Condenado a Amar

NUEVE

-Aaaah, eres mi especialidad~ oooh, amoooor. -Dentro de la cocina, se encontraba un moreno completamente feliz, cantando a todo pulmón. Estaba preparando un Ramen para el, y sus ánimos estaban mejor que antes, aparte, tenía pensado hacer un currie.

Valla que las duchas de agua rubia si que le favorecían.

-A ti, te deseo lo mejor... ¡¡Amoooor de mi cora!!... ¡¡AaAagk!! -Al darse la vuelta, se encontró con su compañero, quien se contenía para no echarse a reír como loco. Taek joo de inmediato lo apuntó con los palillos y frunció el ceño. Habia soltado un grito algo, ¿cómo decirlo? ¿Agudo? Casi como el de un conejo.

-...

-Tu animal, ¿cuándo entraste?

-No deberías de llamarme así, ¿acaso te hice algo malo? -Cuestionó, Zhenya no estaba para nada ofendido.

-No molestes, estaba bien si ti. -Escupió el contrario.

-Eso es más que obvio, idiota.

Taek joo gruñó al no poder entender lo ultimo.

-¿No piensas hacer algo para ti?

-Tu grito fue como el de un conejo, Ja, deseo volverlo a escuchar. -Zhenya se burló.

Taek apretó los palillos.

(Mente fría Kwon Taek joo, mente fría como la de una lechuga.)

-Bien, como sea, imbecil.

Taek joo siguió con lo suyo, Zhenya por su parte, miraba el cuerpo del moreno, su espalda luce tan apetitosa.

Dejó que la imaginación hiciera de las suyas.

¿Como se vería con unas cuantas mordidas? ¿Y con algunos que otros chupetones?

-Tal vez pueda probarlo. -Habló, riendo y se acercó a Taek.

Las puntas de sus frías manos se deslizaron por un costado del hombro derecho, Taek apretó los dientes. Zhenya ríe y baja su mano por la columna.

-¿Desde hace cuanto empezaste a esculpir tu cuerpo? -Preguntó, haciendo círculos hasta llagar a la espalda baja.

Taek joo suspiró ya cansado de ser tocado, ya con los días que había pasado, a conocido más al tipo que lo toca sin su permiso.

Una de sus más grandes cualidades, es ser un desvergonzado, además de invadir su espacio personal y mirarlo tanto como pudiera. Se estaba empezando a sentir incómodo, y más, con la sola idea de que fuera un hombre.

Diablos.

-Te pido que dejes de tocarme, lo que haces es considerado acoso sexual. -Escupió, dándose la vuelta-. Aléjate.

-¿Acoso? -Zhenya desconocía esas palabras, en sus años de vida, nunca antes nadie le había dicho algo nuevo, sus ojos se encendieron en curiosidad-. ¿Qué es el acoso? ¿Me lo explicas? ¿Es emocionante? ¿Es acaso una palabra para matar a alguien? ¿Una palabra clave?

Pregunta tras pregunta, Taek joo tuvo un tic nervioso en su ceja. Estaba irritado.

-¿De que estas hablando? ¿Matar? ¿En dónde has vivido como para decir esas tonterías?

-Escuela -su respuesta fue inmediata-, militar.

-¿Escuela militar? -Taek se inclinó un poco, analizando las palabras-. Bien, ni te pregunte de dónde eres, aprovecharé para saberlo. ¿De dónde eres Zhenya?

-Rusia.

-¿Entonces haz estado en una escuela rusa?

-Es obvió.