XXVII. Niña y niño.

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Taeyong chilló de emoción, dejando que Jaehyun le vendara los ojos antes de ser guiado a la sala de estar. Jihyo y él le tenían una sorpresa y estaba ansioso por verla.

– Ya déjenme vei polafoi.

– Pero antes dime qué me amas mucho. Que soy tu hermanito mayor que amas demasiado.

– ¡Jaehyunnie pelo pelo pelo!

– Ahhh ¿Entonces no me amas gordito? – Jae le mordió la mejilla suavemente, haciéndolo sonreír y mostrar todos sus dientitos.

– Si te amo...

– Entonces dilo o no te dejo ver.

– Pelo Jaehyun no es justo. Gloselo.

– Qué malo. No me quieres entonces.

– Te amo mucho. Eles mi heimanito que amo mucho enselio.

– Muy bien. Ahora dime qué soy el más fuerte y guapo.

– ¡AAI JAEHYUN! – Taeyong se quejó, haciendo un puchero mientras Jihyo se reía. – Ya polafoi.

– Okey. Entonces sólo dame un besito.

Taeyong estiró sus finos labios, dándole un gran beso tronado a Jaehyun en cuanto este puso la mejilla frente suyo. Jae lo obligó a darle otros diez besitos más hasta que se exasperó y luego pudo ver la sorpresa: Nanamak y Fernanda piaban frente a ellos, pero ambos tenían puestas capas tejidas en color azul pastel con elegantes bordados y encajes plateados similares a los que usarían un rey y una reina.

– ¡Se ven muy heimosos enselio! Mis goidos. Qué bonitos. – Tae se arrodilló para apreciarlos mejor, sonriendo tan amplio que los otros dos presentes lo imitaron. Levantó a Nanamak para darle un besito en su ahora visible cresta y apreció su blanco plumaje con manchas negras que lucía mucho con su nueva mini prenda, y luego quiso repetir lo mismo con Fernanda, que se veía hermosa con su plumaje café y resaltaba demasiado por su color, sin embargo esta le picó la mejilla en cuanto la tocó con sus labios. – Aaai glosela. Me dolió.

Taeyong la apartó con tristeza y luego fue con Hyo, acurrucándose en su regazo, dónde fue bien recibido y obtuvo muchas caricias y mimitos. Estaba orgulloso de sus polluelos en crecimiento.

– ¿Tú se las hiciste enselio? Glacias mami Hyo. Se ven muy bonitos los goidos. Glacias.

– Es porque tú decías que les daba frío en la noche. Así ya van a estar más calientitos. Además mi amor hoy vamos a llevarlos con el veterinario. – Taeyong se cubrió la boca con emoción.

– ¿Enselio?

– Ajá. Para saber si están sanos.

– ¡Viste Jae! Vamos a veit si están sanos nuestlos bebés. Son nuestlos hijos.

– Si. Están gorditos como tú. Y bonitos.

– Y Feinanda es bien glosela como tú.

Jihyo soltó a Tae para que Jae pudiera molestarlo con un gran abrazo y luego de verlos jugar a las luchitas temiendo en todo momento un fuerte golpe se preparó para irse con ellos, pero no había manera de hacer que se detuvieran.

– ¡Hrrrr!

– ¡No Jaehyun polafoi!

Yong se carcajeó mientras el niño mayor le hacía cosquillitas en la panza. Siempre le ganaba a las luchitas y no era justo.

– ¡Ya gloselo! – Tae le pateó la cara, a lo que Jae sonrió de lado y fingió darle una nalgada.

– Ya vámonos nenes. Se nos hará tarde para la consulta.

Angel Baby - Jaeyong Donde viven las historias. Descúbrelo ahora