contar en voz alta.
- Lo dejaron morir. Lo dejó morir. Supe que se llamaba Shielder en cuanto las cámaras aparecieron, se llevó la gloria de salvar a una preadolescente aparentemente indefensa y omitió el que dejó morir a un cuarentón inválido que no le otorgaría tanta fama.
Casi apuñalé el trozo de pollo empanado de mi plato, pobre, él no tiene la culpa, aunque luego proseguí, lo zarandeé de un lado a otro, intentando buscarle alguna forma apetitosa, lo mordí y tragé pero seguía con el estómago cerrado.
- ¿Cuándo fue? -decidió vocalizar entre todas las preguntas posibles, ni cómo, ni porqué, ni si fue doloroso o si se pudo despedir. "Cuándo".
- Pocos meses después de... ti.
Volví a remover el arroz en mi plato, estaba más que mareado y yo lo miraba con poco apetito.
Escuché un zapateo cercano, hacía tiempo que no lo oía, bueno... obvio. Me llenó de añoranza escucharlo, Dabi, aún me suena raro llamarlo así, lo hacía siempre que se frustraba o se enfadaba.
- Me desperté a los 16 años del coma, solo, desorientado y asustado. "Dormilón" me llamaron, estuve allí hasta que... -hizo una pequeña pausa, omitió información, pero decidí no forzarle, no era el momento-, habló conmigo... me escapé al poco, visité la que fue mi casa, no fue difícil colarse, estudiando, entrenando, o rezando por mí, todos habían continuado con su vida. Touya había muerto, así lo demostraba el altar... -acabó y fijó su mirada en mí. Algo creído levanto el labio superior por un borde-. ¿Por qué pones esa cara?
- Porque me da mucha pena todo -le respondo y no hago lo más mínimo por retener el torrente de agua que se desborda por mis lagrimales.
- Te pones fea cuando lloras. Es curioso, hay chicas que se ponen muy monas, pero tú tienes la cara toda arrugada y roja, por no hablar de los mocos.
- Calla -le ordené mientras me limpiaba la cara con la palma de mi mano.
- Jamás -apoyaba su cara contra uno de sus dedos y su sonrisa era enorme-. Me tendrás que obligar -dijo retador.
- Estoy empezando a pensar que lo de invitarte los lunes a cenar ha sido una mala idea... -le contesto algo pícara. Recordemos que aún estaba llena de mocos.
- Qué va... Cena con espectáculo. Mi favorita -dice acabándose su plato-. Un espectáculo algo asqueroso, pero no me voy a poner quisquilloso.
- El próximo lunes traeré matarratas -le contesto con una sonrisa amable-. Así el señorito aprenderá a callarse.
Me mira divertido, tiene la cabeza totalmente apoyada en su mano y esta a su vez en la mesa, con la mano contraria tamborilea los dedos contra la isla, remuevo un poco la comida hasta que al fin parece sabrosa y empiezo a masticar. Consigo comer un bastante más antes de dar por terminada la cena, él aprovecha para robarme de poco en poco los trozos de cerdo. Sin duda, no hubiera comido tanto sin su fastidiosa distracción.
Amo leer comentarios, primer aviso. Las estrellitas son bien recibidas ✨
Tengo otras historias de bnha y aot🌺
🌸🌸🌸
¡Bye, bye!
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Volver || Dabi x OC ||
Fanfiction¿Qué hay de malo reencontrarse con un amigo de la infancia? Todo debería ser color de rosa, pero más bien esta historia toma tintes azules y grises. Muchas emociones, peleas y lágrimas. Pero también puede ser una oportunidad. ¡Sigue leyendo, te gust...