XXX. Disculpas

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Taeyong sorbió por la nariz una vez más y Jaehyun le besó la coronilla, intentando darle calma a su hermanito que lloraba mucho a cada rato.

– Yongie todo va a estar bien. Tranquilo.

– Estoy muy asustalo... 

– Yo también. Pero estamos juntos. Ya no llores bebé.

– Uhum. 

Los dos regresaron su mirada a Nanamak, que había quedado muy herida luego del incidente. El ave se aferraba a la vida, buscando todo el tiempo el contacto de sus amos contra su plumaje, igual de cariñosa que siempre pese al dolor que sentía.

– Nanamak va bien mis nenes. Van a ver qué pronto se va a aliviar. – Jihyo entró a la habitación de Jaehyun, mirando dentro de la caja que ambos mantenían sobre la cama. – Son muy buenos cuidando pajaritos. Se está recuperando gracias a ustedes.

– Es que soy un doctor. – añadió Jaehyun muy sonriente, mostrando sus hoyuelos. – Y Yongie es un enfermero ¿Verdad?

– ¡Si soy! Un enfelmelo bebé.

– Lo son. Son el mejor equipo.

Jihyo abrazó a Taeyong y Jaehyun se acercó para unirse al abrazo que tanto necesitaban. Nanamak ya llevaba dos días en recuperación y aunque el veterinario casi no les había dado esperanzas, los niños otra vez no dejaban de sorprenderla.

– Tienen que dormir mis vidas. Mañana hay escuela. 

– ¡No quielo il! Quielo cuidai a Nanamak...

– Yo también quiero quedarme a cuidarla mamá. Por favor...

– No. Yo la cuidaré jovencitos. Necesitan ir a la escuela a aprender mucho.

Aunque inconformes, se dejaron convencer con el ataque de cosquillas de la mujer y al final terminaron llenando de besos a Taeyong, que solamente se carcajeaba e intentaba en vano apartarse, sobre todo cuando Jaehyun soplaba en su barriga con dulzura.

Le encantaba ser el bebé de ambos, aunque eso implicaba que a veces podían hacerle mimitos sin fin.

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Doyoung se sentía ansioso desde lo ocurrido. Dormía muy mal y comía poco, pero al menos Yuri lo estaba ayudando con los cuidados de Hanna, enfocada en que su hijo estuviera lo mejor posible.

Y la indiferencia de Taeyong y Jaehyun hacia él sólo empeoraban la situación. Ninguno de los dos le dirigía la palabra, pero al menos Jaehyun lo ignoraba de manera más decente siendo cortante ante su presencia o negando y asintiendo según fuera necesario, pero Taeyong simplemente hacía como que él no existía y eso le dolía mucho. 

Jihyo suspiró largamente cuando al subir al ascensor y saludar a Doyoung, Taeyong pasó de largo, dejando a su primo con la palabra en la boca. Doyoung movió las rueditas tan rápido como pudo para alcanzarlos y Yuri no tuvo más opción que volver a abrir las puertas del elevador para subir los cinco juntos.

– Plimito te extraño.

Doyoung susurró poniéndose frente a Taeyong, que solamente apartó la vista, visiblemente nervioso y jugando con sus deditos.

– Taeyongie bubu hazme caso. Por favor...

Doyoung hizo un puchero triste, poniéndose a llorar en silencio. Yuri respiró profundamente contrariada, deseando pegarle a su sobrino.

– Cielo. Te habla Doyis. – susurró Hyo con dulzura en su oído. Ya le había pedido que hablara con su primo sobre lo ocurrido, pero Taeyong estaba sumamente resentido.

Angel Baby - Jaeyong Donde viven las historias. Descúbrelo ahora