juli y enzo son unos hermosos padres de tres pibes, solo hay un problema, están divorciados
𝐀𝐝𝐯𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚𝐬 ::
ఌ︎ ᴇɴᴢᴜʟɪᴀɴ
ఌ︎ ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀsᴇ
ఌ︎ sᴇᴘᴀʀᴀᴄɪᴏɴ
ఌ︎ᴘʀᴏʙᴀʙʟᴇᴍᴇɴᴛᴇ ᴍᴇɴᴄɪᴏɴ ᴅᴇ ᴏᴛʀᴀs ᴘᴀʀᴇᴊᴀs
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Los niños ya se encontraban en el apartamento de su padre, todavía se estaban adaptando a este, ya que la mudanza no había sido hace mucho. Estaban separados pero vivían juntos por el bien de sus hijos, pero cuándo las discusiones llegaron lo mejor fue tomar distancia.
Ahora, los niños estaban jugando a los jueguitos mientras el se encargaba de sacarle información al menor de todos.
- ¿Hizo algo más? - pregunto el alfa
- Eeem - el pequeño se rasco la cabeza intentando recordar - Nop, nop, nop - negó rápidamente, moviendo su dedo al compás de su respuesta - Solo eso papi, pequeño besito aquí - señalo su mejilla en un movimiento torpe - Y ya 'ta papi - finalizó - ¿Puedo ir a jugar jueguito'? Por fiss
Enzo sonrió con ternura y le movió el pelo de forma cariñosa, asintiendo.
Luca, era tan igual a el de pequeño. Según sus padres era una copia exacta. Luca era el ser más amoroso del planeta, servicial y bueno, nunca te diría que no a nada. Juli lo quiso mandar a terapia por eso y Enzo se negó diciendo que era la edad y bromeaba con que era la culpa del omega, ya que no era sorpresa para nadie que este era demasiado bueno con todos, por lo que lo más probable es que lo haya adquirido de él.
Sí, Juli quería mandar a terapia a todos, Enzo siempre lo detenía porque sus hijos era simples niños que estaban descubriendo sus personalidades. Lo tranquilizaba dándole un besito en la frente y llenandolo de su olor. Porque él conocía la razón de su pareja al ser así, él conocía la historia y no le quedaba más que aceptar las actitudes protectoras de su omega.
- Deja de sacarle información a Luca - por la habitación en la cual se encontraba apareció una cabellera colorada - Es un nene, no sé acuerda nada, ni siquiera entiende las indirectas - rio acercándose más a su padre para sentirse a su lado en la cama
- ¿Qué indirectas? - preguntó confundido y frunció los labios en desaprobación
- Ah no sé - se hizo el desentendido sonriendo de lado
Valentín no era ingenuo; percibía claramente que su padre alfa aún estaba profundamente comprometido con su madre omega. Aunque se mantuviera al margen, el dolor latía dentro de él.
La separación de sus padres no era algo fácil de aceptar. Cuando tomaron la decisión, les aseguraron que nada cambiaría. Sin embargo, todo cambió. Ya no era lo mismo, y parecía que solo él lo notaba.
Luca, el niño, era el centro de atención y protección de ambos padres. Valentín sabía que nunca se sentiría solo; desde su infancia, sus padres siempre estuvieron presentes. Se había acostumbrado a esa dinámica.
En cambio, Leandro, casi adulto, estaba a punto de alejarse. Pasaba cada vez menos tiempo en casa, prefiriendo salir con amigos, y sus padres lo dejaban ir sin problemas. Pero ¿y él? Estaba en medio de su preadolescencia cuando todo ocurrió.