Cien Días Con Él Vegebul

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Bulma cortó la llamada con Milk y se sintió derrotada por las palabras de su amiga. No quería reconocerlo pero tenía razón, ella no era la indicada para Vegeta, después de todo en cuanto Yamcha se lo pidiera, iría corriendo a sus brazos.

—Bien. Por una vez en la vida voy a escuchar los consejos que me da Milk. A fin de cuentas, hasta hace algunos meses ella estaba al borde del divorcio y  planeabamos irnos de vacaciones a Europa. Ahora las cosas son muy distintas. Ella es feliz con su familia y yo... — cuando escucho sus palabras se dio cuenta que la vida no era lo que ella deseaba, debía hacer un cambio radical.

—Voy a conseguirle una cita a Vegeta. Eso haré. Debe haber alguna joven bonita en este lugar.— siempre que necesitaba pensar, solía hablar sola en voz alta. Cualquiera que la escuchara pensaría que estaba loca. —Pero ¿donde habrá alguien interesante para que salga con el? Es una persona simple, y si yo le gusto quiere decir que tiene muy buen gusto. ¿Que estas diciendo Bulma? ¿Te oyes? Buscaré la primer chica que encuentre para que lo mantenga ocupado en lo que me perdona.—

Si algo caracterizaba a Bulma era su arrogancia. Pero no siempre fue así de arrogante. En realidad comenzó cuando se fijó en Yamcha y se volvieron pareja. Él atraía muchas miradas femeninas, y eso hizo mella en la autoestima de Bulma, si bien él fingía desvivirse por su novia, cada vez que podía la engañaba con otras mujeres. Ella lo sospechaba pero en lugar de enfrentarlo, decidió ignorarlo y ser la mejor de su clase. Teniendo en cuenta su inteligencia no sería un desafío. Logró el primer lugar de la clase y Yamcha llegó a ser el mejor basebolista del equipo de la universidad. Eran la pareja perfecta, por lo que Bulma comenzó a despreciar a todo el mundo, creyéndose superior a los demás porque tenía el dinero y el estatus que muchos envidiaban. Soñaba casarse en una ceremonia privada muy costosa, había planeado las fotos que saldrían en las revistas del momento. Supuso que tenía todo bajo control pero se equivocaba. Yamcha era una persona que no podía dejar de serle infiel y cometió el error de engañarla en su despedida de soltero. Cuando Maron publicó las fotos de ambos en una situación íntima, todos los periódicos hicieron fila para entrevistar a Bulma.

Ella estalló en furia, dedicó una semana  completa a destrozar la carrera y la reputación de su ahora ex novio. Hizo acuerdos e intimó y amenazó a cuantos pudo para que los sponsors de Yamcha rompieran contratos con él, invirtió mucho dinero en esparcir rumores además de dar entrevistas por las que cobro fortunas, a cambio de destrozar a su ex. Pensó que le daría un escarmiento pero él se puso de novio con Maron, quien invirtió varios millones de dólares en patrocinarlo y conseguirle un nuevo club donde jugar.

Al ver que esa guerra la dejaría en bancarrota su familia la obligó a ceder y decidió volverse la pesadilla de cuanto hombre se cruzará en su camino, así se convirtió en abogada de divorcios.
Vegeta la bajó de su nube. Y no sólo eso sino que también le demostró que no todos los hombres eran como Yamcha. Pero había arruinado cualquier intención romántica de él con en ella. Entonces debía firmar la paz. Batalló con su mente un rato hasta que decidió salir a caminar por el pueblo a ver si encontraba una jovencita digna de emparejar con Vegeta. En otras palabras buscaba un reemplazo para sí misma.

Recorrió el pueblo y no halló a ninguna mujer que pudiera considerar su rival, hasta que vio a una joven esbelta y tímida pero muy bonita vendiendo flores en un puesto de la plaza principal.

《—Esa chica tiene potencial. Solo debo averiguar si esta en pareja y si no lo está buscaré la manera de presentársela a Vegeta.—》pensó.

Se acercó a la tímida chica y le compró un ramo de rosas rojas. Le hizo conversación para ver si podía averiguar más sobre ella.
—¿Eres de por aquí? No te había visto antes.

—yo emm si. Soy de aquí. Mi nombre es Kale.

—Vaya eres un encanto. Soy Bulma Briefs. Es un gusto conocerte.