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Brisa se encontraba contemplando su reflejo en el espejo, agradecida de que Barbara la hubiera escuchado y dejado a solas, ya que realmente necesitaba tiempo para reflexionar. El vestido que le había regalado su suegra le quedaba bien y realzaba su figura, pero por dentro no se sentía del todo convencida. Empezó a dudar si realmente quería seguir adelante con la boda, si quería decir "sí" frente a todos o incluso si quería continuar la relación con Micaela. Se sentía abrumada y con la cabeza llena de pensamientos.

Estaba al borde de un ataque de ansiedad cuando escuchó un golpe en la puerta. Pensando que eran sus padres, les dijo que pasaran. Sin embargo, al abrir la puerta se encontró con Angie

Al ver a Brisa frente al espejo con el vestido de novia, Angie sintió que el mundo se detenía y que todas las luces se centraban en ella. Se veía hermosa con el vestido blanco, el maquillaje y el peinado, aunque  siempre la había considerado hermosa, en esa ocasión su belleza resaltaba aún más.

Brisa sonrió al verla, ignorando su propio rubor, y se acercó con una sonrisa sincera.

-Te ves tan hermosa, tan perfecta...- dijo Angie sin medir sus palabras, tapándose la boca al darse cuenta de lo que había dicho y poniéndose roja de vergüenza.- No quise decir eso, espera eso es peor. Lo que quiero decir es que... estás muy hermosa y me pongo nerviosa al verte ¡Eso fue peor! Espera deja que...

Brisa rió al ver el nerviosismo, sintiendo cómo sus mejillas se sonrojaban ante las sinceras palabras de Angie, quien la hacía sentir especial y querida.

-Hola, no sabía que ibas a venir.

-Ah... sí, bueno, quería venir a verte, ya que no podré estar en tu boda. Quería al menos desearte mis felicitaciones.- Dijo con una sonrisa sincera, aunque en su interior sentía una tormenta al ver a su amiga a punto de casarse con otra persona.

Pero si Brisa es feliz, entonces ella no se interpondrá.

La sonrisa de la pelinegra desapareció al mencionar la boda, su mirada se posó en el suelo mientras asentía.

-Cierto, eso.

Angie se puso alerta al notar la reacción de Brisa. ¿Había dicho algo inapropiado? No, no mostró ningún sentimiento que lo delatara si ignoraba su primera reacción, simplemente mencionó su boda y le ofreció felicitaciones. ¿Quizás fue el hecho de que no estaría en la boda? Tenía sentido, no solo ella no estaría, también Martina, sus hermanos, sus padres que tenían un gran cariño por Brisa, y sus amigas estarían turnándose en ambas bodas

-¿pasa algo? ¿Fue algo de lo que dije? -preguntó, esperando que ella le revelara su repentino cambio de humor, pero solo logró alterarla más.

-¡No! Tus palabras solo me hicieron sentir halagada, no hiciste nada malo, solo... soy yo y todo lo que me está carcomiendo desde que inicié con los preparativos de la boda sin ni una pizca de ayuda de quien debería ser quien más me ayudara en todo esto. ¡Estoy estresada! Se supone que todo esto debe salir perfecto y me he esforzado para que así sea, pero aun así no me siento satisfecha. ¿Qué esperaba? ¡Ni siquiera me ayudó en la elección del pastel! Se supone que debió ser una experiencia única donde nuestro vínculo crecía, pero solo me estresé más y ahora mismo estoy con miedo de que esto ya no sea lo que quería -soltó, su desesperación y falta de entusiasmo salieron a flote, su respiración empezó a acelerarse ya sin saber cómo actuar por haberse abierto tan abiertamente, pudiendo haberla puesto incómoda.- ¡Lo siento! No te debo estar llenando con mis problemas. Viniste aquí para felicitarme y estoy arruinando todo con...-

-¡No, no, no! ¡No arruinaste nada! Estás haciendo todo bien y he visto tu boda desde lejos, es espectacular, en serio, hiciste un excelente trabajo y deberías estar orgullosa. Tampoco tengas miedo de soltar todo conmigo, puedo ser bueno escuchando -dijo mientras se sentaba en un sillón, dio palmadas al lado y le ofreció la mano.- Si necesitas ser escuchada y desahogarte con alguien, estoy aquí, sé que no somos tan unidas como vos y Martina, pero sabes que puedes confiar en mí. Creo que necesitas esto.

Guerra de novias -Martuli/ BrangieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora