Guerra de novias -Martuli/ Brangie

3️⃣

El sonido de los tacones resonaba entre las calles concurridas. Dos mujeres caminaban con determinación hacia un destino específico

Martina y Brisa buscaban a la mejor organizadora de bodas, su ídola, Lilith Clawthorne. Después de dos semanas de espera, finalmente lograron obtener una cita con ella.

Al llegar a su oficina, las mujeres entraron emocionadas. Lilith estaba sentada en un elegante escritorio blanco, tecleando en su computadora. Después de presentarse, la mujer las recibió y les informó sobre la dificultad de reservar el lugar que querían para su boda. Sin embargo, debido a su exclusividad con el local, Lilith les ofreció tres fechas para el mes de noviembre

Después de una breve discusión, Martina eligió la fecha del veinticinco, mientras que Brisa optó por el veintiuno. Tras firmar los papeles, se despidieron de Lilith, emocionadas por haber asegurado el lugar y sus servicios para sus respectivas bodas.

Mientras salían, una joven morena con el cabello teñido de rubio platino entraba nerviosa y Brisa la detuvo.

—Tenes suerte, todavía queda una fecha disponible para noviembre. Sabes que es la mejor época del año para una maravillosa boda.

La chica sonrió aliviada y le dio las gracias.

Cuando salieron, ambas amigas no pudieron contener su emoción y celebraron, estaban muy contentas de que finalmente los planes para la boda estuvieran en marcha. Aunque debían esperar a que Lilith las llamara para coordinar todo con el Owl Place y mientras tanto ellas podrían ir adelantando otros aspectos de la boda.

Así pasaron el resto de la semana, visitando varios lugares para ver todo lo relacionado con la boda, desde los recuerdos hasta las flores, la decoración, el pastel y los postres. La boda de ambas sería perfecta.

En uno de esos días, decidieron ir a ver los vestidos, uno de los aspectos más importantes para ambas y que no podía dejarse para el último momento

Habían decidido ir a una tienda de vestidos con un presupuesto que habían ahorrado durante toda su vida desde que eran niñas para ese momento.

Mientras paseaban por el lugar, observando vestidos con diseños muy variados de personas sumamente talentosas, Martina era la que reconocía la calidad de la tela o si el diseño estaba pasado de moda y  aconsejaba a Brisa en todo momento. La mayoría de los vestidos eran talla estándar para novias, pero con un poco de presión a la persona que los atendía, podrían sacar más opciones.

Si al final no encontraban uno, estaría encantada de hacerle un vestido de novia, a pesar de que la empresa de su hermana no estuviera especializada en eso. Estaba segura de que lograrían hacer un vestido perfecto para su mejor amiga si no encontraba algo que le gustara.

De repente, escuchó un jadeo proveniente de Brisa, así que se volteó para mirar y se fijó en donde estaban.

Ella observaba el vestido más hermoso que había visto. En las manos de su amiga estaba un vestido con escote cuadrado y abierto en triángulo en la espalda, sin mangas, con una división de dos telas sobre la cintura como dos diagonales cruzándose, y con un corte sirena.

En los ojos de Martina se formaron brillos y un deseo inmenso de tenerlo la invadió.

¿Así se sentía cuando veías el vestido indicado?

Parecía que sí, ya que inmediatamente la morocha se lo probó y quedó deslumbrada al verse en el espejo.

—Marti es-este vestido...— Las palabras no pudieron salir de su boca, estaba sin palabras y las lágrimas empezaron a amenazar con salir de sus ojos.

—En estos vestidos de Vera Wang te adecuas a ellos, y tenes el cuerpo perfecto para eso. Y tus ojos sin duda resaltan ese vestido, te queda perfecto.

—Di que sí, enserio te ves muy bien.— Dijo Brisa mirándola con ojos brillantes.

Martina asintió con la cabeza rápidamente mientras reía, se acercó a su amiga y se abrazaron completamente felices por lo que acababa de suceder.

Claro, hasta que una llamada de Lilith arruinó el momento y su tono serio en la llamada arruinó su estado de ánimo.