180 días en las sombras

La última esperanza.

25 de agosto / 2018

Las esmeraldas del caos, piedras tan viejas como el tiempo mismo, tan poderosas que son capaces de crear nueva vida en las manos correctas, o destruirla en las manos equivocadas. Las he utilizado en muchas aventuras para lograr detener a los villanos, por lo que soy consciente de su inmenso poder, pero por alguna razón, una de esas piedras apareció sin razón aparente en mi celda.

He estado durmiendo varias siestas al día, hasta ahora, son lo único que me ayuda un poco a sobrellevar mi dolor, mientras menos tiempo pasé en la realidad mucho mejor para mí. Cuando me levanté hoy de una de ellas, vi como había una pequeña caja de cartón a mi lado. Al principio pensé que estaba soñando o ya me había vuelto loco, pero al estirar la mano para poder tocarla, me di cuenta de que estaba en la cruel realidad. La caja tenía una nota y estaba cerrada con un lazo de color azul tornasol, pasé un largo rato observándola hasta que me animé a abrirla. Leí la nota que poseía, la cual, solo tenía anotada una simple frase "Con gentileza y voluntad todo es posible", ¿Quién me habrá dejado ese paquete?

Abrí la caja con mucho cuidado, encontrándome con una  esmeralda del Caos de color amarillo. Mi primera reacción fue esconderla inmediatamente en mi chaqueta y ocultar bajo mi cama la caja, me volví a acostar fingiendo que nada había pasado, no sé cómo reaccionaría Eggman si supiera que en su nave hay una esmeralda del Caos y tampoco quería averiguarlo.

Me recosté viendo el techo un rato para intentar aclarar mis ideas, la muerte de Tails, la aparición de la esmeralda, la amenaza de la liberación del gas en cualquier momento, era mucho para asimilar, todo eso recaía sobre mí ahora y no sé cómo actuar al respecto, tal vez tenga un plan, con la esmeralda, con un control caos tengo la posibilidad de salir de la celda y destruir el arma de una vez por todas, con la esmeralda en mi poder tengo muchos probabilidades y posibilidades para acabar con esto.

Estaba preparándome para mí plan cuando de repente un robot llegó para sacarme, no entendía que estaba pasando, hacia tiempo que no me sacaban de la celda, ¿Qué querían ahora?

Fui llevado al patio donde vi que todos los presos estaban reunidos, pero lo que me llamó más la atención fue que se había un gran escenario debajo de una pantalla en donde antes estaba la cancha.

Quería pasar desapercibido, todo el panorama no me daba buena espina, había cierta tensión en el aire que no podía ignorar. De repente alguien se acercó y me abrazó por detrás, al darme la vuelta vi que era Natalia, que se veía agotada pero muy feliz; aún con la calidez del gesto no correspondí, me quedé tieso sin saber bien como reaccionar. No tardó mucho para que Milo, Ronaldo y Elizabeth llegarán junto a nosotros.

— ¿Qué pasó Sonic? — dijo aliviado Ronaldo de verme, supongo que tanto tiempo desaparecido fue suficiente para que las personas pensaran que ya había muerto.

No sabía muy bien que hacer, quería responder, pero no podía, así que solo negué con mi cabeza para intentar contestar la pregunta, dando a entender de que no quería hablar del tema. Mis amigos notaron que algo no estaba bien y de cierta manera mi aspecto no ayudaba, por lo que no pudieron evitar preguntarme por lo que me había pasado durante todo el tiempo que no me vieron.

— ¿Estás bien Sonic? — preguntó primero Milo — estás muy callado y eso no es normal en ti.

Intenté pensar en cómo responder. Al final señalé mi garganta y negué con la cabeza para intentar que entendieran mi problema. Al principio me vieron consternados por los gestos que estaba haciendo y por no recibir una respuesta clara, pero después de un rato de observación Elizabeth entendió todo.

— ¿No puedes hablar? — dijo casi como un susurro.

Asentí con la cabeza. Se vieron entre ellos intentando entender lo que había pasado, pero en sus rostros veía que sabían que no había sido nada fácil de soportar.