chapther twelve

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porfa vor voten para saber si quieren más!  🩷🩷

Y saben que amo sus comentarios, me hacen querer escribir más!  ✨❤‍🩹



El omega colorado bajó las escaleras en silencio, descalzo y con el pintaesmalte todavía en la mano. No quería hacer ruido, sabiendo que la tensión seguía flotando en la casa después de la cena. Mientras caminaba hacia la cocina, escuchó un sonido a su derecha, justo cuando pasaba frente al baño.

La puerta se abrió de golpe, y Agustín salió ajustándose la camisa. Valentín se detuvo en seco, casi soltando el frasco de esmalte por la sorpresa.

- Ah, hola... - murmuró Agustín, su tono nervioso mientras pasaba una mano por su nuca. Los ojos de ambos se encontraron por un instante, y el omega notó que el alfa lucía un poco más relajado que durante la cena, aunque aún parecía fuera de lugar.

- Hola... - respondió Valentín en voz baja, bajando la mirada, pero sin moverse del pasillo. Sentía sus mejillas ardiendo. No entendía por qué Agustín lo ponía tan nervioso, pero lo hacía.

El silencio se alargó, y Agustín carraspeó.

- ¿Buscabas algo? - preguntó, apoyándose contra la pared del pasillo, intentando sonar casual, pero sus ojos se quedaron fijos en el omega.

- Agua... para Paulo. - respondió Valentín rápidamente, levantando un poco el frasco de esmalte como si fuera una excusa más para bajar.

Agustín sonrió, y el omega sintió que el aire en el pasillo se volvía más denso. Agustín dio un paso hacia él, cerrando un poco la distancia. No era un gesto invasivo, pero para Valentín se sintió como si estuviera atrapado.

- Sabes, sos... interesante, Valen. - dijo Agustín de repente, su tono bajo, casi como si hablara más para sí mismo que para el otro. Los ojos verdes del alfa lo recorrían con una mezcla de curiosidad y algo más que el omega no pudo identificar del todo.

El colorado tragó en seco, apretando el frasco en sus manos.

- ¿Interesante? - murmuró, sin saber qué más decir. Agustín asintió, y justo cuando Valentín pensó que el alfa iba a decir algo más, un ruido al final del pasillo los interrumpió.

Ambos giraron la cabeza al mismo tiempo, y la figura de Leandro apareció al pie de las escaleras. El alfa tenía una expresión seria mientras miraba a ambos, claramente evaluando la escena frente a él.

- ¿Todo bien acá? - preguntó, su tono neutro pero con un leve filo que no pasó desapercibido para ninguno de los dos.

Valentín retrocedió un paso instintivamente, el corazón latiéndole rápido. Agustín, por otro lado, enderezó la postura y se alejó del omega, intentando parecer casual.

- Sí, claro. Solo... estaba buscando agua. - respondió Agustín rápidamente, señalando hacia la cocina. Leandro entrecerró los ojos, pero no dijo nada más.

- Valen, apurate con lo que sea que estés haciendo y volvé arriba. - dijo Leandro al omega, antes de girarse hacia Agustín. - Y vos... vení, vamos a hablar

Leandro bajó las escaleras con paso firme, decidido a llevarse a Agustín para continuar la conversación pendiente. Pero antes de llegar al pasillo donde estaban Valentín y el otro alfa, una mano lo detuvo.

- ¿A dónde vas? - la voz de Paulo era suave, pero con un toque firme, y sus ojos brillaban con una mezcla de duda y preocupación. El omega había salido de la habitación al notar el movimiento de todos, y ahora lo miraba con los brazos cruzados, interponiéndose en su camino.

Leandro frunció el ceño.

- Voy a hablar con Agustín.

Paulo negó con la cabeza, dando un paso hacia adelante.

- No hace falta. Dejalo. Mejor vení conmigo. - Sin esperar respuesta, tomó a Leandro del brazo y tironeó suavemente, guiándolo de hacia la habitación.

Tenuan una charla pendiente.

El alfa suspiró, pero no puso resistencia. Sabía que Paulo podía ser insistente cuando quería algo, y por cómo lo miraba, parecía que había algo importante que decirle. Así que, sin más, se dejó llevar, lanzando una última mirada al pasillo donde estaban Agustín y Valentín.

Cuando Leandro y Paulo desaparecieron escaleras arriba, Valentín se quedó rígido en su lugar, sintiéndose más incómodo que nunca. No podía ignorar que el alfa seguía ahí, parado cerca, observándolo con una expresión que no sabía cómo interpretar.

- Bueno... parece que nos dejaron solos. - comentó Agustín con una sonrisa que Valentín no supo si era de nervios o diversión.

El omega colorado evitó mirarlo a los ojos, centrándose en el frasco de esmalte que seguía sosteniendo entre sus manos como si fuera un salvavidas. Dio un paso hacia la cocina, con la esperanza de que el otro lo siguiera y no dijera nada más.

Pero Agustín habló.

- ¿Sabés? Sos muy lindo. - Soltó la frase con una naturalidad que lo dejó helado.

Valentín se detuvo de golpe, sintiendo que el aire se le atascaba en el pecho. Se giró lentamente hacia el alfa, frunciendo el ceño.

- ¿Qué? - preguntó, como si no hubiera escuchado bien.

Agustín sonrió de lado, cruzando los brazos mientras apoyaba el hombro contra la pared.

- Que sos lindo. No sé cómo explicarlo, pero... tenés algo. Esa clase de lindo que hace que uno quiera mirarte más de lo que debería.

Valentín sintió que el rostro le ardía, y apretó los labios, incómodo.

- No soy lindo. - respondió rápido, bajando la mirada.

El alfa soltó una risa baja, y el omega sintió que era mucho peor que si se hubiera quedado serio.

- No digas eso. Es verdad. Además... que no lo veas no significa que los demás no lo notemos. Yo he visto como te miran. - frunció levemente el ceño

Valentín quiso desaparecer. Era como si cada palabra de Agustín se hundiera más en su piel, y no sabía cómo manejarlo. Dio un paso hacia la mesada, con la excusa de buscar un vaso para llenar de agua, pero incluso así sentía la mirada del alfa quemándole la nuca.

- ¿Siempre sos tan tímido? - preguntó Agustín después de un momento, con un tono curioso.

- No soy tímido. - respondió Valentín, casi gruñendo, mientras llenaba el vaso con agua. Aunque el leve temblor en sus manos lo traicionaba.

Agustín sonrió otra vez, aunque esta vez no dijo nada. Se limitó a caminar hacia él y, sin invadir demasiado su espacio, apoyó la cadera contra la mesada a su lado.

- Bueno, entonces no sos tímido, pero claramente te incomodo. ¿Por qué? - insistió, mirándolo de reojo.

Valentín apretó el vaso en sus manos, sintiendo que la paciencia se le agotaba.

- Porque no entiendo por qué me decís esas cosas. No soy lindo, ni interesante, ni nada de lo que decís.

Agustín se quedó en silencio por un momento, como si estuviera pensando en cómo responder. Finalmente, habló, su tono más bajo y sincero.

- Porque lo pienso. Y porque creo que nadie te lo dice lo suficiente.

Valentín parpadeó, sorprendido por la honestidad en sus palabras, per
o antes de que pudiera procesarlo, el sonido de pasos bajando por las escaleras lo sacó de su ensimismamiento.

- Hola Pa

- ¿Qué hace este con vos acá solos?

Un olor agrio se hizo presente.

𝐃𝐢𝐬𝐭𝐚𝐧𝐜𝐞 𝐁𝐞𝐭𝐰𝐞𝐞𝐧 𝐓𝐰𝐨 ; 𝑬𝒏𝒛𝒖𝒍𝒊𝒂𝒏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora