Angel Baby - Jaeyong

X. Pinki

Jaehyun le sonrió a Tae, tomándole la mano para ayudarlo a pasar la crayola rosada por la enorme flor de su libreta sin salirse de la línea. Su primera semana de clases había terminado y era un kindergardiano más felíz ahora porque le había ido muy bien.

- ¿Qué color es este, Yongie?

- ¡Ay Jae a poco no sabes! Qué toipe. - sonrió y ladeó la cabeza. Jaehyun soltó una risita, pues siempre que se esforzaba en qué el más pequeño aprendiera él terminaba siendo humillado. - Es losa.

- Rosa, muy bien. ¿Y en inglés?

- ¡Pinki!

- Pink.

- Si ajá ¡Hoy jugué con Taeyomi! Hay una lesbaladilla en el patio. Ya no lloló poi su mami.

- ¿Ah sí? ¿Y te cae bien ese amiguito Taeil?

- ¡Si me cae bien! El lunes vamos a jugai escondidas. También hace las planas de letlas lápido. Su mami me mandó una galleta para el lonche.

Jaehyun hizo un puchero y soltó la pequeña manita que seguía entre la suya.

- Uhm heimano ¿Ya no me vas a ayudar con mi talea?

- No Estrellita. Hazla tú.

- ¡PELO HYO TE DIJO QUE ME AYUDES A COLOLIAT! ¡Y DESPUÉS A MI PLANA DE LA EME MAYÚSCULA!

- Tú puedes hacerlo solo.

- ¡No puelo!

- Entonces pídele ayuda a Taeil.

Taeyong hizo un puchero, pensando que su hermano mayor estaba siendo demasiado malvado con él y optó por recostarse en la alfombra y tomar con sus manitas un par de galletas de chispas de chocolate que Hyo les había dado como bocadillo mientras hacían sus tareas, relajado e ignorando sus obligaciones.

- Bubu apúrate a hacer tus tareas.

- ¡No! No me voy a apulai hasta que me ayudes tú.

- Tae apúrate

- ¡No!

El pequeño pataleó y luego se quedó comiendo su galletita sin levantarse, muy molesto. Jaehyun quería reírse al ver su ceñito fruncido

- Eres muy berrinchudo.

- ¡No soy! Gloselo que no me ayuda a mi talea.

- Tu mejor amigo ahora es Taeil. Pídele ayuda a él.

Taeyong se rascó la pancita y se sentó, acomodándose de nuevo junto al mayor, picandole suavemente la panza para hacerlo sonreír.

- ¡Me cae bien! Pelo a ti te quielo más. - prometió con sus ojitos brillantes. - Tú eles mi hemano mayoi.

- ¿Si?

- ¡Pues si! Tú eles mi heimano. Mi mejoi amigo y vamos a estai juntos siemple.

- Está bien. Te voy a creer.

- Uhm. ¡De velas!

Taeyong miró con interés los números de la libreta de Jae. Sus tareas le parecían demasiado complicadas y por eso lo admiraba tanto. Anhelaba ser un niño mayor y ser igual que Jae.

- ¡Eles muy listo heimanito! - sonrió de lado, señalando su libreta.

- ¿Tú crees?

- ¡Uhum! Eles el heimano más listo del mundo.

El mayor lo abrazó suavemente, dándole palmaditas en la cabeza para fastidiarlo.

- Vamos a apurarnos a la tarea y luego pedimos permiso para bajar a jugar.