Epílogo

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Dos meses más tarde...

El olor del sándalo impregnaba el aire. Sergio sonrió para si mismo. Casi en cada rincón de la habitación había una vela encendida. Y desde afuera, por la ventana del dormitorio, entraba la delicada melodía de las campanas danzando al viento.

Todo en su mundo había cambiado desde el momento de conocer a Charles. Y todo había cambiado también por las noches, gracias a Dios. Sergio ni siquiera recordaba cómo era su vida antes, cuando estaba solo. Ni quería recordarlo.

La puerta del baño se abrió y de pronto una rendija de luz ilumino el dormitorio. Sergio se apoyó en un codo y observó a Charles, cuya silueta se dibujaba contra la luz, preguntándose en que estaría pensando y deseando leer su expresión, pero con aquella luz era imposible.

—¿Y bien?—Pregunto al ver que él no deía nada—¿Cual es el veredicto.
En lugar de contestar, Charles apagó la luz, cruzó la habitación y saltó sobre la cama. Se coloco a horcajadas sobre el cuerpo de Sergio y se puso en acción, como siempre que estaba cerca de él.

—Vamos, Char, suéltalo ya—Insistió Sergio.
Charles se echo a reír, y sus carcajadas animaron a Sergio ¿Qué había hecho de bueno en su vida, para merecer a un hombre así? Charles posó las palmas de sus manos sobre su pecho y lo besó. Posó sobre él diminutos besos, entre palabra y palabra.

—El-beso-Veredicto-beso-Es-beso-Sí.
—¿Sí?—Repitió Sergio, Charles alzo la cabeza para mirarlo sonreír—¿Estas seguro?
—Seguro, muy seguro.Completamente seguro—Respondió sonriendo.
El corazón de Sergio se echo a latir desesperado; sus manos apretaron con fuerza la cintura de Charles para volver a soltarlo de inmediato.

—Lo siento—Se disculpo con una mueca, sujetándolo con más delicadeza.
—Estoy embarazado, Sergio—Sacudio la cabeza Charles, rebosante de amor—Pero no soy de cristal.
—Sí, lo sé es que es tan...
—¿Tan nuevo?-Preguntó él.
—Sí, supongo.
—¿Pero estas feliz?
—Definitivamente.

Charles se meneo contra su cuerpo y sintió cómo se tensaba Sergio. Una lenta sonrisa curvó sus labios, mientras el delicioso deseo se iba apoderando de él.

—Bien, ya veo que estás feliz—Rio nerviosamente.
—Cariño, no has visto nada aún-Gimió Sergio.

Charles se levanto la playera que utilizaba de pijama, sacándoselo por la cabeza y tirándolo a un lado. A la luz de las velas, observó los ojos de Sergio oscureciendose mientras alzaba las manos para abrazar su pecho.

Sus dedos le rozarón los pezones, y Charles echo la cabeza hacía atras, arqueándose. Cada noche era igual, y sin embargo algo diferente. Cada vez que él lo tocaba, era como si fuera la primera vez. Chispas de fuego prendían en su interior. Su cuerpo se excitaba, se calentaba y húmedecia para él. Y esperaba que siempre fuera así, mágico.

—Tengo que poseerte—Murmuró.
—Ya me posees marine—Susurró Charles inclinándose lentamente sobre él.

Centímetro a centímetro, Charles lo tomó y lo introdujo en el fondo de su ser. Su lentitud los torturaba a ambos, Charles observaba los rasgos de Sergio retorcerse de placer.

Entonces él bajo una mano hasta su erección, comenzando a acariciarlo, Charles meneaba sus caderas. Se sentía abrazado por las paredes de el hombre que saltaba sobre él. Sus cuerpos estaban unidos, sus almas enlazadas.

Él aumento la velocidad con la que lo masturbaba, deleitandose con los gemidos tan eroticos de Charles, sigio masturbandolo hasta que Charles estallo y sintió como su interior lo apretaba deliciosamente.
Sergio lo agarró de las caderas, lo levantó y lo penetro profundamente, y luego le dio todo lo que tenía.

Al cesar las últimas convulsiones, Charles se dejó caer sobre él y Sergio lo abrazó con fuerza. Podía sentir el aliento de Charles en su cuello como una bendición.

—¿sabes?—Dijo Charles e voz baja, agotado—Creo que debo advertirte; siempre quize una familia numerosa.
—¿Cómo de numerosa?
—Ah, pues siete es un número bonito ¿No te parece?

¿Siete niños?  ¿Con Charles? El corazón le estallaba de felicidad. Sergio alcanzó la sábana y los tapo a los dos.

—El siete es perfecto—Contestó en un murmullo, mientras Charles se quedaba dormido.

࿐♡ೃ࿐♡ೃ࿐

Ahhhhhhh,  ame dejarlos con una bolita de masa,  haha casi no es mentira que a checo le gustan las familias grandes.

Espero que les haya gustado, mucho, muchote, y ya vamos viendo que otra historia Checlerc les traemos.
Cada vez el checler tiene más audiencia y lo amoooooo.

Gracias por leer esta historia, les amoooooooo.
UN kisssssss.

¿Pero si les gusta el checlerc? Gege, me quede con la duda.

Pureza Virginal.  ❉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora