II. Encuentro

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El niño abrazó aún más su peluche, ya deshilachado de las orejitas por lo mucho que lo chupaba y mordía intentando calmar de alguna manera la ansiedad y estrés que sentía, pues había estado toda la tarde pensando en lo que su tía le dijo.
Que sus papás ya nunca iban a volver. No entendía qué pasaba.

- Taeyong. Ven aquí, cariño.

Taeyong corrió desde la habitación para llegar donde la mujer, que se puso a su altura para hablarle. Acarició sus cabellitos y él le sonrió, chupándose el pulgar. Le gustaba cuando su tía estaba de buen humor.
Eso no había pasado mucho durante los últimos días y de hecho también se olvidaba de darle de comer, lo único que tenía en su pancita a esas horas de la tarde era un vaso de leche que él mismo se sirvió.

- Mande.

Yuri frunció el ceño, observando que uno de los ojitos del niño lucía hinchado por los golpes que le dió el día anterior.

- Voy a ir al hospital a ver a Doyoung.

- ¡Oyoungi! Yo quielo verlo ¿Puedo il?

- No, no dejan entrar bebés a los hospitales. - Taeyong hizo un puchero, abrazando por el cuello a su tía. - Pero te dejaré con la señora Jung.

- ¿Señola Jung?

- Ajá. Es la vecina y te quedarás hoy con ella.

- Pelo yo quelía... Estai contigo y con Doyoung.

- Ya Tae. Te quedas ahí y punto. Pórtate bien ¿Okay? Sé obediente, no molestes a la señora ni a su hijo.

El pequeño asintió y luego de que ella guardara de mala gana en una bolsa de plástico un cambio de ropa para él y un par de billetes, lo tomó de la mano para salir y caminar los pocos pasos hasta la puerta de enfrente. Yuri dió un par de golpecitos y luego tomó con demasiada fuerza la mano del niño.

- Auu, me duele. Pofavoi cuidado...

- Cállate.

- Si peidón.

Taeyong miró atento a la puerta, escuchando unos pasos aproximándose para abrir. El sonido le recordaba al que hacía su mami al caminar cuando usaba zapatos altos y una parte de él sintió esperanza de que ella abriera la puerta, pero eso no pasaría.

- Hola, señora Jihyo. Buen día.

- Hola Yuri, buen día ¿Cómo estás?

La mujer pelinegra posó sus ojos en él y de inmediato se inclinó para verlo. Taeyong le sonrió de lado y luego se cubrió la cara con el peluche, poniéndose tímido.

- ¿Quién es este niño hermoso?

- Es Taeyong, mi sobrino. Dile hola, Tae.

- Hola.

- Es muy bonito. Qué adorable nene.

Yuri asintió con una sonrisa triste.

- Perdón. No me contestaste ¿Cómo estás?

La joven frunció el ceño, frotándose la frente con angustia.

- No muy bien. Mi hermana y mi cuñado fallecieron el sábado en la noche. - Jihyo se cubrió la boca con la mano. - Ahora estoy totalmente sola, bueno, estamos. Doyoung iba con ellos y está hospitalizado, ayer fui a verlo y pasé la noche con él pero está muy delicado.

- Lo siento mucho. De verdad lo lamento. Puedes contar conmigo.

Jihyo suspiró, abrazando a la joven por unos segundos.

- Muchas gracias. Me da muchísima vergüenza pero... No tengo a nadie a quien dejárselo - señaló con la cabeza al bebé - ¿Podrías cuidarlo hoy? Vendría mañana temprano por él. Tengo que arreglar cosas para el funeral, será mañana temprano. Y también ver a mi niño.

Angel Baby - Jaeyong Donde viven las historias. Descúbrelo ahora