XVII. Mal

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– Taeyong ¿No quieres comer sopita de fideos mi amor? Es tu favorita. Le puse mucha carne.

Jihyo acarició el hombro del pequeño, que dormía hecho bolita en la cama de la mujer, abrazando su Bob Esponja. Tae negó con la cabeza y bostezó, intentando conciliar de nuevo el sueño.

– Pero tienes que comer mi amor. Y despertar un ratito. Son las tres de la tarde.

– Pelo no tengo tanta hamble. Quielo dormit mejoi.

Doyoung y Jae miraron la escena con preocupación desde el umbral de la puerta. Taeyong jamás rechazaría una sopita de fideos, pero después de la pelea entre Hyo y Yuri había estado muy desconectado. Dormía todo el tiempo, se negaba a volver al kínder, no comía casi nada y lloraba por todo, hasta cuando Jaehyun se iba a la escuela o cuando su primo no le daba algún juguete de inmediato. La situación era tan preocupante que Doyo se la pasaba en aquel departamento para ayudar a los Jung a cuidarlo, cosa que no hacía nada felíz a Yuri.

– Pues vas a comer jovencito. 

– ¡NO QUIELO! – Yong se opuso, intentando poner resistencia a la adulta que estaba sacándolo de la cama aún contra su voluntad, sumamente fácil por su baja estatura y porque aunque pataleaba no tenía intenciones de lastimarla. – ¡DÉJAME POFAVOIT!

Los dos niños se hicieron a un lado para dejarlos pasar y los siguieron al comedor, dónde cuatro platos con sopa de fideos y carne los esperaban. Hyo lo sentó junto a ella y le acarició el desordenado cabello. Las heridas de su carita ya estaban casi del todo recuperadas.

– Mi amor come. Hice tu sopita favorita.

– ¡QUE NO QUIELO! NO TENGO HAMBLE. – lloriqueó, removiéndose inquieto en la silla. Ella suspiró e intentó llevar una cucharada a sus labios pero Taeyong le apartó la mano sin dejar de llorar, tirándose un poco de sopita caliente en las piernas pero ya ni siquiera se sorprendía por la sensación del calor sobre su cuerpo. – Déjame pofavoit...

Jihyo secó su ropa y suspiró.

– No vas a levantarte de la mesa hasta que tu plato esté vacío. Estás muy flaquito y necesito que comas Taeyongie. – dijo ella con firmeza, apartando la mirada de las lágrimas de Tae que caían sin parar de sus mejillas. – Come y después iremos por ¡Una crepa de chocolate con fruta! ¿Qué piensas?

– ¡QUE NO QUIELO ESO! AAAAI – Tae se restregó su carita con las manos, furioso y sin dejar de llorar.

– Vas a comer y punto mi niño. Se acabó.

Ella tomó la manita del niño con suavidad, dejando ahí la cuchara y el tenedor para que se alimentara él mismo. Los tres comieron en silencio, observando a Taeyong que no dejaba de llorar con la boquita escurriendo comida. Apenas y se metía una que otra cucharada a la boca, pero si le prestaban atención haría más berrinche y comería todavía menos.

– ¡YA NO VOY A COMEI MÁS! AAAAI. – sollozó, apoyando la cara sobre la mesa. 

– Aunque sea comió la mitad. – anunció Doyoung, mirando el plato de su primo.

– Muy bien mi amor. ¿Ves? Comiste tantito. – Jihyo le acarició el cabello. – Te amo bebé.

– Quielo il a doimil.

– ¿No vas a querer agua? ¿O jugo? – Tae negó entre hipidos, mirando con pena a Jaehyun y Doyo. – Está bien ¿Vemos una película?

– Vemos la que tú quieras. – sugirió su primo, tocándole la mejilla. – ¿Si quieres?

Angel Baby - Jaeyong Donde viven las historias. Descúbrelo ahora