Un partido desastroso.

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Fase 2 : Las pruebas.

29 de junio / 2018

Me encontraba bastante molesto y malhumorado por todo lo que había pasado en estos últimos días, tanto, que no tenías ganas de salir, pero no tuve otra opción.

Apenas llegué al patio, lo primero que hice fui intentar buscar a Eli, hacía mucho tiempo que no la veía, quería saber si se encontraba bien después de la confrontación que habíamos tenido hace unos días atrás, no tarde mucho para encontrarla, estaba sola en una de las bancas más alejadas. Intenté correr para llegar rápidamente a su lado, pero me acorde de que carecía de mi velocidad, por lo que me tuve que conformar con correr como una persona normal.

— Hola — dije con una gran sonrisa.

Me volteo a ver y se mantuvo observándome por un largo rato, para luego darme un gran abrazo.

— ¿Estas bien? — dijo aliviada.

— Algo así. — dije muy feliz de poder verla.

Se veía bien, algo cansada pero fuerte y feliz, suficiente para mí. Se fijó en mis manos, las cuales, demostraban las pequeñas marcas de las heridas que me había hecho con la pared.

— No han sido días fáciles — dije con un tono triste. — ¿Y a ti como te fue?

— Me fue bien.

— No mientas — dije. Ya me estoy hartando de que me oculten la verdad solo para protegerme, sé que lo hacen por mi propio bien, pero también tengo derecho a saber que está pasando.

— No quiero preocuparte — dijo bajando la vista.

Respire para intentar tranquilizarme.

— Esta bien — dije algo roto — solo quiero que sepas que puedes confiar en mí.

— Confío en ti, es solo que no quiero que cargues con algo que no te corresponde, ambos empezamos la pelea, era justo que pagáramos ambos.

— Pero eso no evitara que me preocupe por ti.

Ambos nos abrazamos por un rato más.

— No necesito que te preocupes por mi — dijo dando una sonrisa — puedo cuidarme sola.

Se escucho como alguien la llamo, al voltearse le lanzaron un balón de básquetbol.

— ¿Vas a jugar? — dijo un chico con el cabello café.

Vaciló por un rato y me miro a ver.

— ¿Juegas? — dijo con una gran sonrisa,

Tenía tantas ganas de hacer algo más para que pudiera distraerme un rato de la situación que me rodeaba y que mejor manera que jugar un rato basquetbol, así que acepte sin dudar.

Nos formamos en dos equipos de ocho integrantes cada uno, mientras que el resto de presos se sentó en las bancas alrededor de la cancha para ver el partido.

El juego empezó sin más y puedo decir que fue lo peor que he hecho en mi vida. He jugado con mis amigos, pero usando nuestros poderes, ahora soy demasiado lento como para poder recibir un simple pase. Los chicos de mi equipo se habían empezado a desesperar, debido a que, cuando me pasaban el balón alguien del equipo contrario lo recibía antes que yo, haciendo que les regalará varios pases, intentaba frenar a los jugadores del otro equipo para evitar que encestaran, pero al final me esquivaban fácilmente lo que hacía que me frustara mucho más. Soy capaz de detener máquinas que pueden destruir líneas temporales tan solo con su presencia, pero no puedo detener a un chico en un juego sin mi velocidad, que decepcionante.

Cuando terminó el primer tiempo el marcador estaba 30-12, una verdadera paliza. Los chicos de mi equipo se reunieron para hacer una nueva estrategia, pero me dejaron a un lado. Estaba muy frustrado, me sentía como cuando era niño y nadie quería jugar conmigo, lo único que hacían era aislarme de ellos dejándome totalmente solo.

Empezó el segundo tiempo y me volvieron a meter a la cancha, aunque estoy seguro de que no fue para darme otra oportunidad, sino porque nadie más quería jugar, de cierta manera disfrutaban verme sufrir, al menos me alegro de que alguien se la esté pasando bien en este lugar.

Me pasaron el balón, tenía la esperanza de que pudiera demostrar de lo que era capaz, pero alguien me metió el pie provocando que me cayera mientras el otro equipo encestaba otra canasta. Cubrí mi rostro con los brazos para evitar que alguien viera la frustración que se empezaba a reflejar.

— Eres un inútil — empezaron a decir los de mi equipo

No levante mi rostro, en el fondo sabía que tenían razón.

— Déjenlo en paz — dijo Elizabeth acercándose.

Me agarro el hombro y me ayudó a levantarme, pero supongo que mi rostro denotaba lo que sentía ya que dijo algo triste.

— ¿Estas bien?

— Si lo estoy — dije dando una sonrisa fingida.

— No tienes que seguir — dijo sin creerse lo que le había dicho.

Podía renunciar, quería hacerlo, pero tenía ganas de demostrar que no era un inútil, no podía darme por vencido por un simple partido de básquet, cuando había realizado cosas aún más complicadas.

— No, tengo que continuar — dije dando una pequeña sonrisa auténtica

Me observo por un largo rato y sonrió.

— Hagámoslo.

El equipo rival estaba dando un pase, pero logre interceptarlo antes que nadie, lo más difícil ya estaba hecho, ahora sólo tenía que transportar el balón de un lado al otro de la cancha y encestar. Logre esquivar a todos los rivales y tire, el tiempo se detuvo, todos estábamos esperando en silencio conteniendo la respiración, hasta que... Por fin enceste. Me puse muy feliz había logrado encestar, había ganado puntos para mi equipo, hasta Elí que estaba en el equipo contrario se alegró, pero... Fue la única, la cancha se mantuvo en un silencio sepulcral, nadie hablo, nadie festejo, solo continuaron con el partido como si nada hubiera pasado.

No aguante más y me fui corriendo. Me senté en la banca más alejada y empecé a derramar lágrimas tanto de ira como de frustración, ¿Qué más quieren que haga? ¿De verdad me odian por la situación actual?

Estaba muy contrariado, cuando llegó Elí que al verme en ese estado se sentó a mi lado.

— Perdón — dijo con la voz rota — solo quería que te divirtieras.

— No es tu culpa — dije secándome las lágrimas — son ellos.

Me miro a ver y me seco las lágrimas con mucha delicadeza.

— No se merecen lo que hacemos. — dije con un tono amargo e indiferente.

— Tienes razón. — dijo

No me esperaba esa respuesta.

— No es justo, — continuó — ustedes hacen tanto y no les agradecen, pero... — dijo agarrando mi mano — ¿lo haces por ellos o porque es correcto?

— Porque quiero hacer lo correcto — dije reflexionando mi respuesta.

— Entonces no te concentres en ellos, sino en el bien que haces y se que te duele que te traten así pero siempre busca a la gente que te ama y que te aprecia, ellos son los que valen la pena.

— Ya ni con eso cuento — dije dolido — por mi culpa tu y mi mejor amiga han sufrido, ya no lo puedo soportar más, no quiero que lastimen a la gente que amo.

Se quedo viéndome con una mirada triste.

— Lo sé — dijo apartando la vista — hazlo por ellos, para que nunca jamás vuelvan a sufrir, no todo esta perdido....

180 días en las sombras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora