Condenado a Amar

DIECINUEVE

—¿Haz tenido sexo? —La pregunta repentina y descarada, retumba en el canal auditivo de Taek joo, quien sostiene una botella de pimienta.

—... No esperaba esa pregunta. —Admite, dejando la botella en su lugar y en cambio, toma una botella de picante molido.

—Lo sé, pero aún así, responde. —Admite la rubia.

—Si, pero no es la gran cosa.

—¿Por qué lo dices? —Cuestiona, con una mirada inofensiva.

(Dios, con esa mirada a nadie se le ocurrirá que es un poco desvergonzada.)

—Las chicas coreanas no son buenas en el sexo, además, son muy reservadas, algunas sobresalen, pero no me dejan complacido. —Admite, sin mirar a Olga, ambos se encontraban en un supermercado, comprando cosas pequeñas, las cuales Taek tenía que tener en el apartamento, o bueno, en las ultimas horas—. ¿Y tu?

Ambos hablaban en Inglés, la mayoría de coreanos no aprender Inglés, aún si la bandeja esta en frente.

Taek fue uno que no deja pasar la oportunidad, y saco el máximo provecho.

—Muy pocos, soy una mujer muy ocupada en ciertos meses, no me queda tiempo para complacer mi cuerpo —las palabras salían con pereza, pero afirmaban la verdad. El sexo que aveces tenía era para cumplir la misión, pero no todos cumplían con su "gran" apetito—, estos días e estado buscando un candidato —de repente, sus palabras alertan a Taek, pero este trata de ignorar la muy clara declaración—, yo pago.

Taek asiente y toma la bolsa. Olga y Taek salen del supermercado, ambos rovaban miradas, ¿y como no?

Una guapa y voluptuosa mujer extranjera, y un alta y formado coreano, con piel morena y que desprende un aura muy sexy.

—El loco de tu hermano, ¿a donde se a ido a meter? Ese loco trae problemas. —Embosca irritado, frunciendo el ceño.

Olga ríe.

—Bueno, no es una sorpresa escuchar aquello —admite—, debe de estar buscando candidatas, aquí entre nosotros dos, mi querido hermano menor tiene una actividad sexual muy monstruosa, da miedo. —Olga finge tener escalofríos.

Taek maldice entre dientes, aparte de loco, también es como un perro en celo.

—...

—¿Y que piensas?

—¿Pensar? —Taek voltea a ver a Olga con confusión, la mujer sonríe con picardía.

—No eres tonto, eso me a quedado claro.

—Ah, sobre eso... Dejame pensar, no estoy acostumbrado a tener sexo con una mujer mayor —taek piensa un poco, luego añade—, muy mayor.

—¡Ja Ja Ja! Bien, esperaré.

(...)

[—Pensé que no me llamaría, pero estoy más feliz de lo normal.]

Se burló el hombre, quien reposaba en una silla.

[—Calla, Bazim... ¿Alguna novedad?]

Zhenya fue directo al grano, su interés en saber cosa habían pasado las cosas lo tenía feliz.

[—Si te refieres a tu "bodega", déjame decirte que esta en perfectas condiciones, la e mandado a remodelar,  solo unas cuantas cosas, espero la utilices.]

Advierte, jugando con una pluma, con un estampado americano.

Zhenya ríe entre dientes, su mano sostiene un puro, el cual apenas a encendido.