XXXII. Hermano

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Taeyong empujó gentilmente la silla de Doyoung, entrando juntos a la tienda de cosméticos que no quedaba muy lejos de su escuela y que era su favorita. Últimamente se mostraban interesados en verse mejor y tenían que aceptarlo, a veces copiaban modas que veían en revistas o en sus propias compañeras y compañeros de clase.

– Quiero uno que se vea natural. – dijo Doyoung, que ahora tenía bonitos mechones azules en su oscuro cabello mientras inspeccionaba una tinta para labios. Había ahorrado bastante para poder comprársela.

– Yo quiero un rubor.

– Bubu puedes usar la tinta como rubor.

– Aaaaah.

Ambos revisaron los colores de las tintas de muestra, poniéndolas sobre las palmas de sus manos.

– Cualquiera se te ve bonito, Doyis. – Taeyong lo ayudó a difuminarse una tinta rosa en los labios, mirándolo con una sonrisita. En verdad admiraba la belleza de su primo. Él no se sentía tan lindo con sus brotes de acné de adolescente. – Con esta te ves muy bien.

Mientras su primo se inspeccionaba en el espejo, él ordenaba un poco de las que se habían probado ya, hasta que un ataque de cosquillas repentino lo hizo doblarse y privarse de la risa.

– ¡Tonto Jae! – se quejó, sin siquiera necesitar ver de quién se trataba. Jaehyun se burló de él y le besó la mejilla.

– Hola Jaehyunnie. – Doyoung le sonrió amplio, dejándose dar un beso en la frente por el recién llegado.

– Dijimos que nos veíamos en la cafetería hace quince minutos. – Jae puso las manos sobre su cintura, indignado. – Y no llegaban.

– Tú eres el que siempre llega tarde Jae. – le recordó Doyoung. – Siempre estás con tus amigotes.

– ¿Y cómo supiste que estábamos aquí? – Yong lo miró con sus ojos brillantes antes de regresar a su sitio la tinta que le había gustado a él.

– Pues porque la cafetería está en la esquina y ustedes siempre vienen aquí. Y por mi instinto de hermano mayor. ¿Ya escogieron qué van a comprarse? Muero de hambre.

– ¡Yo ya! – Doyoung le mostró su tinta y como su hermano mayor no sabía mucho de eso sólo asintió y lo empujó hacia la caja para pagar. Taeyong los siguió, mirando con atención la bonita bolsa de papel que les daban en cada compra.

– ¿Y tú no escogiste nada Bubito? – Jaehyun le dió un toquecito en la nariz.

– Uhm... No.

– ¡Si escogió! Le había gustado mucho una tinta también.

Tae miró apenado a la chica de la caja que ya había empezado a atenderlos a ellos.

– Compratela Yong.

– Después Doyis. Ahorita no la necesito.

Hyo se esforzaba lo suficiente en darle dinero cada semana para la escuela. Claro que él se sentía en la obligación de corresponderle y ahorrar lo más que pudiera para poder devolvérselo luego, aunque su mami casi nunca lo aceptaba.

Jaehyun miró a su hermanito de reojo mientras Doyoung recibía su producto y le apretó una mejilla para tener su atención.

– Ve por ella. Yo te la compro.

– Pero... ¿En verdad?

– Claro que sí. Pero tendrás que hacerme tarjetas de memoria y ayudarme a estudiar para mis primeros parciales. Ah, también tienes que prepararme mi desayuno todos los días.

Aunque Jaehyun sentía que estaba siendo un total abusivo, Taeyong le sonrió alegremente y fue a buscar su maquillaje, tan sumamente agradecido que no le soltó la mano hasta que llegaron a la cafetería. Era una costumbre que los viernes salieran los tres juntos para comer o tomar alguno de sus postres favoritos después de la escuela. Y aunque Jae estaba ojeroso por su nueva rutina de clases, no descuidaba a sus pequeñines.

Angel Baby - Jaeyong Donde viven las historias. Descúbrelo ahora