Capítulo 9

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Miré a Irina a los ojos sin poder creer lo que estaba pasando— ¿Va en serio? ¿Qué demonios está ocurriendo? —me quedé bloqueado sin entender nada mientras Irina presionaba más fuerte la pistola contra mi sien.

— No entiendo nada —dije yo. Entonces Irina quitó el seguro— Tú —dije mirando al chico— tú me salvaste el otro día.

— ¿Lo conoces? —le preguntó Irina.

— Sí, le estaba apuntando a la cabeza aquel tipo del que te hablé.

— ¿Sabes algo de este? —dijo señalándome con la cabeza.

— No, simplemente estaba allí.

— Vale, está claro que algo pasa aquí, nos habrá estado siguiendo.

— No sé de qué hablas Irina —balbuceé.

— ¿Qué sabes? —preguntó ella.

— Sé que él hizo desaparecer un cadáver delante de mis narices y que tú has hecho algo extraño ahí dentro, nada más...—respondí asustado.

— ¿Vio a través de tu escudo y no hiciste nada? —preguntó Irina.

— Em...—dijo él rascándose la cabeza con los ojos abiertos y cara de culpable— no lo estaba usando.

— ¿¡Qué?!

— No le di importancia al fin y al cabo le salvé la vida.

— Sí, pues puede ver a través del escudo —dijo ella. Entonces el otro palideció.

— Te borra cosas de la mente. Solo aquellas que tienen que ver con información nuestra —contestó el chico. Irina lo fulminó con la mirada.

— Verás no sé quiénes sois ni porque me habéis metido en esto pero os juro que no tengo nada que ver.

— Si tienes algo que ver —dijo el chico saltando del contenedor en el que estaba subido— Nadie puede ver a través del escudo, ni resistir al borrador, ni si quiera nosotros.

— Os estáis confundiendo. No soy nadie, no entiendo nada de esto.

— Javi —dijo Irina al chico señalándole con el dedo para que viniera— Mira a ver si miente.

El chico se acercó hacia mí, y me miró a los ojos como si estuviera entrando en lo más profundo de mi mente.

— Espera —dijo él— ¿Cómo sabemos que no es inmune a eso también?

— Averigüémoslo —dijo ella. Él volvió a mirarme otra vez y de repente noté una fuerte presión en mi cabeza, como si alguien hubiera entrado y hubiera empezado a desamueblarlo todo.

— No miente.

— ¿Me has leído la mente?

— No, solo he entrado en tu cerebro. No puedo averiguar lo que piensas. Pero si mientes aparece algo ahí que no encaja con las piezas. Es como ver un puzle en blanco con una única pieza roja. Esa pieza no encaja.

Irina relajó su postura y retiró la pistola de mi sien. Pero siguió mirándome ceñuda.

— ¿Crees que ella lo maneja? —preguntó el chico.

— No lo sé, pero si puede manipularle para que sea inmune a nuestras defensas, estamos perdidos —contestó ella— por otra parte, no sabe nada. Lo que me asusta aún más.

— ¿Y qué vamos a hacer ahora?, Sabe demasiado —dijo Javi.

— Nada, no podemos hacer nada.

BYAN © (Ayla#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora