El Momento Perfecto - Occhiamin

10. Oxitocina

Introspección. Es el acto de mirarse a uno mismo, de buscar en el propio interior, en los pensamientos, en los sentimientos con el objetivo del autoconocimiento para poder hacer una identificación, percepción, interpretación y comprensión de las propias emociones, pensamientos y conductas. Es el acto reflexivo de la mente del ser humano de cara a ser conscientes de los propios estados, de los que suceden ahora y de los que también ocurrieron en el pasado. En nuestra cultura, en nuestro tiempo y en nuestro mundo, lo más habitual es vernos arrastrados de una actividad a otra. A diferencia de lo que ocurría hace algunas décadas, hay que correr para llegar a todo. A veces nos falta calma y tiempo para la reflexión y es el autoconocimiento lo que nos permite ser, porque hace que gestionemos mejor las emociones y que tomemos mejores decisiones. Y durante este capítulo eso es exactamente lo que van a hacer los protagonistas de esta historia porque la necesidad de ordenarse y encontrarse es imprescindible.

Durante la última semana de agosto Florencia y Nicolás pautaron un encuentro entre ellos para el primer día del mes de septiembre, pero que no pudo llevarse a cabo porque a la primera le cambiaron el vuelo que tenía que tomar con destino a Brasil y porque al segundo le llegó una invitación a un evento que no podía rechazar. Así que cuando el día jueves 31 de agosto se comunicaron mutuamente los cambios de planes pospusieron el encuentro para cuando ella regrese de sus vacaciones de trabajo. Durante esa primer semana de septiembre ambos aprovecharon la lejanía que había entre ellos para analizar(se). Y cuando digo lejanía me refiero a exactamente 2.193,6  km de distancia, 28hs en auto, 41hs en colectivo, 444hs caminando, 154hs en bicicleta o 2hs 40min en avión.

Florencia aprovechó los días libres entre trabajo y trabajo para hacer una escapada lejos de la civilización y fue allí cuando cayó en cuentas que lo de Nicolás no era una película que había creado en su mente sino que realmente habían sentimientos entre medio. El primer destello que la hizo entender su situación sentimental fue cuando se dió cuenta que al único que extrañaba de sus compañeros de trabajo era a él. El extrañar activa áreas del cerebro asociadas con la memoria y la emoción, como la amígdala y el hipocampo, y es por ello que las personas recuerdan con más intensidad y detalle a las seres o lugares que extrañan. Y exactamente eso le sucedió a Flor cuando en medio de un almuerzo que constó de pollo con verduras salteadas en lo único que pudo pensar es en que Nico lo hubiese pedido con puré o cuando de camino a Brasil pasó por el duty free, olió una fragancia masculina y recordó la que él usaba a diario; o mismo cuando en medio del show de Post Malone una corriente fría la hizo tiritar y sólo deseo que él estuviese ahí para prestarle un buzo tal y como había hecho en España hace algunos meses atrás. El segundo destello que la hizo entender qué era lo que sentía fue cuando en medio de un impulso por hacer algo distinto quiso estar con otras personas y no pudo. Es que cuando un brasilero se acercó hasta ella, mantuvieron una charla por varios minutos y él le pidió un beso ella no pudo darle una respuesta afirmativa. Al principio pensó que era por ese tema de su demisexualidad, que para quienes no sepan, un demisexual es una persona que solo pueden tener relaciones con alguien con quién tiene una relación estable y profunda. Fue en medio de su introspección cuando asumió que si no había podido dar ese paso era porque en realidad ella sí quería un beso, pero no de ese portugués, sino de un argentino que estaba a kilómetros de ella. Para cuando el viaje llega a su fin Florencia había entendido un montón de cosas. Tenía miedo, tenía ganas de salir corriendo, tenía dudas sobre qué era lo que sentía él, pero también tenía un montón de ganas de dejarse llevar.

Por su parte, Nicolás también aprovechó los momentos libres que tenía cuando no cumplía su rol de jefe de empresa para pensar. Es que él siempre había tenido en claro qué era lo que sentía por ella, pero cuando después de tantos años en los que estuvo con otras personas, creyó que los sentimientos para con ella habían menguado y se encontró sintiendo lo mismo que cuando la conoció, se dió cuenta que el paso del tiempo no lo cambia todo. Nico le había agarrado un temor irracional ante la idea de llegar a conectar emocionalmente con una potencial pareja y mostrarle sus sentimientos, había comenzado a pensar que había algo mal en él y que nunca más iba a volver a sentir lo que es estar enamorado. Y todos esos miedos aumentaron cuando Flor volvió a moverle los cimientos. Es que la conoce hace años, es su amiga, es su compañera de trabajo, es su empleada y qué va a decir el resto. Y me cago en la sociedad, en todos sus estigmas y ojalá algún día logremos erradicarlos por completo. Pero sumado a eso empezó a pensar en qué pasaba si ella no sentía lo mismo que él, qué pasaba si declaraba sus sentimientos y del otro lado no recibía la respuesta que él quería. Si bien había sentido durante este último tiempo señales que antes no existían su inseguridad le hacía creer que todo era producto de su imaginación o debido a las ganas de que sea recíproco. Y como me gustaría poder sacudirlo y decirle que del otro lado hay un alguien que lo está esperando con los mismos miedos y con las mismas ganas. Por suerte, en medio de todo ese barullo de sentimientos, su corazón empezó a ganarle a la razón. Y es que cuando uno actúa con el corazón significa tomar decisiones y realizar acciones desde un lugar de emoción, compasión, empatía y autenticidad; implica hacer lo que se considera correcto o lo que se siente bien desde el punto de vista emocional, en lugar de basarse únicamente en la lógica o el razonamiento. Y eso era lo que necesitaba Nicolás para dejarse llevar al igual que ella.