CAPITULO 4 IRINA, REYNA DE LAS KAKUYAS.

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Kakuya, Aldea y zona sur Prácticamente  desolado.

Irina, Reina de la Tribu.

Mi pueblo, a estado en paz por milenios, nuestro hogar se encuentra en las planicies, o como yo diría, en  las lejanías.

Lugar inhóspito fuera  de los páramos, con alguna señal de vida que no fuese la de nosotras.

Vivimos en lo alto de estos acantilados, lugar donde es difícil conseguir comida o robarla.

Estamos obligadas a cazar para sobrevivir, creando escudos y armas, tanto defensivas como dañinas o envenenadas; a lo cual, somos inmunes.

Entrenamos por cualquier posible ataque, o presa con arcos y flechas, defendiendo a nuestro pueblo.

Soy Irina, Reina de las Kakuyas,  herencia concedida por la diosa de la Luna  Serene.

En otras regiones, mi nombre es conocido, como aquella que traerá la Paz.

Nuestra raza, no constituye de hombres, la mayoría de nosotras, mata o engaña a quien nos dio el beneficio de darnos esa pequeña porción de vida qué son los "hombres".  Porque para la Diosa Luna, ellos solo traerán la desgracia a nuestro pueblo, a nuestra raza, porque su ambición es desmedida, por eso nuestra tribu, se prepara para poseerlos, dominarlos y si es necesario darles la muerte.

Para esto con mi  reinado a mi pueblo, les di leyes, las cuales están abrigadas a  seguir, para  coexistir y evitar nuestra extinción.

Hasta que llegó Rashak, a nuestras vidas y nos esclavizó, hasta ese momento fuimos el reinado de la paz.

La contaminación de Rashak, ahora, nos persigue, porque su virus, no tiene otro nombre, sino el contaminante, un gen maldito, una plaga,  que nos hizo partes de hienas, al caer el sol, o en estado de temperamentos alterados.

Ahora, somos híbridas de la peor de las clases, matamos sin piedad a nuestros atacantes y protegemos, a los que una vez nos protegieron.

Esperaba que nuestra Colonia creciera más, pero en estos lugares ahora, casi nunca llueve y estamos escasos de agua, alimentos, y nula reproducción de embriones.

Este es un lugar difícil en el cual vivir,  ya que nuestro territorio es del lado sur del mundo.

Hasta divisar en el cielo, lo que se aproximaba provocando en su descenso, fuego y destrucción a su paso, fue difícil visualizar.  Pero, en cuanto aterrizó muy lejos, pero a la vez muy cerca de nuestro hogar, el olor de los recién llegados impregnó.

Algo me decía que esto traería desgracias a nuestro pueblo, estando en paz por generaciones, luego guerra y esclavitud, después escape y liberación, ahora, en espera de la "LEYENDA".

Propuse al consejo de las Kakuyas, que deberíamos poner trampas y estar alerta por algún posible ataque a futuros, preparándonos con nuestras nuevas armas, que ya no eran hechas a mano, ni escudos, ni arcos, ni flechas; nada de eso funcionaba. Ahora, todas poseiamos un poder o varios,  otorgados por la madre luna y los dioses poseedores de la tierra y el Universo.

Huelo el ambiente y puedo percibir, que la guerra se aproxima, para poder llegar nuevamente a la paz, hasta en este  lugar, donde todos los que llegan piensan no haber vida en el.

Este por milenios fue un planeta   invisible, que ahora se ha convertido en el refugio de todos,  buscando la protección.

¡Ingenuos! Porque aquí, hay que ganarse esa protección.

Nuestra estrategia, es defendernos sin hacernos notar a nadie, hasta que escuchemos el llamado que nos indicará que la "LEYENDA" se aproxima, que la guerra inicia, para conseguir la paz.

Con una orden, empezamos las guardias por seguridad, ya que lo que se aproximaba, no iba a facilitarnos la vida, según la habíamos planteado.

Somos carroñeras por nuestra nueva naturaleza, comemos  carne, ningún otro alimento fuera de eso, pero con esta nueva llegada, otras ansias despertarán, lo huelo en el ambiente y lo percibo observando a mis hijas, quienes alzan sus olfatos con la atracción del nuevo olor y los instintos que van despertando.

Una de ellas, llama mi atención y es la impregnada con el veneno de Rashak, arma poderosa que no debe caer en sus manos, al igual que varias de mis hijas.

Selecciono un pequeño ejercito, preparándonos en busca de alimentos y del encuentro de los nuevos  visitantes, para la presentación de las Tribus, porque sé, que todos quieren conseguirlos antes que Rashak.

Con el pequeño ejército  partimos, con la plena convicción de que no perderemos nuestras raíces y debemos centrarnos, porque puedo percibir un olor diferente, un olor a poder, a guerra, ambición,  un olor a la fertilidad, y esto, solo significa desear el trono supremo, el cual traerá desgracias, porque despertará a los grandes reyes machos de las Tribus, todos quieren conformar el gran Trial, todos quieren tener el poder universal, cueste lo que cueste.

Sabíamos lo que se aproximaba, la alarma estaba disparada, en caso del grito de guerra, dividiendo la manada para su supervivencia y protección en caminos. Unas con mi querida hermana Elena, a la cabeza y al mando de ellas. Por otro lado conmigo irían un pelotón pequeño del ejército de las Kakuyas, para investigar y estar atentas al llamado.

Las Catorce que me acompañan, todas son mis hijas y tienen por nombres Alista, Atlana, Fana,  Urquiza, Samira, Alisa, Safina, Marina, Etiope, Carina, Alana, Fleya, Alana y Samara; todas con poderes diferentes, bestias feroces,  dificiles de derrotar,  cada una tenía su propia táctica al atacar y ninguna de ellas, pueden caer en manos de Rashak, porque nos convertimos en una familia, a la cual es imposible  eliminar.

Di una última mirada atrás, igualmente que mis hijas, dándole un solemne adiós a nuestras montañas y parajes.

Toqué mi tatuaje, que se encontraba en mi hombro izquierdo, levanté mi mano  y mi mentón; en señal de Triunfo. Agradecí a la diosa Luna, de mantener a salvo a toda mí tribu.

Llevamos de nuevo nuestra vistas hacia adelante, alejándonos del lugar y contando nuestros pasos al hacerlo.
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Mirada firme hacia nuestro destino, sintiendo más el olor a fertilidad, a guerra y al deseo de darle muerte a Rashak, Rey de los Demonios, Rey de los Vampiros y creador de esta nueva genética maldita.

Muerte es lo que deseo, antes de volver a convertirme en una de sus sumisas.

Antes de que doblegues nuevamente a mi Tribu,  antes que nos conviertas en tus sumisas, antes que tomes nuestras almas, antes que bebas nuestras sangres y te comas nuestras carnes ensangrentadas;  te mato Rashak...

UNIVERSE Of NEW SPECIES (Universo de Nuevas Especies) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora