25 de julio / 2018
Me encontraba durmiendo tranquilamente cuando escuché que abrieron la puerta. Las sesiones son algo que odio, pero ya casi ni me importan, ya aprendí a controlarlas, aunque algunas ideas todavía me atormentan.
Grande fue mi sorpresa al ver que el único que entró fue Infinite con una tropa de robots. Sin decir nada me quitaron las cadenas y me pusieron esposas, me iban a sacar de la celda, hacía tiempo que no lo hacían.
La deth egg estaba vacía y silenciosa por lo que me hacía suponer que era de noche y todos estaban durmiendo. Caminaba muy despacio y en muchas ocasiones tuve que apoyarme de los robots debido a que sentía que me iba a caer, la falta de comida, los constantes golpes y la pérdida de sangre, habían empezado a pasar factura. Me dada curiosidad saber a dónde me llevaban, ¿Sería que me iban a llevar a mi celda? Lo dudaba.
Termine en una habitación llena de aparatos electrónicos, era donde había despertado el día en el que el doc me inyectó esa sustancia Rosa, será que...oh no...
— La última vez deje que comieras — dijo el doctor checando una computadora — pero ahora...
Los robots me agarraron y sujetaron a la mesa de metal, no tenía energía y me encontraba muy débil por lo que no pude defenderme de ninguna manera. Termine viendo la luz brillante de una lámpara, observe como Eggman se acercó con la jeringa, está vez él quería hacerlo. Cerré mis ojos y esperé el piquete, el cual fue acompañado por un dolor y ardor intensos. Fui perdiendo la conciencia hasta que ya no supe más de mí.
Poco a poco fui despertando, pero me sorprendí al ver que no me encontraba en la deth egg, ni siquiera en mi casa. Era un cuarto amarillo con una ventana en la parte de frente, me di cuenta que mis heridas estaban vendadas y el malestar ya no se sentía. Escuche como alguien abrió la puerta, pensé que vería un rostro conocido, pero entro en la sala una mujer de cabello marrón con ojos verdes esmeralda, llevaba una charola llena de comida que a simple vista se veía deliciosa.
La mujer puso la comida en una mesa que se encontraba a mi lado y agarro mi cabeza de una manera muy suave, ese contacto no me pareció para nada incomodo, sentía que ya estaba acostumbrado.
— No tienes calentura — exclamo con una voz muy dulce — ¿Cómo se encuentra mi pequeño?
Esa voz se me hacía conocida, demasiado.
— ¿Mamá? — pregunte asombrado, no me lo podía creer, ella estaba junto a mí.
— ¿A quién más esperabas? — dijo acariciando mi mejilla
— A nadie — dije dándole un abrazo, no pude evitar llorar.
— Parece que hubieras visto un fantasma.
Si supiera que era cierto. Era increíble, hace un momento estaba sufriendo en le deth Egg y ahora...
— Esto no es real — dije separándome de un salto.
— Claro que lo es mi niño — dijo parándose para acariciarme — ¿Qué te pasa?
— Nada — dije intentando aguantar mi enojo, el cual ya estaba mezclado con mi propio dolor e indignación al ver que bajo había caído Eggman.
— Aquí esta mamá — dijo sujetando mi rostro — puedes decirme lo que quieras.
Agarré su mano y no pude evitar llorar en silencio.
— ¡Basta Eggman, — grite soltando la mano — me oíste basta! deja de esconderte en tus tontas ilusiones, ven y enfréntame cara a cara, o que, eres un cobarde.
Esperé una respuesta, solo recibí el silencio. Al parpadear me di cuenta de que estaba en una sala llena de cristales que me reflejaban.
— Te mostré tus mayores miedos — dijo una voz distorsionada, dudaba que fuera la de Eggman — te mostré tus mayores anhelos, y aun así no te unes a mí, es tu última oportunidad, únete y tendrás todo lo que añoras, incluyendo a una madre de verdad.
— Yo te cuidare mi pequeño Sonic — resonó en la sala la voz de aquella mujer.
Me quede en silencio, era cierto que lo añoraba, pero... ¿Cuál sería el pago por todo lo que me iba a ofrecer?
— No — dije dando una sonrisa – no acepto cosas de extraños, además yo ya tengo a una madre.
La sala empezó a temblar, haciendo que tuviera que ponerme en una rodilla para poder mantener el equilibrio.
— Como quieras — dijo la voz aterradora — pero quieras o no, serás mío, ya sea de la forma fácil o de la difícil, aun si tengo que quitarte lo que más amas.
Sentí que el piso se rompió provocando que al caerme despertara en la clínica. Estuve a punto de vomitar, pero me vi obligado a tragarlo ya que tenía que almacenar el poco alimento que me quedaba. Sentía que me faltaba el aire y mi corazón iba muy rápido, Eggman me observaba con cierta curiosidad mientras los robots, me quitaban el bozal y me daban una mascarilla de oxígeno. Tarde un rato en estabilizarme.
— Llévenselo y manténganlo en vigilancia — dijo Eggman.
Ambos nos miramos a ver con cierto odio, pero no dijimos más. Me llevaron en la enfermería y me sirvieron sopa de verduras, algo fría, pero con un olor decente. Aún con el hambre que tenía, comí muy despacio y ni siquiera me lo acabé. Me acosté sin hacer nada más, la verdad es que ese sueño me había devuelto muchos recuerdos, solo quería estar un rato en silencio para analizarlo y entenderlo. El dolor de cabeza se hizo tan insoportable que decidí mejor dormir, antes de quedar inconsciente me hice una pregunta más, ¿De verdad tengo una madre?
Mariam es la guardiana de las esmeraldas chaos, lleva en este mundo desde tiempos inmemoriales, como parte de una profecía nos eligió a mí, Silver y ... a Shadow para ser los portadores de la energía del Chaos. Al principio la veíamos como una simple cuidadora, alguien que solo nos ayudaba a descubrir nuestro potencial y nos enseñaba acerca de las esmeraldas, pero poco a poco nos dimos cuenta de que era mucho más, al menos para mí y Silver ella era nuestra familia y nuestra madre. Nos ha contado que nunca tuvo hijos, pero actúa con un amor maternal que pareciera que está acostumbrada a tratar con chicos, ese amor tan especial y la ausencia de una figura materna hace que la consideremos como una madre para nosotros. Aunque la vemos así, no sabemos qué es lo que piensa o siquiera si lo acepta, nunca hemos tocado este tema con ella.
Nos cuida y escucha, cuando estamos mal ella nos ayuda y motiva para seguir adelante, es muy bonito saber que nunca no estás solo contra el mundo. No sé cómo reacciono al ver la traición de Shadow, se me haría raro que eligiera a alguien que se hiciera malo para controlar todo este poder, por lo que me lleva a pensar que, en algún momento Shadow volverá a nuestro bando.
Mariam es la única con lo que he platicado de cosas muy personales, solo con ella soy capaz de contar todos mis sentimientos y abrirme, sin tener miedo a ser juzgado, me hace sentir seguro y lleno de paz, algo que de verdad que aprecio mucho y me hace sentir como si estuviera con mi verdadera madre, tal vez no este aparentado con ella, pero al menos sé que la tengo conmigo para apoyarme.
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180 días en las sombras
AdventureDespués de mi primera batalla contra Infinite, fui encarcelado en la deth Egg por seis largos meses, esperando a que mis amigos vinieran a rescatarme. Pronto la situación se saldría fuera de control, teniendo nuevas experiencias con nuevos aliados y...