¿Casualidad?

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Morena se dirigió a su despacho, seguida de cerca por Adrián. El despacho de Morena, un espacio que irradiaba profesionalismo y dedicación allá donde miraras. Las paredes estaban adornadas con diplomas y reconocimientos por su destacada labor periodística a lo largo de los años. Una estantería albergaba una colección de libros sobre criminología, historia y casos judiciales famosos, cada uno meticulosamente ordenado por título y autor.

En la pared frontal del despacho, una pizarra blanca se alzaba de esquina a esquina, en ella Morena realizaba anotaciones y diagramas relacionados con el caso que estuviera investigando. En ese momento la pizarra se encontraba limpia.

Sobre su amplio escritorio, de madera oscura de roble, una foto enmarcada ocupaba un lugar destacado. En la imagen, Morena sonreía junto a su esposo Martín, ambos radiantes de felicidad en un recuerdo que parecía congelado en el tiempo.

Morena abrió uno de los cajones de su escritorio con determinación, sacando una carpeta que guardaba celosamente. Las manos le temblaban por la anticipación mientras abría la carpeta y sacaba las fotografías del primer asesinato.

Sacó del interior de la carpeta dos fotografías: En la primera fotografía se veía el cuerpo desnudo de una joven de 15 años, prácticamente irreconocible debido a las heridas que cubrían su piel. El rostro, contorsionado por el rigor mortis, tenía una expresión de terror y desconsuelo. Las señales de violencia eran evidentes: cortes profundos, hematomas y marcas que denotaban el sufrimiento que había padecido antes de morir. En su frente, marcada con una nitidez inquietante, se observaba una grafía que parecía una "I", grabada en la piel con una precisión desconcertante.

En la segunda fotografía, un primer plano de la espalda del cadáver, revelaba una grafía prácticamente ilegible, una serie de líneas y curvas entrelazadas que desafiaban cualquier intento de interpretación. La marca parecía un símbolo antiguo con un significado oculto tras sus trazos.

— Mira, Adrián. — Dijo Morena, entregándole las fotografías. — Aquí están las imágenes. Fíjate en los detalles, especialmente en la marca de la frente y en la de su espalda.

Adrián observó las fotografías con atención, en su mano derecha sujetaba la imagen del primer caso y en su mano izquierda la del segundo. Su expresión se tornó seria mientras estudiaba cada detalle de ambas fotos con minuciosidad. Las marcas en el abdomen y en la frente, los símbolos en sus espaldas, la similitud en ambos casos era innegable.

— Esto no puede ser fruto de la casualidad. — Dijo Adrián, mirando fijamente a Morena.

Morena asintió rotundamente, compartiendo la preocupación de su colega. Sabía que estaban ante algo más que simples coincidencias.

— Exacto, Adrián. Esto parece ser parte de un algo mucho más grande. — Respondió, con la mirada fija en las fotos.

— Vamos a analizar lo que hasta ahora tenemos. — Le dijo Morena dirigiéndose hacia su pizarra, dispuesta a llenarla una vez más de anotaciones. — Tenemos dos jóvenes que han sido asesinadas, una de 15 años y otra de 17. Son solo dos años de diferencia, esto podría ser un primer patrón. — Afirmó mientras pegaba las fotos de ambas mujeres en su pizarra.

"PPC". Escribió Morena en el lateral izquierdo de la pizarra, estas eran las siglas de: "Posibles Patrones Comunes". Debajo anotó, con una caligrafía que transmitía conocimiento y organización.

— Dos chicas jóvenes, 15 y 17 años. — Morena se giro hacia Adrián y le dijo: — También podemos ver que ambas chicas tienen en la espalda una grafía que no hemos podido identificar, son parecidas pero tienen ligeras diferencias, no se a ti, pero a mi esto me dice que hay probabilidades de que ambas tengan el mismo origen. — Comentaba mientras se rascaba la mejilla suavemente con el rotulador.

"Dos marcas parecidas, grabadas en sus espaldas". Escribió en la pizarra.

— Fijémonos en las marcas de su abdomen y frente. — Le decía a Adrián mientras se paraba en frente de las fotos y las observaba. — ¿Por qué "I" y "I I"? — Se cuestionaba Morena, al mismo tiempo que apretaba una pelota antiestrés que había cogido de su escritorio.

— ¿Son dos "i" en mayúscula, dos "L" en minúscula...? — Preguntaba Adrián sin esperar una respuesta a cambio.

— ¡Eso es! — Exclamó Morena dando un mini salto de alegría. — ¿Y si lo vemos como si fueran números romanos? , el primer símbolo que tenemos ,"I", podría ser el uno y el segundo, "I I", debería ser el dos.

— Eso quiere decir... que el asesino.

— O grupo de asesinos. — Le interrumpió Morena.

— Eso quiere decir, que es muy probable que estos asesinatos se sigan produciendo. — Continuó hablando Adrián con una expresión de impotencia en su rostro.

— La diferencia de tiempo entre el primer asesinato y el segundo es de un mes. — Aclaró Morena.

El cuerpo del segundo incidente se encontró el 6 de Diciembre. No sabemos con exactitud que día se produjo el homicidio, puesto que no tenemos un análisis forense que nos indique la fecha del fallecimiento de la víctima. — Recalcó Adrián.

— Ninguna de las fotos muestra que los cuerpos hayan entrado en estado de descomposición, lo que significa que fueron encontrados a pocos días del fallecimiento de la víctima o incluso el mismo día. —Comentaba Morena con gran seguridad en cada una de sus palabras.

— Y el cuerpo del primer homicidio se encontró el 6 de Noviembre. — Dijo Adrián. — Siguiendo tu hipótesis, el fallecimiento de la muchacha se produjo ese mismo día o pocos días antes.

En ese momento, Morena cogió su teléfono móvil y abrió la aplicación del calendario. — Vamos a suponer que ambos asesinatos se llevaron a cabo el 6 de noviembre y diciembre respectivamente. Esto nos da un margen de unas 3 semanas hasta que se cometa un tercer posible homicidio. — Dijo Morena mientras se sentaba en su silla y miraba al techo intentando hallar más respuestas en él.

— Necesitamos más información que unas simples fotos. — Se quejaba Adrián , apoyándose en la ventana mirando el tráfico que había en la calle.

Morena se incorporó y se quedó observando fijamente la foto que tenía en su escritorio. — Vas a tener que acompañarme a un sitio, Adrián. — Le dijo Morena. — Se exactamente donde podemos obtener la información que necesitamos.

Reflejos del apocalipsis: un diario en ruinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora