—¡¡Noooo!!
—¡¡Sueltenla!! ¡¿Como se atreven a tocarla?!
—¡¡Son todos unos cerdos!!
—¡¡AYUDAAA!! ¡AYUDA! ¡POR FAVOR, QUÉ ALGUIEN NOS AYUDE!
Gritos tras gritos, cada uno de echos llenos de miedo.
Pedían ayuda de alguna manera, la esperanza de ser salvadas era tanta, que se rehusaban a ceder. Aún si las estaban amenazando de muerte. No podían ser tomadas por hombres tan malos y asquerosos, eso jamás.
Habían siete hombres, y cinco chicas, todas estaban siendo presionadas en el suelo. Por desgracia, a algunas de la chicas les dañaron la camisa del uniforme, dejando ver el brasier y vientre.
Dos de los siete estaban vigilando, mientras los otros cinco trataban de poder debilitar a las bellas jovencitas.
—Golpealas, si no quieren a las buenas, será a las malas. —Uno de ellos habló, y tal como lo dijo, persiguió a golpear a la chica que tenía debajo de él.
La chica pronto empezó a gritar y llorar de dolor y miedo. Estaba desesperada.
Los otros cuatro hombres, hicieron lo mismo.
Más sin embargo, el grito de uno de sus compañeros los alertaron. Todos se detuvieron en seco, y voltearon a ver.
Dos sombras se podían ver, al parecer, ambos eran chicos. Una más alto que el otro. Pero solo uno de ellos emanaba una aura llena de rabia, con sed de sangre.
Zhenya tenía en sus manos, el brazo de uno de los dos hombres que estaban cuidando el callejón. Por otro lado, Taek sostenía en ambas manos a ambos hombres, los tenía sujetados del cuello de la camisa.
Zhenya sonrió ampliamente, y luego, arrojó el brazo.
—Valla, son cinco contra dos, ¿te parece justo? —Zhenya protestó, pero en cambio, recibió una mirada que lo hizo sentir extraño—. Era broma hombre, te ayudo. —Aclaró.
—Cállate, no tengo humor para tolerar estupideces. —Taek arrojó a ambos hombres a los contenedores de basura. Ninguno emitió algun gemido.
Zhenya asintió.
El moreno a su lado, caminó hacia un contenedor, tomó la tapa de uno de las canastas y la arrojó tan rápido como la tomó.
¡¡Zas!!
El golpe alertó a los demás y estos dejaron a las chicas, todos se pusieron en pie.
—¡¡Ustedes niños!! ¡¡¿Como se atreven a interrumpir a sus mayores?!!
Zhenya seguía sonriendo. Miró a Taek y vio como sus puños se apretaban, dejando ver venas.
—En estas ocasiones, me encanta la idea de vivir solo. —Taek joo sonrió radiante. Luego, volteó a ver a Zhenya—. Vamos a divertirnos.
Con aquellas palabras, Zhenya asintió y corrió por uno de los hombres. Teak también corrió, todos los cinco sacaron cosas, al parecer, son armas.
Taek joo ni se inmutó.
Dos hombres empezaron a disparar, Taek tomó otra tapa y se deslizó por el suelo, rasgando su pantalón, y claro, provocando daño en su piel morena.
Fue una lluvia de balas.
Taek apretó la tapa y luego la arrojó a la mano de uno de los tipos, la tapa voló y golpeó la mano, el instante el hombre gordo dejó caer su arma, y Taek joo la tomó.
Zhenya estaba maravillado con el moreno.
—¡¡Fascinante!! —Gritó, en su idioma original. Taek no lo entendió, pero solo siguió con lo suyo.
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Condenado a Amar
Short StorySer un adolescente es lo máximo, y más si eres muy popular con las chicas. Kwon Taek joo es un coreano que a podido hacer un imperio, y gracias a eso, muchas chicos y chicas le agradecen dándole cosas diariamente. ¿Y cómo no hacerlo? aquel joven mor...