|10| Los tres Heavens de la Chica HELL

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|10| Los tres Heavens de la chica HELL

Hemos llegado demasiado lejos

Para renunciar a lo que somos

Get Lucky — Daft Punk

Durante las próximas tres horas no salgo de la habitación.

Le doy vueltas y más vueltas a todas mis preguntas.

¿Qué es realmente Millennium Academy? ¿Por qué lo crearon? ¿Qué ocurre aquí? ¿Está todo relacionado con la muerte de mamá y la tía Aisha?

Son demasiadas así que solo me quedo ahí acostada hasta que tocan la puerta con una insistencia estresante.

Me levanto y apenas abro las tres figuras masculinas atléticas y altísimas se adentran en mi habitación sin pedir permiso siquiera.

—No es un buen momento —les digo —. ¿Y quién les dió permiso a entrar?

Ashton se lanza a mi cama, usa sus brazos tatuados como almohada y me sonríe con descaro. Callum se sienta en la cama de Alana y Brixton se queda de pié mirándome fijamente con sus manos en sus bolsillos.

—Sí claro, pasen, acomodense e invadan mi espacio personal. No importa —ironizo.

—¿Por qué no fuiste a clases? —pregunta Brixton con frialdad.

—Porque no me parece una locura. Mi tía murió asesinada, ¿Si lo recuerdan o se les olvidó como a su mamá?

—No puedes perder clases, no te va a pasar nada —habla Ashton.

—¿Cómo lo sabes? Hay un asesino ahí fuera y todos quieren actuar con normalidad. ¿Cómo sabes que no me va a pasar nada?

—Porque nosotros te estamos protegiendo —-responde el Pierce tatuado.

Pongo los ojos en blanco.

—Sí claro.

—Vas a ir a clases —exije Callum.

—Yo soy la Hell, chicos. Se supone que soy la que manda, no ustedes. Dejen la posesividad de lado —digo.

Siento la vista de los tres sobre mí y ese simple hecho me hace sentir demasiado.

—Eres nuestra Hell y además nuestra pequeña hermanita, es nuestro deber protegerte —explica Callum.

Nuevamente con eso...

Me cruzo de brazos.

—Puedo cuidarme sola.

—No nos importa —habla Brixton —. Ganaste los juegos, eres nuestra Hell y nosotros somos tus Heavens, pues ahora vamos a protegerte y estar cerca de ti.

—O sea que no importa que yo haya ganado, igual ustedes van a estar con su complejo de de posesividad sobre mí solo porque son hombres.

—Exacto —responden al mismo tiempo.

—Son imbéciles.

—Es más, para que te relajes y te olvides de todos los líos vamos a llevarte a comprar ropa —propone Callum.

—Call, eso de que ir de compras relaja a las mujeres es un cliché de películas. En la vida real, las mujeres van de comprar y solo sufren con los precios —le explico y todos se echan a reír.

—Pero la diferencia es que podrás comprar todo lo que quieras sin mirar el previo —explica él.

—¿Lo que quiera?

—Aprovecha que eres la Hell de los Pierce.

                         †

Definitivamente iba a aprovechar esta oportunidad.

Los chicos y yo recorrimos las mejores tiendas de toda la ciudad, cada una más lujosa que la anterior.

Compré y compré muchísima ropa.

Es bueno haber salido de la universidad y dejar ese ambiente que me mantiene en tensión.

Me gusta la sensación de ser la Hell de los chicos Pierce, tener sus ojos sobre mí y su atención para protegerme.

Pero también me gusta provocarlos y sacarlos de quicio. Así que me propongo llenarlos de bolsas de ropa y lo hago.

Voy comprando y les doy más y más bolsas hasta que literalmente se les caen algunas porque están aguantando todas las que pueden.

El hecho de que hagan caso malabares para sostenerlas me da demasiada risa.

Me pruebo el último vestido y decido que saldré con él puesto.

Cuando salgo del probador las quijadas de los chicos pareciera que se van a caer, sus ojos se fijan en mi cuerpo y sueltan unas cuantas bolsas por la sorpresa.

—Demonios...

—Joder...

—Mierda...

El vestido es de color púrpura, muy corto y se ajusta de manera muy obvia a mis caderas dejando poco a la imaginación y a la vez lo suficiente.

He descubierto que me gusta ser su Hell, no solo por el placer de ganarles, o por tener su atención cuando antes me exigieron alejarme de ellos, también porque me gusta dejarlos bobos, vengarme por las idioteces de Ashton, la indiferencia de Brixton y la mordida de Callum dejándolos viéndome como tontos.

—No saldrás con eso —asegura Ashton.

—Definitivamente NO —dice Callum.

—Lamento decepcionarlos —digo, tomo mi bolso y lo coloco en mi hombro para salir moviendo mi cintura sintiendo sus vistas encima de mí.

—¡Heather, regresa y cambiate ahora! —grita Ashton detrás de mí.

Yo continuo mi pasarela mientras los tres chicos corren detrás de mí.

—¡Apurense! ¡Quiero entrar a ese restaurante!

—¿¡Qué!? ¡No entrarás así! —gritan. Intentan detenerme pero no pueden porque están llenos de bolsas de compra.

—Los espero adentro, Heavens.

Entro al restaurante y veo como los tres corren a dejar en el auto las compras para correr detrás de mí.

Definitivamente me gusta esto.

Al final aunque intentan sacarme del restaurante terminan aceptando al ver que no lo lograrán y cenamos todos juntos.

—Eres una provocadora —comenta Callum.

—Me sale natural.

—Solo lo hace para molestarnos. Le gusta sacarme de quicio —dice Ashton.

—Corrijo: Me encanta —respondo dando una gran mordida a mi pizza.

—No puedes llevarnos la contrario solo por placer —argumenta el tatuado Pierce.

—¿Por qué no? Ustedes empezaron, tú con tus malos comentarios hacia mí y además me dejaste en medio de la nada, Brixton solo sabe mirarme fríamente y Callum... ¡Me mordió muy fuerte!

Ellos se echan a reír. Y por algún motivo termino haciendo lo mismo.

—Estamos perdidos con esta chica —susurra Brixton.

Y yo con estos tres chicos.

Podría acostumbrarme muy fácil a tener a tres chicos solo para mí.

               †____________†

¡Hola, mis Hells!

¿Qué les parecieron los capítulos?

¿Tienen teorías?

¿Mucho misterio para sus mentes?

¿Cómo van los sentimientos hacia los hermanos?

Cuenten cuenten todo.

Este es el último capítulo del maratón así que chau.

Se les ama <3

H E L LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora