Gracias a la ayuda de su hermano Nicolas, Martina logró averiguar la cita de Brisa en el salón de belleza. Se disfrazó y logró entrar en el lugar para llevar a cabo su plan.
Al entrar en el salón, se puso los lentes y la gorra y se acercó a la chica que estaba atendiendo. Esta chica tenía un mal bronceado, con marcas de lentes y tiras claramente visibles.
—Hola, ¿puedo entrar a la parte de atrás rápidamente? Ayer olvidé algo y...
—Sí, sí, pasa de una vez.
La falta de interés de la chica por su trabajo sorprendió a la morocha, pero le sirvió para entrar sin problemas.
Desde su escondite, escuchó a Brisa y a la mujer a cargo. La pobre solo quería un ligero brillo en su piel, pero después de lo que le hizo con los dulces, Martina haría que ella tuviera algo más que solo un brillo en la piel. Cuando nadie la veía, cambió el bronceado tono miel por uno naranja sangre.
Antes de irse se rió escandalosamente.
Cuando Brisa salió del salón, completamente enojada, ni siquiera las disculpas de la dueña lograron calmar su enojo. Estaba segura de que fue Martina quien le había hecho eso.
Ella fue al salón tres días seguidos para tratar de quitar el bronceado lo más rápido posible, pero el color naranja seguía predominando en su piel. Aunque Mica dijera que se veía bien, era una mentira.
Ahora era el turno de vengarse.
Por casualidad, descubrió lo que Martina quería hacerse en el cabello y ella le haría un pequeño y divertido cambio de look.
Se infiltró en el salón de belleza y escuchó a la mujer quejarse de sus problemas con el estilista seleccionado. En el momento en que el estilista se fue a por el tinte, Brisa aprovechó para cambiar los tintes y luego escapó sin ver el resultado.
El estilista continuó con el procedimiento de forma habitual en el cabello de Martina, quien ya estaba un poco más tranquila con respecto a su boda, ahora solo deseaba ver el resultado, y tal vez desear que cierta chica estuviera a su lado. Pero eso no importaba ahora, ambas habían tomado una decisión y no podían echarse atrás.
—Muy bien querida, ahora podremos ver tus bellos-
La morocha cerró los ojos para que al abrirlos fuera una sorpresa completa, pero su entusiasmo disminuyó cuando su estilista se quedó repentinamente en silencio al quitar la toalla de su cabello.
—¿Y bien? ¿Está todo perfecto?— Preguntó, abriendo los ojos con una sonrisa, que desapareció en el momento en que vio que todo su cabello estaba teñido de color gris, absolutamente todo.
Un grito resonó en todo el salón.
Cuando Martina llegó a su casa furiosa, buscó entre sus cajas más antiguas, Brisa pagaría caro.
Por otro lado, Brisa había regresado a su casa algo cansada y con muchos pensamientos rondando su mente. Lo que no esperaba era encontrar su pasillo lleno de peluches y accesorios de bebé ¡Hasta había una coche!
Micaela apareció con el celular en la mano, mirándola con seriedad, aunque sus ojos reflejaban diversión.
—¿Hay algo que quieras decirme?— Preguntó, señalando todos los accesorios de bebé.
La mujer jamás creyó que podría enojarse tanto, pero sus manos se cerraron en puños, frunció el ceño y el color rojo la invadió.
—¡MARTINA!
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Guerra de novias -Martuli/ Brangie
RandomMartina y Brisa son mejores amigas de toda la vida pero cuando sus bodas son programadas por error el mismo día estas amigas no dudarán en declarase la guerra Historia inspirada en la película "guerra de novias"