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Al día siguiente, Martina se levantó tarde debido a los incidentes del día anterior. Se apresuró a arreglarse para ir al trabajo, ya que ese día tenía una reunión muy importante. Con ansiedad, tomó todos sus bocetos, algunos sin terminar, y los guardó en una carpeta. Luego se dirigió al baño para lavarse los dientes y vestirse para el trabajo, sin tomarse el tiempo para desayunar.

—Nico, por favor prepárame un café, me levanté tarde y estoy en camino.— Dijo ella en una llamada mientras iba en el taxi, rogando internamente que llegara rápido.

Afortunadamente, su hermano aceptó, así que ella se dedicó a intentar llegar rápidamente a la reunión. Cuando finalmente llegó al lugar, caminó velozmente ignorando las miradas de extrañeza de sus compañeros, ya que su mente estaba ocupada en llegar a tiempo a la reunión con la carpeta que contenía sus hojas desordenadas.

—¡Martina! Acá estás, te traje tu... ¿¡Qué te pasó!?— Exclamó al verla, sorprendido al ver su apariencia.

La mujer no le hizo caso, tomó su café y siguió su camino a la reunión.

—¡Espera, tu cabello y ropa!— Exclamó, pero ya era tarde, la mujer había entrado a la sala de reuniones.

Él suspiró, sin saber cómo los de la reunion tomarían esa falta de respeto, siendo capaz de alejar a la familia del trabajo y herir los sentimientos. No sabría cómo terminaría todo este enredo.

La mujer entró a la reunión hecha un desastre, algo que Camila notó y no le gustó para nada. Martina caminaba como si su camisa no estuviera metida en la falda, con el cabello pintado y desordenado, la falda puesta al revés y los bocetos hechos un desastre.

Toda ella era un desastre.

Y eso podría ser perjudicial para la empresa que Camila se esforzó en iniciar.

—Martina ¿Qué es esto?— Preguntó con tono duro, no estaba para nada feliz con la situación y ni siquiera podía ver a su hermana así. Su enojo debía ser grande por no haberla llamado con su apodo.

—No te preocupes, estoy bien. Ahora, presten atención a cada detalle de los diseños— habló, repartiendo las carpetas con los bocetos al líder y compañía. —Hemos estado viendo los porcentajes de lo que el público está dispuesto a comprar, en resumen lo que está a la moda. Estos diseños serán perfectos para los gustos actuales y llevar nuestra línea más allá de solo adultos. Podríamos expandirnos a más públicos o hacer colecciones especiales dependiendo de cómo vaya esto.

—Ok, estos bocetos son los mismos de hace dos semanas. Juraste terminarlos y hasta ahora veo lo mismo de antes ¿Dónde están las versiones terminadas?

—Oh, am... juro que los traje.— Murmuró con nerviosismo, ni siquiera estaba segura de haber terminado los bocetos. Aun así, la Benza menor intentó que un milagro sucediera y que los bocetos terminados aparecieran.

—Ese tono de cabello tuyo...

Martina miró sus mechones y se sorprendió al darse cuenta de que se le había olvidado ponerse la peluca. Sin embargo, no tuvo tiempo para entrar en pánico, ya que todas sus emociones la envolvían y no pudo contenerse más.

—Sí, lo sé ¡Es muy gris! —respondió sorprendiendo a todos con su falta de respeto—. Mi cabello es muy gris, mi boda es en una semana y mi damo de honor es mi hermano. ¿Ok? Puede que haya olvidado terminar los bocetos, y puede que mi mejor amiga en el mundo siempre me odie —exclamó, dejando su libreta en la mesa con un fuerte golpe. Luego, se sentó en su silla mientras todos se sentían completamente incómodos.

Martina se pasó la mano por el cabello y el rostro, y al ver sus manos se dio cuenta de que estaban manchadas de negro por el delineador.

—Ahora estoy llorando ¡Ja! Seré una novia llorona ¡Esto no lo tenía planeado! —sus lágrimas brotaron con más intensidad.

Guerra de novias -Martuli/ BrangieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora