32. ¿QUEDAMOS?

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Necesitaba despejarme. Necesitaba salir a andar a que me diera el aire.

Me había llegado un mensaje de Víctor, al que hacía ya algunas semanas que no veía. Su mensaje era simple: ¿Quedamos?

Me quedé leyendo el mensaje durante mucho rato. Era una sola palabra, una pregunta la mar de sencilla, que tan solo con un sí o con un no, incluso sin hacerle caso, se podía responder.

Pero la estuve leyendo y releyendo, había algo en aquel mensaje que me absorbió. Para empezar, el mensaje, decía exactamente: ¿nos vemos, nos liamos y nos vamos? De repente, me di cuenta de que no estaba leyendo ese mensaje como si me lo hubiera enviado Víctor, lo leí como si el remitente fueran todos los chicos a los que he conocido y visto una sola vez. Tras ese mensaje, vi a todos los chicos con los que me di algún beso, con los que tuve algún roce o hicimos alguna guarrada improvisada en algún sitio.

Todos esos tíos con los que había estado y con los que, evidentemente, jamás había tenido una conversación, ahora, estaba representados por Víctor. Porque todos esos chicos por separado no han significado nada, pero todos ellos, juntos, han sido parte importante de mi vida, han sido parte de mi vida sexual y, sin darme cuenta, han sido también parte de mi vida afectiva.

Entonces, hice algo que ni yo mismo me esperaba.

LOL: Ei, Víctor. ¿Te apetece tomar algo?

VÍCTOR: Claro, voy a tu casa.

LOL: No. Me refiero a tomar algo en algún bar. Tal vez podamos hablar un poco.

VÍCTOR: Escribiendo...

Silencio. Al rato.

VÍCTOR: Escribiendo...

Nada. Silencio.

LOL: Como quieras, si no, no pasa nada. Ya quedamos otro día.

VÍCTOR: Sí, sí. Estaba pensando un sitio. Voy al portal de tu casa. De ahí te llevo a un sitio.

Era momento de hablar con todos los tíos que había conocido a lo largo de mi vida y decirles algo.

Podéis llamarme LOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora