28

197 25 8
                                    

Luego del alboroto de su llegada, Goku y Milk tomaron asiento en la habitación del bebé, y hablaron sobre lo que había presenciado.

—¿De verdad los viste besándose o es algún tipo de malentendido?

—No. Yo los vi. Y si no me hubiera tropezado, de seguro las cosas se iban a mayores.

—Vaya eso es muy interesante. Me alegro por Vegeta. Se nota que a él le gusta mucho Bulma. Espero que no le rompa el corazón.

—Es lo mismo que me dijo Vegeta. Él la rechazó porque dice que ella no lo ama. Pero se los veía bastante entretenidos mientras se besaban.

Milk sonrió y acarició el rostro de su esposo. —Pareces un niño chismoso. Déjalos ser y cuando lo crean conveniente tal vez su relación se concrete. Por el momento no comentes esto con nadie más, es mejor guardar el secreto.

—Bueno pero tenía que contártelo. Tu estabas muy entusiasta con la idea de que nuestros amigos se emparejaran.

—Me alegra que me hayas contado, pero mantengamos su secreto. ¿Esta bien?

—Bien. No le diré a nadie más. Es una promesa. Por cierto ¿hay algo para comer? Muero de hambre.

—Estoy con antojo de pizza. Por eso te pedí que vinieras.

—Ohh. ¿Quieres que vaya por una pizza para ti? ¿Dime cuál quieres?

—Más bien estaba pensando en ir a comer juntos. Hace mucho que no lo hacemos.

—¿Algo así como una cita? ¿Los dos?

Milk sostuvo su vientre con las manos y respondió —Seremos 3. Pero si. Esperaba que nos diéramos un baño y saliéramos a comer.

—Ohh. Bueno. Haremos lo que tu quieras. ¿Estas segura que no quieres que vaya a buscar una pizza solo para ti? Como hago siempre que quieres comer algo.

—Esta vez tengo antojo de pasar tiempo con mi esposo. Para agradecerte todo lo que haces por mi.

—No es necesario Milk. Lo hago con gusto. Tu sabes lo mucho que te quiero. Si deseas que haga algo lo haré.

—Estoy muy agradecida con Vegeta por el hecho de haber evitado nuestro divorcio. Si él no me hubiera colaborado ahora estaría muy sola lidiando con él embarazo.

—Jamás te habría dejado sola con el bebé. Ni siquiera aunque estuviéramos divorciados. Dormiría en el sofá y estaría pendiente para cuando llegara el momento de su nacimiento.

—Lo sé. Pero yo no me habría perdonado seguir adelante con el divorcio. Estuve muy molesta contigo pero ahora que eres tan atento conmigo solo siento un profundo amor por ti.

—Ay ya no digas esas cosas. Vas a hacer que me sonroje.

Milk le dio un beso tierno en los labios a su esposo. —Tengo todo lo que quiero en esta vida. Tú y éste bebé son todo para mí. Espero que nuestros amigos también consigan ser felices juntos. Hay que salir a celebrar en su nombre.

—De acuerdo. Ve a ducharte y cuando salgas avisame e iré yo.

—De mi no te vas a librar tan fácil. Vendrás conmigo al baño, ahora. —Tomó a su esposo de la mano y lo guió hasta el cuarto de baño. Tardarían algún tiempo hasta que salieran a almorzar.

Mientras tanto Maron regresó a su casa, encontrándose a Yamcha comiendo solo. —Veo que te sientes mejor.

—Hola hermosa. ¿Te divertiste?

—Algo así. No puedo creer que me acusaste con mi padre. ¿Acaso piensas que soy inmadura o que?

—No te acusé amorcito. Solo me preocupé por ti y el bebé. No quiero que te hagan daño.

Cien Días Con Él                                        VegebulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora