En el parking
James Gordon regresó de un Código 3 fallido. La noche comenzaba a cubrir el cielo, brindándole la oportunidad propicia para redimir su fracaso y atrapar incautos a los ladrones de casas que operaban en la zona rica de la ciudad. Sacó la radio y buscó la frecuencia de H-50, donde el comisario Trucazo asignaba los operativos. Comenzó a informar que, tras cambiar su patrulla, se dirigiría a atender las alertas a viviendas. Abrió el garaje y, asustado por haber encontrado un inquilino, levantó el arma reglamentaria. El gritito de espanto que dejó salir por la radio le valió varios cuestionamientos simultáneos.
"¿Qué le pasa, Oficial?"
"¡¿QRR?!"
"¿Por qué gritas, Gordon?"
—¡Callaos un momento! —Exigió, entrecerrando los ojos. El despojo tirado en una esquina del Garaje llevaba un chaleco policial, camisa rosa pastel y unas inconfundibles converse a juego. James parpadeó, pasmado—. ¿Gustabo?
Del desconcierto pasó al susto. Se abalanzó al Sub inspector decidido a tomarle el pulso, pensando lo peor. ¿Y si le había dado un infarto? ¿O qué tal si algún malnacido había logrado colarse a comisaría y atacarlo? Al ser un alto mando, García era el objetivo natural de los delincuentes y malandros.
Se agachó y cubrió parcialmente el cuerpo de Gustabo, en un intento de alcanzar su cuello para tomarle el pulso. Cuando sus dedos rozaron la piel del rubio, García se estremeció y murmuró algo inentendible. Gordon se inclinó hacia el rostro del Agente, para escucharle mejor.
—¿Cómo dices? —Preguntó.
No recibió una respuesta verbal. En cambio, Gustabo le propinó un puñetazo digno de un luchador de boxeo. Gordon gritó y cayó de espaldas. El golpe le impactó en la cara, justo en el lado derecho. Por un segundo de horror revisó que tuviese todos los dientes en su lugar y, al cerciorarse de que su dentadura estuviese bien, le reclamó una explicación a su atacante. Dicho atacante entrecerró los ojos en su dirección, con enfado, como si hubiese sido él el afectado en esta situación. Le dio la espalda sin más ceremonias, al tiempo que murmuraba "voyeur de mierda."
Gordon se quedó estático, sin entender lo sucedido. Casi de inmediato, escuchó un ligero y pacífico ronquido. Gustabo estaba... ¿dormido? ¿Ahí? ¿En el suelo duro, frío y sucio del Garaje?
—F-Freddy —llamó por radio a su superior—, tengo algo que informar.
—Pues dale, Neno. ¿Qué se te ofrece?
—Gustabo está tirado en el Garaje. Traté de ver si le ocurría algo, pero me pegó.
—Ah, no es nada —aseguró el Comisario—, debe estar dormido y te dio una ostia porque lo despertaste. Pídele disculpas cuando se despierte.
—¡¿Perdón?! ¡Yo solo quería ayudar!
—Pues quéjate con él, Gorda, yo estoy ocupado, ¿me entiendes? Tú déjale ahí y no lo molestes.
Derrotado, adolorido e indignado, Gordón emitió un débil "10-4." Al siguiente día, Gustabo se burló de su moretón y negó tajantemente ser el perpetrador de ese puñetazo.
***
En los sanitarios
Leonardo se arrepentía de haberse burlado de Isidoro aquella vez que Freddy lo castigó rapándole el cabello. Era una putada y se negaba a salir de comisaría pareciendo un pulgar. Para remediar su obligada calvicie, pilló una de las pelucas que había en el armario, destinadas a operativos que requirieran infiltración o bajos perfiles. Por suerte, encontró una peluca rubia fácil de hacer pasar por su cabello real.
ESTÁS LEYENDO
Gustabo García FICLETS
Fanfiction1. Los policías encuentran a Gustabo dormido en lugares aleatorios de comisaría. 2. Redada a los verdes, desde la perspectiva de Gonzalito. 3. Nadie puede ganarse a los delincuentes como Gustabo. Aunque lo intenten. 4. La noche en que Conway provocó...