DÍEZ

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Al siguiente día, Taek joo se levantó más temprano de lo normal. Estaba cansado, y sus piernas no le respondían, por tercera vez en su vida, no quería salir de su habitación e ir al instituto.

Al salir de su habitación, miró a los lados, todo parecía estar en orden, sin daño alguno.

-Qué sueño. -Se quejó, rascando su cuello. Antes de entrar al baño, dejo una pequeña olla de arroz cocinando, y junto a eso, unos huevos hervidos, sin olvidar un poco de agua para su Ramen.

Al entrar al baño, dejo que el agua tibia lo mojara, se siento liviano luego de unos minutos. Lo estaba pensando mucho, no quería ir, pero, no podía faltar, si lo hacía, de seguro atacarían a las chicas, y eso es algo que no dejaría pasar.

Cerró la llave del agua y enrolló la toalla en su cadera. Gotas de agua escurren de su cabello.

-Buenos días. -La voz de Zhenya hizo que Taek frunciera un poco el ceño.

-Benos días. -Taek joo devolvió el salido lo más rápido que pudo, pasó a un lado del rubio y entró a la cocina, miró todo y salió con rapidez, abrió la puerta de su habitación y entró.

Zhenya sonrió y fue al baño.

Al estar listos, ambos salieron, claro, con una diferencia de aura.

Taek joo estaba agobiado, tal vez, muy incómodo, después de todo, un chico lo tocó y con solo recordar la sensación, le producía un asco terrible.

-...

Zhenya bajó su mirada para verlo, el cabello del moreno estaba un poco desordenado, a diferencia del suyo, que esta perfectamente peinado.

-Tu cabello...

-Cállate hombre, no tengo humor. -Gruño Taek, sin dejar que el rubio siguiera hablando.

-Está desordenado, ¿cómo puedes salir con un desorden así? ¿Que dirán esas lindas chicas del justiciero? -Su ultima pregunta fue burlona.

Al entrar al ascensor, Zhenya se apoyó contra una de las paredes, mientras Taek mantenía la distancia. Ahora solo tenía que mantener la calma y pensar en otras cosas, al final del día, solo tendría que dormir, o tal vez, vigilar a las chicas.

Al salir, ambos chicos saludaron a la recepcionista, la encantadora mujer sonrió al verlos, y más por la simple idea de que el rubio la estuviera mirando. Por lo general, solo ellos la miran y hablan, los otros estudiantes solo piden sus llaves o las dejan, cosa que la aburre.

-Buenos días. -La bella mujer parecía desprender luz.

-Buenos días. -Ambos saludaron, Zhenya estaba soltando risas por todos lados. Taek suspiró.

-Te vez muy animado hoy, ¿alguna novedad? -Preguntó curiosa, tomando la llave que Taek joo le extendía.

-Nada, se le zafó un tornillo. -Taek joo respondió, aún si la pregunta no era para el, decidió responderla.

Zhenya no opinó nada, pero dibujó una sonrisa enorme.

-Sabes, ayer por la noche, pude ver el esculpido cuerpo de este chico, lo fueras visto, -sus repentinas palabras pusieron a Taek nervioso, pero el moreno no demostró nerviosismo, Zhenya siguió-, y ni hablar de sus na... -Su boca fue tapada por una mano, Taek miraba a Zhenya, sus ojos le advertían, que si seguía, no dudaría en lanzarle un golpe-. Wow~ pero mira que hora es, deberíamos irnos Taek joo, llegaremos tarde a la primera clase... Por cierto -Zhenya llamó la atención de la mujer-, ¿cómo te llamas?

-Ah, bueno mi nombre es, Park Soo-Hyun.

-Valla nombre, es hermoso, ya veo por que te lo han puesto. -El coqueteó del rubio hizo que Soo-Hyun se sonrojara, Taek joo lo sacó a empujones de la residencia.

Condenado a AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora