28. AMORE MIO. SOLUCIÓN

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El resumen era: queríamos hacer una mini obra de teatro totalmente amateur y con cero medios. Convocamos un casting al que asisten veinticinco chicas. De esas, descartamos a cinco que considerábamos que no se adecuaban al papel de la protagonista. Una de esas cinco, resulta ser la nueva estrella de Netflix. Solo y únicamente por eso, ya la queríamos en nuestra obra. Y ahora nos estaba devolviendo la llamada. Una llamada en la que mentiría y le diría que era ideal para nuestro papel y que la queríamos.

—¡Lía! —respondí, alzando la voz, haciéndome el importante.

—¿Hola? —respondió una voz dubitativa al otro lado.

Javi se acercó a mi oreja para escuchar lo que decía. Con la mirada me decía: ¡Habla!.

—Hola Lía, ¿cómo estás?

—Bien —intuí una medio sonrisa—. Disculpa, ¿quién eres? No tengo tu número.

La cara de Javi era de: La hemos perdido. Le respondí con una mirada de: relájate.

—Somos de la obra de teatro Amore Mio, que hiciste el casting el otro día. ¿Cómo estás?

—Estoy bien, gracias por volver a preguntar.

Yo estaba nervioso.

—Ehm... —hace unos días había apartado la foto de aquella chica sin ningún tipo de problema, ahora mismo, solo por aparecer en Netflix, estaba nervioso hablando con ella—. Verás, era para decirte que...

—¡Ah, vale! —me interrumpió—. Lo de la obra del casal, ¿verdad? La del David de Miguel Ángel.

—Sí —le respondí orgulloso de que se acordara—. Nada, que habíamos estado mirando tu vídeo y el papel y el personaje y el diálogo...

Javi me puso cara de: ¿Qué estás diciendo?. Yo le respondí con cara de: No lo sé, estoy nervioso.

—Bueno, que si todavía estás interesada en el papel, que nos encantaría que estuvieras con nosotros.

Se hizo un silencio.

—Ah... —respondió un poco desganada—, imagino que es porque habéis visto la serie en Netflix, ¿verdad?

Javi me dijo que no con el dedo, para que disimulara.

—¿La serie? ¿Qué serie? —pregunté—. ¿Netflix? No tengo Netflix. Me lo quité cuando lo de la tarifa... Soy más de Filmin ahora...

Javi se puso las manos en la cabeza. Realmente, yo, nervioso, no sirvo para nada. Y para mentir, soy el peor.

—Verás —dijo con cierta amabilidad forzada—, agradezco que hayáis pensado en mí.

Levanté las cejas pensando que ahora llegaba lo bueno.

—Pero es que ahora no voy a tener tiempo. Tengo la promo de la serie y... no creo que pueda estar por la obra.

Javi y yo pusimos cara de ¡Mierda! Pero, a la vez, de: ¿Cómo iba a querer estar con nosotros?

Dijo algo más que no escuché demasiado y terminó con un:

—Pero muchas gracias, de verdad, por pensar en mí.

—No —respondí—, gracias a ti por presentarte.

Entonces me picó la curiosidad.

—Pero... —dije— ¿cómo es que una actriz como tú, que sale en Netflix, se presenta a una obra como la nuestra que sabemos perfectamente que no va a ningún lado?

Guardó unos segundos de silencio.

—La serie la grabé hace tres años —explicó—. Tenía que haber salido hace mucho, pero al final se retrasó. Incluso nos dijeron que no se iba a emitir.

Escuchaba atento.

Javi, también.

—En todo este tiempo no me han cogido para ningún otro papel. Incluso estoy trabajando de otra cosa que no tiene nada que ver con el mundillo.

—Ya... —respondí.

No sabía qué decir.

—Pero... ¿por qué te presentaste? —le insistí.

—Pues... —parecía que ella misma estaba reflexionando su respuesta—. Porque a mí me gusta actuar, sea en una serie o sea en el salón de mi casa, disfruto interpretando papeles.

Javi me miró con cara de: Lo ves, si te lo he dicho.

—Llevaba tiempo sin hacer nada y pensé: quítate el gusanillo, haz algo. Entonces vi vuestro anuncio y... me pareció divertida la idea.

—¡Oh! Muchas gracias —dije sonriendo.

—Pero, bueno. Que seguro que encontráis a alguien que haga el papel de Daisy mejor que yo.

Javi y yo nos miramos con cara de circunstancias y nos sonreímos. En ese momento me di cuenta de lo estúpido que había sido yo mismo. Tanto con la obra, como con Javi, como con la actriz.

No le daba valor a mi obra porque no estaba en ninguna plataforma ni nada. Me extrañaba que Javi se entusiasmara tanto con un papel que yo mismo pensaba que no iba a ningún lado. Por último, quise a una actriz que no encajaba nada en el papel de Daisy pero que, como estaba en Netflix, la quería como protagonista.

En ese momento miré a Javi y no lo vi como el amigo que me iba a echar un cable interpretando un personaje mío, no. Javi era el mejor actor para interpretar al David de Miguel Ángel. Y Amore Mio era el mejor guion que tenía ahora mismo entre manos. Ahora, solo faltaba encontrar a la mejor Daisy y sabía que iba a ser una de esas chicas que con todo el amor del mundo se presentó a nuestro casting.

—Perfecto, Lía —me había cambiado el tono de voz, ya no era el pringado que le hablaba a una estrella, era yo mismo—. Entonces, nada. Espero que te vaya muy bien con la serie.

—Muchas gracias.

—Y... —eso me salió del alma—, te invitaremos al estreno, esperamos que quieras venir.

Soltó una pequeña risa.

—Claro que sí, me encantará verla —dijo con esa cadencia que pide terminar con la llamada.

—Un abrazo enorme —me despedí.

Javi me hizo señales de que le despidiera a él también.

—Y un saludo de parte de Javi, que está aquí conmigo.

—Un beso a los dos —se despidió ella.

Terminamos la llamada.

Enseguida, fui a las hojas donde teníamos a las aspirantes a Daisy y las colgué en la pared. Estaba más convencido que nunca que íbamos a encontrar a la mejor.

—David —me dirigí a él como si fuera el personaje.

Enseguida, adoptó la postura del David de Miguel Ángel.

—Dime.

—Una de estas chicas es Daisy y va a ser el amor de tu vida.

Podéis llamarme LOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora