Damaged Goods - dramione *TRADUCCIÓN*

Capítulo 19

Llegaron a la chimenea de Malfoy Manor. En el momento en que pisó el piso de mármol pulido, las luces se encendieron, como si toda la casa estuviera familiarizada con él; esperando su llegada.

—¿Dónde está el pergamino?— Preguntó mientras salía de la chimenea, alisándose el vestido.

Malfoy abrió la mano.

—Accio, pergamino.

Unos segundos más tarde, el pergamino voló a sus manos.

Él lo abrió y ella miró por encima de su hombro, leyendo con él.

—Te dice cuando alguien usó celeritas—, explicó mientras su dedo recorría la línea.

Antes de que ella pudiera expresar sus sospechas, él las confirmó:

—Las dos últimas fechas se correlacionan con nuestras víctimas de asesinato.

Algo en ella no había querido creerlo pero aquí tenía la prueba. El Ministerio no sólo fue negligente en la investigación de los Mortífagos, sino que los estaba encubriendo. ¿Pero por qué?

—¿Crees que el Ministerio está detrás de los asesinatos?— Ella preguntó y le pareció impensable, pero también lo era la idea de que intentaran encubrir asesinatos.

—No lo pasaría por alto—, dijo Malfoy. —No tengo la mejor opinión del Ministerio.

Quería hacerle tantas preguntas. ¿Por qué estaba matando para el Ministerio? ¿Quién determinó qué mortífagos terminarían en su lista de asesinatos? ¿Quién le estaba dando estas órdenes? Sabía que no debía expresar ninguna de ellas en voz alta.

Malfoy volvió a enrollar el pergamino en silenciosa contemplación. Era una imagen extraña: el heredero Malfoy en su mansión. De algún modo parecía que se lo iba a tragar entero; demasiado grande para que una sola persona pueda vivir en ella sola. Había llamado a la Mansión un viejo amigo, que era lo último en lo que Hermione habría pensado al mirarla. La Mansión parecía apropiada para los Malfoy. Inalcanzable. Fría. Aristocrática. Pero había un incendio en Malfoy y se preguntó si el frío que lo rodeaba lo estaba sofocando lentamente. No sólo por la Mansión, sino por el muro de hielo que aparentemente había levantado a su alrededor.

Permanecía allí, como una estatua antigua, y siempre estaba muy controlado. Ella era todo lo contrario, nunca pudo ocultar lo que realmente sentía. Malfoy era un rompecabezas que quería resolver desesperadamente aunque no entendía muy bien por qué.

—¿Cómo podemos saber si el Ministerio está detrás de los asesinatos?— Finalmente preguntó en el silencio.

—¿Podemos?— Preguntó. —Recuerdo claramente que dijiste que querías terminar con esta tarea.

—Bueno, aún no está hecho, ¿verdad? En todo caso, simplemente se hizo más grande.

Suspiró y parecía cansado.

—Granger, esta no es tu pelea. Has hecho tu parte. Si te necesitan para más trabajos con pociones, te lo haré saber.

Ella había dicho que quería terminar, pero ahora sentía todo lo contrario de lo que quería. Significaría volver a su vida normal. No se había dado cuenta de cuánta distracción le había traído la investigación. Por primera vez en mucho tiempo, sintió que nuevamente tenía un propósito.

—Eso fue antes de que supiera que el Ministerio estaba detrás de esto—, dijo. —Estoy dentro.

Él la miró como si quisiera comprobar si decía en serio esas palabras.

—Pero tengo una condición—, añadió.

Ante eso, su ceja se arqueó de manera familiar y una sonrisa apareció en sus labios.