QUINCE

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El timbre era tocado con insistencia, Kwon Taek joo estaba más que irritado, nadie aparte del loco que tiene como compañero era así. Al abrir la puerta, se encontró con unos ojos curiosamente familiares, pero muy hermosos.

—¿Quien eres tu? —La curiosa mirada de un chico atrajo su atención.

Olga bajó su mirada con interés, y se encontró con un guapo chico moreno, quien la observa esperando una respuesta. Al parecer, el chico tiene unas cuantas y muy notables marcas de golpes, heridas y como está su aspecto, hace no mucho debió de haberse dado una ducha. Olga eleva una ceja.

Taek joo pensó que la mujer frente a el no hablaba coreano, y curiosamente, tenía un tremendo parecido con Zhenya, así que llegó a la conclusión de que la bella mujer no hablaba ni entendía el coreano. Sin más, decide hablarle en Inglés, como lo había echo con Zhenya.

—Señorita, ¿necesita algo? ¿Busca a alguien? —Taek nuevamente volvió a preguntar.

Con un descaro notable, Olga observa el cuerpo esculpido del chico.

—Sabes Inglés, no tengo problema alguno en hablar coreano. —Por fin, la mujer se resigna a hablar. Taek asiente, pero no le da permiso de entrar al apartamento, no por el momento—. A si, se me olvido presentarme, me llamo Olga, y soy la hermana mayor de Yevgeny, un gusto joven. —Con entusiasmo claro, la mujer estira su mano, esperando que el chico la tome—. E venido un día antes, no quise dañar la sorpresa, verás, no somos muy cercanos. —Agregó.

Pero no hubo ningún contacto, su mano quedó al aire.

—Disculpe, pero en este apartamento no vive ningún Yevgeny, se está confundiendo. —Taek estaba confundido, más que la hermosa mujer frente a el. A duras penas pudo pronunciar aquel nombre.

¿Yevgeny?

—Lo dudo corazón, aquí vive mi hermano menor, mi padre compró este apartamento para el —Olga informa, sonriendo, sin perder la calma. ¿Ese idiota acaso se presentó con otro nombre?—. ¿Cómo se llama tu compañero dulzura?

Taek joo suspira, pensó unos segundos antes de dar información, no era de ese tipo que cuando le preguntan por alguien, de una vez soltaba todo. Claro que no.

—Zhenya.

—Ya veo. —Olga inclinó su cabeza a un lado—. ¿Me dejas entrar? Te explicare lo que quieras, me estoy muriendo, y creo que mi hermano no aparecerá por unas horas, ¿o me equivoco?

Taek duda, pero al final, deja que la mujer entre. Taek joo tomó el equipaje y lo dejo en un rincón, Olga le agradece por ayudarla. Le dolían las piernas, no sentía los talones y hacia un poco de calor, además, por el frío que hace en Rusia, en normal que todo el tiempo esté envuelta en sacos.

—Uff, pero que cansancio. No volveré a montarme en un avión... No por un tiempo. —Gruño, dejando el saco a un lado de ella. Sus nalgas por fin pudieron descansar, reposando en la suave y limpia superficie del mueble.

Taek camina a la cocina, toma un vaso, abre la pequeña nevera y deja que el jugo llene rápidamente el vaso. Al salir, le entrega el vaso a la mujer, quien al verlo venir, hace que sus ojos brillen.

—¡Muchas gracias!

—Si quiere más, solo dígamelo... —Estaba sintiéndose incómodo, más porque la mujer lo miraba de vez en cuando.

¿Acaso tenía algo más que moretones y heridas?

Si bien, estas habían sido hechas por esos viejos asquerosos.

—Bien, ¿en dónde quedamos?

—Tu "hermano", de el. —Taek le recordó, alzando sus dedos y haciendo comillas.

Condenado a AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora