Guerra de novias -Martuli/ Brangie

5️⃣

Martina había caminado unas pocas cuadras para llegar finalmente al restaurante donde sus amigas habían organizado una fiesta por su compromiso. Entró con normalidad y al verla, sus amigas la felicitaron.

—¡Felicidades Marti!

—Estamos muy contentas por vos

Las felicitaciones no paraban y la morocha solo podía aceptarlas con sonrisas, esperando la llegada de Brisa a la fiesta, ya que ambas iban a ser futuras novias y habían decidido celebrar juntas en lugar de hacer fiestas separadas.

—Marti ¿entendes que no tomaremos ninguna decisión sin consultarte, verdad?

—Sí, todas somos amigas y no queremos tomar partido por nadie, porque no lo necesitamos.

—No se preocupen, ninguna de nosotras tomará ninguna decisión hasta que todo esté resuelto.

—Vaya, actúas mejor de lo que pensaba.

—Sí, lograremos llegar a un acuerdo y todo este asunto será cosa del pasado.

—Qué bien, pero no sabes lo que Brisa hizo anoche.— Resonó la voz de Milagros

—Sí, fue bastante inusual la verdad.— Respondió Sofia

—¿Qué pasó?— Preguntó Martina no tan ansiosa por la respuesta.

—Bueno... anoche Brisa nos envió un mensaje diciendo que su boda será el veinticinco de noviembre ¿extraño verdad? Un mensaje en lugar de una invitación, pensé que se esforzaría un poco más en eso, parecía muy entusiasmada.

Martina empezó a sentir un torbellino de emociones, no podía creer que Brisa, su mejor amiga, hubiera hecho eso. Habían prometido no fijar una fecha hasta resolver el asunto, y ella actuó sin consultar y rompiendo la promesa que habían hecho.

—¡Hola chicas! Espero no haber llegado tarde.— La susodicha traidora llegó al restaurante radiante, a diferencia de Martina que llevaba un vestido azul marino suelto desde la cintura con una cinta negra, Brisa llevaba un vestido negro, muy parecido al que usó la princesa Diana llamado "el vestido de la venganza".

¿Qué planeaba?

—Bri, ¿ya anunciaste tu fecha?— Preguntó con tono cortante.

La chica esbozó una sonrisa superficial.— Sí, lo hice. ¿Tú todavía no?— Preguntó descaradamente, acercándose un poco y destacando el sonido de sus tacones.

—Bueno, lo habría hecho si alguien me hubiera avisado de este pequeño cambio. Así que, ¿ninguna cambiará la fecha?

Brisa la miró con una expresión de leve dolor, para luego dibujar una sonrisa.

—Realmente me sorprendes. Siempre piensas que sabes todo lo que quiero sin consultarme, que yo use esto, que diga aquello¿sabes qué? Yo ya me canse

— ¿qué cosas dije?

—no te hagas la inocente. ¿Acaso crees que no vi cómo te afectó que Mica me propusiera matrimonio primero?

—Para tu información, Lourdes compró los anillos hace meses, así que te guste o no YO fui la primera.

—¡Y ni siquiera puedes aceptarlo! JA, me das risa Benza

—Tampoco te hagas la víctima, todos te obligan a hacer cosas que no quieres ¿Y sabes por qué? Porque no tenes actitud, ni valentía. No tenes el valor suficiente para poner un alto a las cosas y yo tenía que hablar por vos, pero no hiciste nada por vos misma.

La expresión de Brisa fue un completo acto, su rostro expresaba tantas emociones al mismo tiempo. Un tsunami de sentimientos envolvió su rostro, dominado por el dolor de que su mejor amiga le dijera eso. A pesar de que las ganas de llorar quisieran apoderarse de ella, ya no se dejaría pisotear e iniciaría un enfrentamiento con Martina

—Bueno, sí, soy completamente opuesta a vos. Tomaste la primera fecha de noviembre que nos ofrecieron sin consultarme

—bueno, si vamos a hablar de esto, al menos a mí no me importa quedarme sola en lugar de complacer a todo ser viviente que se cruce en mi camino— un silencio invadió el restaurante, todas las amigas de ambas presenciaban la disputa de las futuras novias sin intervenir.— Vamos, acepta que es la verdad.

Brisa tenía una mirada seria, con sus ojos expresando un profundo vacío, nuevamente afectada por las palabras.

—¿Queres decir que estoy resignada con Micaela?— preguntó seriamente.

Una leve sonrisa apareció en el rostro de la morocha—Nunca la mencione. Vos sola la mencionaste.

Brisa se sintió humillada al ver que había metido a su propia novia en la conversación sin ser mencionada, escuchó los murmullos de sus amigas al respecto. Ella no dejaría pasar eso.

—Ya es suficiente, cambia tu fecha Martina

—No, vos cambia tu fecha.

Ambas mujeres se acercaron y se quedaron observándose fijamente por unos segundos, sin decir nada, sus propias miradas expresando todo lo que podrían decirle a la otra y no era nada bonito.

Brisa sonrió. —Bien, que así sea. Perdiste, Benza— se dio la vuelta y se dirigió hacia la salida, ya no queriendo estar ahí.

— ¡Cuida tu boda!

La pelinegra se detuvo, se volteó y la miró de nuevo—¿Qué?

—Lo que escuchaste, que tu boda se cuide porque estará asustada de mi boda.— Habló con seguridad.

Brisa se acercó, decidida. —Por favor Marti, guarda tus amenazas para Lourdes. Después de todo así te propuso matrimonio ¿No?

El rostro de la morocha se puso rojo como un tomate, furiosa. —¡Tu boda será horrible!

—¿¡Así!? ¡Pues tu boda será...!— Las palabras murieron en la boca de la pelinegra, por más que estaba "revelándose" y finalmente defendiéndose, no era la mejor insultando porque su parte amable seguía siendo parte de ella.

Martina soltó una risa seca, agarró sus cosas y se despidió, no sin antes de que su mejor amiga la llamara.

—Martina— dijo su nombre, para luego mostrar una suave sonrisa— tu boda será enorme— halagó, dejando a la chica contraria con un sabor amargo en la boca, pues esperaba un insulto y no un halago.— Como tu frente.

El color rojo volvió al rostro de Martina y esta vez se fue furiosa.